Títulos de Cristo – 7 Nombres más resaltantes adjudicados según la biblia

Los Títulos de Cristo que aparecen en la biblia son muchos, son más de cien títulos que se le han adjudicado al Señor. Es importante considerar que las Sagradas Escrituras se centran en Jesús.

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En este sentido encontramos siete títulos de Jesús que están establecidos en los pasajes, donde se revela algo distintivo sobre Él, y donde además te permiten ver lo que significa poner a Cristo en el centro de tu vida.

Índice de Contenido
  1. Los títulos de Cristo – 7 Nombres más resaltantes adjudicados según la biblia
    1. 1.- El novio
    2. 2.- Hijo de Hombre
    3. 3.- El Señor del Sábado
    4. 4.- Mediador
    5. 5.- Roca
    6. 6.- Sumo sacerdote
    7. 7.- El Verbo

Los títulos de Cristo – 7 Nombres más resaltantes adjudicados según la biblia

Nuestro Señor Jesucristo es el centro de las Sagradas Escrituras porque constituye la esperanza para un pueblo que estaba esclavizado al pecado y atado a la ley. Ahora estamos bajo la gracia inmerecida que Dios nos ha regalado aun siendo nosotros pecadores.

En la biblia podemos encontrar unos 200 títulos de Cristo, los siete títulos expuestos a continuación constituyen los más resaltantes, dentro de éstos encontramos los siguientes:

1.- El novio

El título de “novio” se emplea en el Antiguo Testamento y hace alusión a Dios mismo: “como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti” (Isaías 6:25).

La imagen de Cristo como el novio y la iglesia como la novia constituye una de las más significativas. De igual forma es una imagen que nos conduce a la última consumación de tu relación con Jesucristo cuando Él regrese por segunda vez.

Por esta razón como hijos de Dios hemos sido llamados a prepararnos  con el mismo amor y cuidado como una que novia se prepara para el día de bodas, específicamente centrándonos en las acciones justas, tal como se puede observar en el siguiente pasaje:

 “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:7-9).

En este sentido, como iglesia de Cristo estamos llamados a estar preparados, tener las vestiduras limpias y blancas para esperar a Nuestro Señor Jesús cuando venga a este mundo por segunda vez.

La enseñanza de Jesús es nueva y por esta razón no puede ajustarse a las formas de pensamiento ni a los patrones de conducta establecidos de los fariseos. Por eso sus enemigos no lo entendían y lo consideraban una amenaza a sus leyes y creencias ya establecidas.

2.- Hijo de Hombre

El “Hijo de hombre” es otro de los títulos que se le adjudica a Cristo. Éste hace referencia a un título mesiánico. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: “Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (Lucas 6:5).

Por otro lado, Daniel 7:13 nos habla de “alguien parecido a un hijo de hombre” y al parecer este aspecto de la comprensión de Cristo, de su identidad y misión provienen de este pasaje. Este título es una combinación de que encierra la autoridad , poder, humildad y padecimiento.

En este sentido, este título como el “Hijo del hombre” hace alusión al amor de Jesucristo por la humanidad como su autoridad sobre nuestra vida.

De esta manera, el amor de Cristo nos recuerda tanto el amor de Jesús como su autoridad sobre nuestra vida. Con frecuencia solemos enfocarnos en cosas banales y nos olvidamos del gran significado que encierra el sacrificio perfecto de Cristo, en el cual tuvo que venir a este mundo a morir por nosotros, dejando a un lado su condición de Hijo de Dios y adoptando su nombre como “el hijo del hombre”

3.- El Señor del Sábado

Este título hace referencia al significado que encierra el día de reposo, de esta forma Jesús reinterpreta el Antiguo Testamento. Esto causa incertidumbre y molestia entre los fariseos, quienes se preguntan: ¿Por qué hacen ustedes lo que está prohibido hacer en sábado? (Lucas 6:2).

A esta interrogante, Jesús responde citando un ejemplo del Antiguo Testamento:  “Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él?” (Lucas 6: 3-4).

