Venciendo a los gigantes - Cuáles son los enemigos que te acechan

Venciendo a los gigantes que pretenden robar lo que Dios le ha dado a cada uno de sus Hijos es verdaderamente una lucha constante, ya que en el día a día debemos enfrentar con muchos obstáculos que nos pueden frenar a avanzar. Sin embargo Dios nos ha dado las herramientas necesarias para poder vencer al enemigo y obtener la victoria.

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El Señor en su palabra nos muestra el camino que debemos seguir y la manera en la que debemos prepararnos para los avatares de la vida. Una de estas herramientas en ponernos siempre la armadura de Cristo, tal como lo señala su palabra:

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:10-18)

En este sentido, en la palabra de Dios podemos hallar las respuestas a todas las preguntas con respecto a cómo defendernos del enemigo y de esos gigantes que muchas veces están en nuestra mente y que nos paralizan y detienen la obra de Dios aquí en la tierra.

Índice de Contenido
  1. Venciendo a los gigantes - Cuáles son los enemigos que te acechan
  2. Principios para derrotar a los gigantes 
    1. 1.- Dios escucha tu clamor
    2. 2.- Dios está en medio de su pueblo 
    3. 3.- El Señor nos defiende
    4. 4.- Confía en el Señor

Venciendo a los gigantes - Cuáles son los enemigos que te acechan

En este mundo siempre tendremos obstáculos que superar y retos que vencer, ya que aunque no somos de este mundo, debemos habitar en él para llevar a cabo el plan perfecto que Dios tiene para cada uno de sus hijos. Pero debemos comprender que una vez que aceptamos y recibimos a Cristo en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza a morar en nosotros y a moldearnos a su imagen y semejanza.

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Por esta razón, debemos pasar por diferentes pruebas, donde Dios prueba nuestra fe y confianza en el Señor. Dios, en su palabra nos exhorta de que debemos estar firmes sobre la roca, ya que cuando venga la tormenta, no seremos derribados. 

Venciendo a los gigantes
Venciendo a los gigantes

Así que ciertamente vendrán esas adversidades, en las cuales aparecen esos llamados gigantes que muchas veces nos impiden avanzar, pero no debemos permitir que se apoderen de nuestra vida, ya que el único dueño de nuestra vida es Cristo y si entendemos esto, podremos superar los retos. 

Además el enemigo no puede hacer nada sin el consentimiento del Señor y cada prueba nos ayuda para bien, tal como lo dice su palabra: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28)

Así que esos gigantes que podríamos llamarlos los Goliats, haciendo alusión a la historia reflejada en la biblia en la que David tuvo que enfrentarse a ese gigante, no pueden tener más poder que Nuestro Dios, quien es el verdadero gigante en nuestra vida, tal como lo dice la palabra:

“Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañara, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza. Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezaran, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos, porque a ti he encomendado mi causa”. (Jeremías 20:10-12 )

En esta cita se nos señala que el profeta Jeremías, siempre tenía muchos enemigos o gigantes a su alrededor. Pero este siervo del Señor tenía plena confianza en él, y en medio de toda esa confusión que lo circundaba, creyó y confesó con su boca que el único digno de ser llamado Poderoso gigante es Dios.

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Principios para derrotar a los gigantes 

Ciertamente en la actualidad nos vamos a ver inmersos en situaciones difíciles, donde encontraremos gigantes que representan a esos goliats que debemos vencer en el nombre del Señor, teniendo una actitud como la que tuvo David al enfrentar al gigante él solo. Por esta razón es importante  considerar los siguientes principios:

1.- Dios escucha tu clamor

Aunque te parezca que todo es oscuro y que no hay salida, debes saber que no estás solo, que Dios está atento a tus necesidades y sabe lo que realmente es mejor para ti. Así que para derrotar a los gigantes, debes saber que no hay mayor gigante que Dios y sin duda está presto a escucharte y ayudarte en cualquier situación adversa, solo debes creer plenamente en él. Esto lo podemos apreciar en el siguiente  pasaje:  "porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones". (1 Pedro 3:12)

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2.- Dios está en medio de su pueblo 

Toda la creación le pertenece al creador, por lo tanto él es dueño del pueblo, así que actúa como nuestro protector, donde los gigantes no pueden hacer nada si éste se mantiene firme en el Señor. En las Sagradas Escrituras podemos apreciar como el Señor respaldó a la reina Ester y así protegió a su pueblo. Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje:

“La ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó;  y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra. Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos” (Ester 8: 15-17)

De esta forma el pueblo fue respaldado por el Señor, pero para alcanzar esta protección, la reina Ester tuvo que interceder ante el rey Asuero, y lo hizo arriesgando su propia vida y poniendo su confianza en el Señor, y por eso fue recompensada, y el amor entre ellos además se restauró. 

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3.- El Señor nos defiende

El Señor nos protege y resguarda, pero no usa armas convencionales para derrotar a tus gigantes, y éstas tienen que ver con diferentes aspectos que debes considerar, tal como lo siguiente: la fe, el ayuno, la declaración profética, la oración, el pacto y la ofrenda, y éstas son algunas de esas armas con las que Nuestro Padre va a entregar a todos tus gigantes en tus manos. De esta forma la reina Ester logró derrotar al gigante que quería destruir a su pueblo:

“Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca” (Ester 4: 13-16)

Así que en este pasaje se puede notar la determinación de esta mujer de Dios, en la cual puso a riesgo su propia vida para enfrentar y derrotar al gigante. Pero para lograr esto usó las armas de la oración, del ayuno y sobre todo de la fe, sin la cual es imposible agradar a Dios.

4.- Confía en el Señor

La confianza en el Señor es otro de los principios que se deben tomar en cuenta para derrotar los gigantes que nos acechan en este mundo, ya que si no estamos seguros del Poder de Dios para protegernos, no podemos agradarle y posiblemente nos veremos envueltos en muchas situaciones adversas donde no encontraremos la salida, porque la salida y única salida en Cristo. 

Así que no depende de nuestra fuerza, de nuestras acciones, depende plenamente en Dios y si nos dejamos dirigir, los gigantes no podrán interferir en el propósito que él tiene para sus hijos. Al respecto podemos ver el siguiente pasaje: “y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios” (2 Crónicas 20:15)

En este sentido, en este mundo vamos a estar venciendo a los gigantes que nos acechan, y para lograr eso debemos tener un corazón dispuesto y poner nuestra confianza solo en Dios y no en nuestra propias fuerzas, ya que sin él nada podemos hacer.

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Esos gigantes muchas veces nos dominan porque nuestra fe se ha debilitado y dejamos de buscar la presencia de Dios en nuestra vida, lo cual es un error porque debemos tener la certeza de que nuestro gigante más poderoso es Jehová de los ejércitos.

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