Cuando Dios abre nadie cierra - Qué significa

Cuando Dios abre nadie cierra hace alusión al hecho de que cuando el señor tiene un propósito con sus hijos, él abre las puertas para que se pueda llevar a cabo su plan divino. Al respecto la palabra nos dice lo siguiente: "…Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir"  (Apocalipsis 3:7)

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Índice de Contenido
  1. Cuando Dios abre nadie cierra - Qué significa
  2. Los principios de Dios no cambian - Reflexiones
  3. Dios Abre y Cierra Puertas - Cuál es el propósito

Cuando Dios abre nadie cierra - Qué significa

Existen momentos adversos en nuestra vida donde necesitamos saber cuál es la dirección que Dios quiere que tomemos y para ello debemos discernir su voz y saber el propósito que Dios quiere para nosotros porque nuestras emociones pueden hacernos desviar del camino perfecto de Cristo. 

Por lo cual debemos quitar todo razonamiento que nos impida avanzar en los caminos del Señor. Así que Dios puede abrir puertas de bendiciones y de oportunidades que nadie puede cerrar. Pero también hay que destacar que él puede cerrar puertas que nosotros no podemos abrir. Y esto lo hace de acuerdo a su perfecta voluntad.

En este sentido, como hijos del Señor debemos entender que nuestro Dios es soberano y él hace como quiere conforme a su voluntad y que nosotros solo debemos confiar y buscarle en espíritu y en verdad. Debemos tomar en cuenta que los pensamientos de Dios están por encima de nuestros pensamientos, ya que él ve el final de todo desde un comienzo y sabe lo que nosotros desconocemos. Además el Señor trabaja de forma misteriosa.

En este sentido, todos sus caminos son correctos y seguros. Él conoce todo lo que tiene sentido para tu vida y puede concretarlo. Por lo cual debes aprender a escuchar la voz de tu Padre para no ser engañados.

Los principios de Dios no cambian - Reflexiones

Los principios del Señor son inmutables, no cambian y Dios es el Señor por siempre. Por lo cual él siempre va a revelar su palabra a nuestras vidas para ayudarnos a permanecer firmes en el propósito que Él tiene para cada uno de sus hijos. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: “para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18)

 De esta forma que cuando ÉL determina algo para nosotros, Él lo cumple porque todo lo que comienza él lo termina, solo debemos confiar en su palabra y en las promesas que él tiene para cada uno de nosotros. Así que si Él ha dicho que Él abre puertas que nadie puede cerrar, lo cumplirá a pesar de que vengan situaciones de gran adversidad y por eso debemos estar tranquilos y confiados porque somos hijos del Todopoderoso y él cumple lo que promete de forma incondicional.

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Así que Dios  nos entregó la llave de David, quien  era un adorador, hombre conforme al corazón de Dios, apasionado por su presencia y aunque estuvo en muchos aprietos y fue perseguido por sus enemigos,  él siempre tenía una llave, que salía de lo más profundo de su corazón, era la llave de la adoración.

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Este siervo de Dios en medio de sus problemas y a pesar de no encontrar la salida, escribió Salmos y cada uno era una adoración, donde le clamaba al Señor con toda su alma, tal como podemos observarlo en este pasaje: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?” (Salmo 42: 5).

En este sentido, como hijos de Dios tenemos uno de los recursos más poderosos para derrotar al enemigo y avanzar en el propósito que tenemos tal como lo es la adoración que es la llave para abrir muchas puertas. Al respecto la palabra nos dice lo siguiente:

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”. (Apocalipsis 3: 8) 

En este sentido, debemos tener claro que cuando hay una promesa aunque pasen los años y no la veamos concretarse, debemos confiar en su veracidad, ya que Dios no miente y cumple su palabra, solo debemos esperar en él confiadamente, sabiendo que él es dueño del tiempo y tiene el control de todas las cosas. Esto se puede apreciar en cada una de las historias de los personajes, en los que Dios les había hecho promesas, tal es el caso de Abraham:

"Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.  Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.  Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.” (Hebreos 6:13-18)

De esta forma encontramos uno de los grandes ejemplos de que Dios cumple lo que promete y que su palabra es fiel y justa y se cumple a su tiempo. Este hombre esperó con paciencia a pesar de que ya a su esposa se le había pasado “la costumbre” y aun así, recibió la promesa de Dios, teniendo un hijo. Así que nunca se debe dudar de la palabra de Dios.

En este sentido nunca debes permitir que la desesperación se apodere de ti, solo debes confiar en lo que Dios ha prometido para tu vida. Siempre van a existir momentos difíciles en la vida pero Dios no nos va a poner pruebas que no podamos llevar, tal como lo dice su palabra:

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla” (1 Corintios 10:13)

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Dios Abre y Cierra Puertas - Cuál es el propósito

Una de las cosas que todo cristiano debe saber es que Dios es soberano y él hace lo correcto para nosotros. También es importante resaltar que existen consecuencias producto de nuestras malas decisiones y pecado, ya que Dios nos otorgó el libre albedrío, el cual nos permite escoger el mejor camino para nosotros.

Cuando Dios abre nadie cierra
Cuando Dios abre nadie cierra

Por esta razón, una vez que conocemos la palabra de Dios tenemos que hacer uso de ella y ponerla en práctica en nuestra vida, ya que como hijos del Señor debemos dar buen testimonio de lo que él ha hecho en nosotros, mostrando nuestros cambios, mostrando el fruto del Espíritu Santo, tal como lo revela su palabra, la cual nos conduce a toda verdad. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: 

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.  Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-15)

De igual modo, como hijos de Dios debemos comprender que lo que nosotros deseamos muchas veces no entre dentro de la voluntad del Señor. Así que él puede cerrar muchas puertas para abrir otras.

Esto a veces no lo entendemos y renegamos de nuestra vida. Pero cuando Dios nos aparta de algún proyecto, de algún trabajo e incluso de algunas personas, es por un propósito. Así que una vez que decides aceptar y recibir a Cristo, el Espíritu Santo comienza a dirigir tu vida, a ordenar, a quitar lo que estorba, a alejarte de las tinieblas para llevarte a la luz admirable de Nuestro Señor Jesucristo. Tal como la palabra lo señala:

“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9)

En este sentido, para saber cuál es nuestro propósito en la vida, debemos dejarnos guiar por su Espíritu Santo, quien te mostrará el camino que debes tomar, el cual es angosto, tal como lo señala el siguiente pasaje: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14)

Todos los hijos de Dios tenemos la misma visión de predicar el evangelio del reino para expandir su iglesia, su pueblo, ayudando al desamparado, libertando al cautivo, sanando al enfermo y dando el alimento al pobre, alimento físico pero también el alimento espiritual. Este, sin duda alguna es nuestro propósito principal, ser semejantes a Cristo.

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