He sufrido mucho - Qué propósito tiene en la vida de los cristianos

 He sufrido mucho es una frase que las personas suelen decir en momentos de gran adversidad, cuando están pasando por la prueba y muchas veces le generan ciertas dudas con respecto al propósito de Dios porque cuando se está en el proceso es difícil comprender los misterios del Señor. 

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Sin embargo una vez que hemos pasado estos momentos adversos nos damos cuenta de que todo tiene un propósito para los hijos de Dios y que todo nos ayuda para bien, tal como lo señala su palabra: “Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados” (Romanos 8:28)

De esta forma como hijos de Dios hemos sido llamados para llevar a cabo la obra del Señor en este mundo conforme al plan divino que tiene y a su perfecta voluntad en nosotros. Así que debemos esforzarnos y ser fuertes ante la prueba que se nos presente, porque ciertamente él no nos dejará solos ni nos hará por cosas fuertes que no podamos soportar, ya que él conoce nuestro carácter y su amor es para siempre:

“No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar” (1 Corintios 10:13)

Antes de que Dios nos mande la prueba, nos capacita, nos fortalece y nos prepara para que podamos superarla. Sin embargo, tenemos un libre albedrío que muchas veces debemos saber controlar, ya que nuestra voluntad siempre se quiere imponer y es por eso que a veces no logramos manejar bien las situaciones y cometemos errores.

Por eso debemos sujetar nuestra voluntad a la de Cristo para poder salir victoriosos de cualquier prueba, entendiendo que dependemos totalmente del Señor y que no podemos lograr por nuestras propias fuerzas.

Índice de Contenido
  1. He sufrido mucho - Qué propósito tiene en la vida de los cristianos
  2. ¿Qué dice la Biblia en cuanto al sufrimiento?
  3. ¿Para qué sirve el sufrimiento?

He sufrido mucho - Qué propósito tiene en la vida de los cristianos

A pesar de que el sufrimiento está presente de forma constante en nuestra vida, no logramos sobrellevar de la mejor manera porque nos sentimos agobiados y no encontramos salida alguna. Debemos entender que es parte de un proceso y el Espíritu Santo nos ayudará a superar toda prueba. Existen  diferentes tipos de dolor, está el dolor físico, del cuerpo, pero también está el dolor del alma, cuando nos sentimos lastimados y heridos por cualquier circunstancia. 

He sufrido mucho
He sufrido mucho

Cuando somos Hijos de Dios, tenemos una mayor responsabilidad porque nuestro testimonio debe dar evidencia de nuestra fe y muchas veces flaqueamos porque simplemente somos humanos, y aunque tenemos la confianza en Dios, somos débiles en ciertos aspectos. Sin embargo Nuestro Señor nos hace fuertes, tal como lo expresa su palabra: “Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10)

Cuando escudriñamos la Biblia podemos darnos cuenta de que los personajes bíblicos tuvieron que pasar por experiencias dolorosas para poder cumplir el propósito que Dios les había trazado.

De esta manera encontramos a un José que tuvo que pasar por el sufrimiento de la traición de sus hermanos, quienes los vendieron como esclavo; David tuvo que sufrir la muerte de sus hijos y la persecución constante; Daniel fue echado a los leones; Moisés tuvo que pasar por el desierto junto con el pueblo de Israel. 

Pero el mayor sufrimiento lo tuvo que pasar Nuestro Señor Jesucristo que murió en una cruz por amor a nosotros. Cargó con nuestros pecados y pasó por humillaciones, desprecios, maltrato, y aún así oró para que Dios perdonara a sus transgresores: “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes” (Lucas 23:34)

En esta hermosa oración podemos ver el amor de Nuestro Señor Jesucristo hacia todos sin hacer acepción de personas, y su misericordia se mostraba aún para aquellos que lo vituperaban porque él sabía que no conocían la verdad y que su ignorancia los tenía atados. Así que la salvación es para los que se arrepienten de corazón y su misericordia alcanza a aquel que dispone su alma al Señor, y esta salvación es por Gracia y es un regalo que debemos cuidar.

El dolor de Jesús era necesario para que se diera cumplimiento a su Palabra, sin embargo pensar en esos acontecimientos nos envuelve de tristeza porque le fallamos muchas veces y no agradecemos este sacrificio perfecto. Nos quejamos de todo, sin saber que nadie sufrió tanto como Jesús, siendo inocente, puro y santo.

Todo tiene un propósito para los hijos de Dios y todo nos ayuda para bien, para nuestro crecimiento y aprendizaje. Solo podemos comprender los misterios de Dios cuando escudriñamos su palabra y mantenemos una comunión con el Señor.

¿Qué dice la Biblia en cuanto al sufrimiento?

Lo que podemos comprender de la historia bíblica es que nadie escapa del sufrimiento, ni siquiera los cristianos, ya que en la misma palabra se señala que en este mundo tendremos aflicciones, tal como se visualiza en el siguiente pasaje:  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33)

 Al respecto el apóstol Pablo, que supo en carne propia lo que fue el sufrimiento mejor que nadie, escribió mucho acerca de este tema en el libro de Romanos, capítulo 8: "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito" (Romanos 8:28).

