Yo No Me Rindo Porque Dios Está Conmigo
No me rindo porque Dios está conmigo. Sé que en mi debilidad y dolor, Cristo es un buen líder para mí. Este mundo no tiene un hogar permanente para nosotros, pero encontraremos paz cuando conozcamos al Señor Jesucristo como nuestro Salvador y amigo.
Dios está conmigo
Seamos sinceros: la vida puede ser dura. Probablemente estás leyendo este artículo porque estás en una situación difícil, ¡y eso está bien! Todos necesitamos estímulo para seguir adelante cuando las cosas son difíciles, y por eso escribo este artículo para recordarte que Dios está contigo a través de tu dolor. Él sabe lo que se siente al sufrir y promete no sólo consolarnos sino también no abandonarnos nunca.
Dios ha estado conmigo en algunos de los momentos más difíciles de mi vida, tanto grandes como pequeños. Él estuvo allí cuando me lesioné el tobillo mientras jugaba al baloncesto con mis amigos, cuando perdí mi trabajo después de la graduación debido a una crisis económica, cuando tuve un accidente de coche de camino a casa desde el trabajo (más de una vez).
Cuando sucedieron estas cosas -y muchas otras- me sentí solo porque nadie podía entender cuánto me dolían o cómo me dejaban emocionalmente agotado día tras día mientras el tiempo pasaba sin que se viera ninguna mejora en mi situación.
Pero cada vez que ocurría algo malo en mi vida, Dios me recordaba que siempre estaba velando por mí, aunque nadie más pudiera verlo a su lado a lo largo de sus propias luchas. Él se aseguró de que todos supiéramos que no estábamos solos porque Su presencia forma parte de nuestra vida diaria, ¡nos demos cuenta o no!
Sé que en mi debilidad y dolor
- Él es mi fuerza.
- Él es mi esperanza.
- Él es mi consuelo.
- Él es mi guía, compañero, maestro, amigo y redentor.
Cristo es un buen líder para mí
Puede que pienses: "¿Por qué debería seguir a Cristo? Es sólo una persona más, y no sabe lo que se necesita para ser un buen líder". Tendrías razón: Cristo es sólo un hombre, así que no puede saberlo todo sobre el liderazgo. Sin embargo, hay muchas cosas que hacen de Cristo un buen líder para mí:
- Nunca se dio por vencido cuando no hice lo correcto o no lo escuché.
- Cuando cometí errores (y todos cometemos errores), me perdonó y me ayudó a aprender de ellos para poder hacerlo mejor la próxima vez.
Este mundo no tiene un hogar permanente para nosotros.
No estamos destinados a quedarnos aquí. Este mundo es temporal, y no moraremos en él para siempre. Es cierto que Dios nos ha dado un tiempo en la Tierra para crecer y aprender, pero este mundo no es nuestro hogar. Tenemos un destino eterno en el que pasaremos la eternidad con Dios tras el final de esta vida en la Tierra.
Para ayudarte a recordar esta verdad, tómate un tiempo cada día para reflexionar sobre cómo será tu vida después de la muerte, y si estás viviendo ahora mismo como si no hubiera vida después de la muerte.
No me rindo, porque Dios está conmigo.
Sé que en mi debilidad y dolor, Cristo es un buen líder para mí. Este mundo no tiene un hogar permanente para nosotros. Debemos recordar que nuestro hogar eterno está preparado por Dios. Si le somos fieles, Él nos guiará a través de este mundo y al cielo donde estaremos con Dios para siempre.
Conclusión
No soy una persona que se rinde. He superado muchos obstáculos en mi vida y he sacado fuerzas de todos ellos. Y ahora, a pesar de los desafíos de esta enfermedad, mi actitud ha seguido siendo positiva porque sé que Dios está conmigo.
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