El cansancio del Alma - Venciendo al enemigo

El cansancio del alma tiene que ver con la falta de fuerzas para seguir adelante y esto pasa cuando nos debilitamos en la fe, cuando nos dejamos atrapar por los problemas y comenzamos a perder la esperanza. Este tipo de cansancio es normal porque somos seres humanos y tenemos la tendencia a dejarnos llevar por la tristeza, angustia, estrés, desánimo. Pero la palabra de Dios nos da esperanzas a través del siguiente pasaje: 

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah” (Salmos 46: 1-7)

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En este sentido, cuando somos débiles con Cristo somos fuertes porque él renueva nuestras fuerzas y nos ayuda a estar firmes en nuestro propósito. Pero para estar fuertes debemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros y que nunca nos va a dejar. Ese cansancio se va cuando buscamos la presencia de Dios porque él nos levanta y nos alienta a seguir adelante.

Índice de Contenido
  1. El cansancio del Alma - Venciendo al enemigo
  2. Como podemos disminuir el cansancio del alma
    1. 1.- Busca de Dios
    2. 2.- Cede el control
    3. 3.- Vive en la sencillez

El cansancio del Alma - Venciendo al enemigo

 En la palabra de Dios podemos ver muchos ejemplos con respecto a lo que implica el cansancio del alma, donde las fuerzas pueden desvanecer en un momento determinado. Pero lo importante es observar como se levantan en el nombre del Señor y dejan atrás las adversidades. Por ello encontramos hombres como Moisés, Job, David, entre otros, que decidieron confiar en Dios y así pudieron vencer el cansancio de su alma, conseguir refugio en los brazos del Señor y avanzar hacia el propósito que él tenía ya predestinado para cada uno de ellos. 

Por otro lado, encontramos al pueblo de Israel a pesar de haber visto las maravillas y prodigios de Dios y de haber sido liberado de la opresión egipcia, mostraba una mala actitud al encontrarse en el desierto, y su corazón estaba pervertido. Al respecto la palabra de Dios nos señala lo siguiente: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9) 

Así que el cansancio del alma puede hacer que la persona se deje arrastrar por el enemigo, y por eso el pueblo de Israel renegó de Dios y hasta buscó en un becerro de oro lo que el Señor no les daba en ese momento, ya que no estaban viendo con sus ojos espirituales, sino con los ojos carnales, hasta el punto de repudiar el Maná del cielo que el Señor les daba, tal como lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: 

“Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este alimento tan miserable” (Números 21:5-)

De esta forma, debemos pensar y revisar qué aspectos de nuestra vida nos genera un cansancio del alma. Las causas pueden venir cuando no se tiene el deseo de escudriñar la palabra, ni de orar a solas con Dios. 

En la medida en que reconocemos que algo no anda bien con nosotros y que nuestra alma está cansada y fastidiada de todo, es cuando podemos hacer algo al respecto y recuperar el tiempo perdido, recobrando las fuerzas.

Como podemos disminuir el cansancio del alma

No estamos exentos a tener cansancio del alma, ya que aunque no somos de este mundo, tenemos que habitar en él con todas sus tentaciones, tropiezos, desafíos, que hacen que la vida sea difícil de transitar. Sin embargo cuando estamos en Cristo, él nos da la fortaleza para avanzar y seguir adelante, porque como hijos de Dios debemos saber que solo mediante él podremos aliviar nuestra alma de toda fatiga, tal como lo dice el siguiente pasaje:

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso” (Mateo 11:28-29).

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En este sentido, Jesucristo es el camino que debemos seguir para calmar nuestra alma y es importante considerar los siguientes consejos:

1.- Busca de Dios

Una de las primeras cosas que debemos hacer cuando sentimos cansancio del alma, es buscar a Dios, quien puede suplir todas nuestras necesidades y calmar nuestra angustia y estrés. La palabra de Dios señala en el libro de Isaías 40:29 lo siguiente: “Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil…, los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas”.

Así que la fortaleza para el alma proviene de Dios, ya que es una fortaleza sobrenatural que alivia todo cansancio espiritual que tengamos en un momento de angustia o de tribulación. Por esta razón Dios actúa sobre aquellas cosas que para nosotros resulta imposible, porque nuestra capacidad es limitada pero para Dios no hay límites, solo debemos creer que él lo puede hacer, y de esta manera podremos superar cualquier obstáculo que se nos interponga en el camino que el Señor ha trazado para nosotros. Busca de Dios y conseguirás refugio, y tu alma sentirá nuevas fuerzas para continuar porque una de las promesas de Dios es que nunca nos dejará y que siempre estará con sus hijos hasta el fin del mundo.

2.- Cede el control

Como creyentes debes entender que Dios es el dueño de toda su creación y por lo tanto tiene el control de todas las cosas. Así que debes dejar todo en manos de él y no pretender hacer las cosas por tus propias fuerzas, ya que no podrás hacerlo sin su ayuda. 

El cansancio del alma
El cansancio del alma

El Señor es poderoso, escucha tu corazón y conoce todo de ti, solo búscalo y dale el control de tu vida. Al respecto Jesucristo señala lo siguiente: “Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras” (Mateo 11:29)

3.- Vive en la sencillez

Cuando Jesucristo vino a este mundo nos dio grandes lecciones de vida y una de ellas fue la de vivir en la sencillez, ser humildes y dejar que la voluntad del Señor guíe nuestra vida sin sentir el afán propio del mundo. Tal como lo expone el libro de  Mateo 11:29 donde se señala lo siguiente:  “Aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso”. Así que Jesús es el mayor ejemplo de tener una vida con propósito.

En este sentido, cuando sientas cansancio del alma, debes considerar los consejos antes señalados, donde se debe buscar a Dios, dejarle el control a él y vivir una vida sencilla y plena. Estos tres pasos pueden aliviar tu alma de la pesadez y hacerte sentir paz en medio de la tormenta.

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