Predicas Sobre Liderazgo

El liderazgo es una parte importante de la vida cristiana. Nos ayuda a vivir nuestras vidas de manera que reflejen la visión que Dios tiene de nosotros. Para liderar bien, debemos conocer a Dios y entender lo que Él quiere de nosotros.

El predicador que tiene una fuerte relación personal con Cristo será capaz de dirigir a otros de una manera que beneficie a todos los involucrados. Aquí hay algunas cosas que conforman un ministerio de predicación con un liderazgo saludable:

Índice de Contenido
  1. El compromiso personal de un líder.
  2. La fuerza de un ministerio depende de Cristo.
  3. El compromiso del predicador con la iglesia.
  4. El predicador debe conocer a Dios escuchando su Palabra.
    1. El gemido, el llanto, el regocijo y el clamor son parte del conocimiento de Dios.
  5. Conocer a Dios es una búsqueda honorable y muy difícil.
  6. Al conocer a Dios, llegamos a entendernos también a nosotros mismos.
  7. Conclusión

El compromiso personal de un líder.

El compromiso personal de un líder con la iglesia local es el fundamento del liderazgo en la iglesia local. Al liderar, debe ser consciente de que su predicación será evaluada por personas que han sido influenciadas por diferentes tipos de predicadores y que pueden tener diferentes expectativas para los predicadores que usted.

Debido a que hay tantas formas de predicar, le recomiendo que considere qué tipo de predicador le ha llamado Dios a ser, y luego ore sobre la mejor manera de cumplir su llamado en su vida como predicador.

La fuerza de un ministerio depende de Cristo.

La fuerza de cualquier ministerio de predicación depende de la relación del predicador con Cristo. El compromiso del predicador con su iglesia local se demostrará en su total dependencia de la oración para la dirección de su vida y para su comunicación diaria con Dios.

La iglesia local necesita un pastor que esté dispuesto a vivir como un apóstol (1 Cor. 4:9; 2 Cor. 11:23). La palabra apóstol significa "uno enviado". Como pastor, usted no sólo ha sido llamado por Dios para predicar, sino que también ha sido llamado por el Señor para servir como pastor sobre su rebaño (Juan 21:16).

Es importante que usted entienda esta distinción entre estos dos oficios porque muchos pastores tienden a confundirlos debido a la ignorancia o al descuido de uno u otro, de modo que terminan siendo ineficaces en ambas áreas de servicio.

El compromiso del predicador con la iglesia.

La oración es importante para la vida y el ministerio de un predicador. El compromiso del predicador con la iglesia local se demostrará en su total dependencia de la oración para la dirección de su vida y para su comunicación diaria con Dios.

Un pastor que ha desarrollado este hábito tendrá una sensibilidad a la voz de Dios que no puede ser duplicada por ningún otro medio. La oración le ayuda a mantener la pureza de sus motivos, la humildad ante Dios y la apertura para escuchar de Él.

El predicador debe conocer a Dios escuchando su Palabra.

El predicador debe conocer a Dios escuchando su Palabra. El conocimiento de Dios por parte del predicador sólo puede provenir de la Biblia. Esto significa que debe ser un ávido lector, oyente y observador de la Biblia. También debe ser un estudiante que esté dispuesto a aprender más sobre Dios a medida que Él se revela a través de Su Palabra.

El gemido, el llanto, el regocijo y el clamor son parte del conocimiento de Dios.

Cuando aprendamos a escuchar la voz de Dios, aprenderemos también que habla a través de toda la creación. El gemido del mundo que nos rodea no es sólo un sonido emitido por personas que sufren, sino también por la propia naturaleza.

Si escuchas con atención mientras caminas por un bosque o subes a una montaña, puedes encontrarte llorando de alegría ante la belleza que te rodea.

Cuando hago senderismo en Kauai y paso por densos bosques tropicales de camino a las cascadas y las playas, a menudo lloro de gratitud por este regalo de Dios:

¡Un lugar tan increíble en la tierra!

Cuando estoy frente a altos árboles con sus raíces expuestas por la erosión o dunas de arena barridas por el viento que se elevan por encima de mi cabeza como si fueran olas que chocan contra los acantilados de la costa, no veo estas características naturales como meras vistas agradables para admirar, sino que son señales que me señalan hacia algo más grande que yo y que tiene un significado más allá de la comprensión humana (de hecho, algunos cristianos creen que estos fenómenos naturales son en realidad mensajes de Dios).

Lo que queda claro cuando los experimentamos con todo nuestro ser es que tienen una belleza innata de la que vale la pena alegrarse.

Conocer a Dios es una búsqueda honorable y muy difícil.

Conocer a Dios es una búsqueda de toda la vida. No es fácil ni rápido. Conocer a Dios es un viaje de descubrimiento, cambio, crecimiento y fe. Conocer a Dios requiere que seamos sinceros con nosotros mismos.

Debemos tomarnos nuestro tiempo, debemos escuchar las palabras de los demás, pero sobre todo debemos escuchar la voz dentro de cada uno de nosotros -nuestra conciencia- que nos guía en nuestro viaje para conocer a Dios como realmente es: ¡santo y justo en todo lo que hace!

Al conocer a Dios, llegamos a entendernos también a nosotros mismos.

  • Esta es la clave: Si quieres liderar de una manera que impacte positivamente a otros, asegúrate de que tu propia relación personal con Cristo sea una prioridad.

Cuando conocemos a Dios personalmente y tenemos una relación sana con Él, podemos entonces liderar de acuerdo a su ejemplo.

Podemos predicar desde un lugar de humildad y amor en lugar de orgullo y control. Podemos animar a los creyentes en lugar de derribarlos. Podemos servir sin ser servidos. Y podemos ser pacientes porque nuestra esperanza no está en nosotros sino en Él.

Conclusión

En conclusión, la clave para tener un impacto como líder es desarrollar primero una relación con Cristo. Luego, puedes usar tu relación con Cristo como la base de todos tus esfuerzos de liderazgo.

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