En este sentido, no existe nada en este mundo que el Señor no pueda usar para nuestra edificación conforme a su propósito en nuestra vida. Al respecto la Biblia nos señala lo siguiente en el libro de Romanos 8:16–17: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”

Este pasaje bíblico comienza hablando de nuestra identidad como hijos de Dios, ya que somos herederos del Reino de nuestro Padre. Sin embargo también hace referencia a los padecimientos que debemos pasar en su nombre para que Dios sea Glorificado en nuestra vida.

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Asimismo la biblia nos habla en el libro de 1 Pedro acerca del llamado que tenemos como hijos de Dios, donde Jesucristo es nuestro mayor ejemplo de la manera en la que debemos actuar en un momento de dificultad, ya que cuando estamos en medio de las adversidades es que nuestra fe es probada y se reivindica el Nombre de Jesucristo.

Cabe destacar que el apóstol Pedro también experimentó el sufrimiento, y Nuestro Señor Jesús le dijo que iba a sufrir al terminar su vida y entendemos que Pedro fue crucificado por su fe. Para él representó un honor dar su vida por su Señor porque aprendió a conocerlo realmente.

Sin embargo, el apóstol Pablo no se sintió digno de morir como Jesús y pidió ser ejecutado crucificado boca abajo. Esto demuestra la devoción y entrega de este apóstol para con Nuestro Señor Jesucristo y también deja claro que el sufrimiento puede presentarse con un propósito determinado, por eso Dios nos capacita y nos da fortaleza para soportar.

Ciertamente debemos preservar nuestra vida y evitar a toda costa el sufrimiento porque si bien es cierto que en este mundo podemos experimentar dolor, también es cierto que el Gozo del Señor es nuestra fortaleza y en medio del dolor estaremos confiados y nos regocijaremos en su Presencia porque su amor es infinito y tiene misericordia para aquellos que le aman en espíritu y verdad.

Como hijos de Altísimo somos morada y templo del Espíritu Santo y debemos estar firmes cuando venga la tormenta, debemos tener raíces profundas para no caer cuando soplen los vientos contrarios.

¿Para qué sirve el sufrimiento?

El sufrimiento del ser humano tiene el valor de ser una manera de compartir con Cristo sus sufrimientos, ya que.si queremos resucitar con Cristo, primeramente debemos vivir con Cristo, tomando cada uno su cruz y siguiéndolo, tal como se puede visualizar en el siguiente pasaje: “…si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y me siga”. (Mateo 16, 24).

De esta forma, el valor del sufrimiento, ante los ojos de Dios, radica en el amor, donde este sufrimiento tiene que ser soportado dentro del amor de Dios, es decir en comunión con el Señor. Así que en medio de una enfermedad dolorosa, tenemos su presencia que nos consuela y que se glorifica en la medida en que tenemos la fortaleza para soportar el dolor así como él lo hizo en la cruz.

Sin embargo, el dolor es parte de un proceso que tiene un propósito determinado en la vida de cada creyente, y como todo proceso, termina. No podemos vivir para sufrir porque Dios nos quiere sanos, fuertes y en victoria, por lo cual la fe es determinante para salir de una situación adversa victoriosos.

Ante esto encontramos al apóstol Pablo que escribe en su epístola a los Colosenses lo siguiente: “Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia”. (Colosenses 1,24). 

De esta forma el apóstol Pablo se goza en el sufrimiento a causa de Cristo porque sabía perfectamente cuál era su propósito, por eso en medio de su sufrimiento alaba en nombre de Dios aún cuando fue encarcelado y golpeado severamente. 

Así que como hijos de Dios debemos conocer al Señor mediante su palabra porque ahí se nos revela la verdad y el Espíritu Santo nos conduce por el camino correcto y nos ayuda en el proceso que debemos pasar.

El evangelio es para los valientes, quienes al aceptar y reconocer al Señor Jesús como su único y verdadero Salvador estamos aceptando su cruz sin mirar atrás, dejando nuestra vida pasada y naciendo de nuevo en Cristo. Esto lo podemos apreciar en su palabra: “…, si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y me siga”. (Mateo 16, 24).

En este sentido, los creyentes hemos de visualizar el sufrimiento y el valor que éste tiene como una verdadera bendición de Dios, el cual quiere que a través del sufrimiento, logremos nuestra purificación y transformación. Para el afligido hay esperanza y ante cualquier circunstancia dolorosa se realza la importancia de la sumisión a la voluntad del Señor, sabiendo que luego vendrá la victoria. 

En este sentido, cuando decimos “he sufrido mucho” debemos pensar en el sufrimiento de Jesús y reconocer que su dolor fue mayor porque siendo inocente, puro y santo, pagó a precio de sangre nuestra salvación, cargó con nuestras culpas y nos dio una nueva vida, en la cual podemos alcanzar misericordia y acceder al Reino de los cielos.

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