En este sentido, en este pasaje podemos apreciar una muestra desde una lectura amplia del Antiguo Testamento que revela que la comprensión de los fariseos con relación al día de reposo era muy reducida.

Esto se puede apreciar cuando Jesús sana a un hombre el día de reposo, en donde surgen diferentes interrogantes: “¿Qué está permitido hacer en sábado: hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?” (Lucas 6:9).

Así que Nuestro Señor Jesucristo se muestra radical en su reinterpretación del Antiguo Testamento y por eso nosotros debemos leer el Antiguo Testamento mediante  esa perspectiva.

4.- Mediador

En la palabra existen pasajes que hablan acerca de la sangre de machos cabríos y novillos y sobre “las cenizas de la vaca”, que son anticipaciones de la muerte de Jesús en la cruz del calvario,  tal como se observa en la palabra:

“Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente! Por eso Cristo es mediador” (Hebreos 9:14-15).

Títulos de Cristo
Títulos de Cristo

En este sentido, Cristo representa nuestro mediador, quien intercede ante Dios como nuestro abogado para defendernos y borrar nuestras rebeliones. Por esta razón debemos pedirle al Padre en el nombre de Jesús, y él nos justificará.

5.- Roca

Nuestro Señor Jesucristo representa nuestra roca, quien nos mantiene firmes en medio de la tempestad, y si permanecemos en los caminos de Cristo, nuestro camino no se desviará. Tal como lo expresa la palabra:

“y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Corintios 10:4)

De la misma forma en la que el agua fluyó para vida de la roca que golpeó Moisés en el desierto, Jesucristo es la Roca de la cual fluyó el agua viva de la vida eterna. Él es la Roca sobre quien debemos edificar nuestras moradas espirituales, para que ninguna tormenta las pueda mover.

En las Sagradas Escrituras podemos ver como Dios le dice a Moisés que saque agua de la roca, y Moisés golpea la roca dos veces y entonces fluye el agua para todos los que deseen beber: “…brotó agua en abundancia…” (Números 20: 11).

Por otro lado, el apóstol Pablo además nos habla de cómo interpretar el agua que fluye de la roca: “Todos […] tomaron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo” (1 Corintios 10:3-4).

De esta manera, Jesús es quien sacia nuestra sed, es el único que puede quitarnos la sed y fortalecernos. A través de su presencia hallamos consuelo y en medio del desierto es nuestra fuente de agua viva.

Debemos entender que Nuestro Señor es muy generoso con cada uno de sus hijos. Cuando Dios da lo hace de forma abundante, así que Jesús vino a este mundo para darnos vida y vida en abundancia, tal como se puede apreciar en el siguiente pasaje:

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10)

En este pasaje tenemos una verdad que se ve reflejada en la misericordia de Cristo en nuestra vida, ya que a través de su sacrificio perfecto podemos ser salvos y tenemos la promesa de que estaremos en la presencia del Señor cuando venga a este mundo por segunda vez.

6.- Sumo sacerdote

Otro de los títulos atribuidos a Jesús es el de “gran sumo sacerdote” (Hebreos 4:14) quien siempre intercederá por sus hijos.  Esta era una de las debilidades que tenían los sacerdotes en aquel entonces, es que no permanecían para siempre porque tarde o temprano morían.

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Por esta razón, Jesús es quien nos puede salvar por completo si nos acercamos a él y somos obedientes de su palabra, ya que Nuestro Señor intercede por nosotros por siempre, tal como lo señala la palabra:

“Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas este, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:23-25).

En este pasaje tenemos la certeza de que Nuestro Señor Jesucristo estará por siempre con nosotros, intercediendo y permitiéndonos la entrada al Reino de los cielos. De esta manera, él es nuestro Sacerdote eterno por excelencia

Como hijos de Dios debemos tener la certeza de nuestra fe, y no olvidemos que la bondad procede de Dios. No debemos preocuparnos en ser buenos sino que debemos enfocarnos en permanecer leales al Señor, tener la plena confianza en nuestra salvación.

“Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos. Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo? Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino solo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (Lucas 6:1-11)

En este sentido, Nuestro Señor Jesucristo  es nuestro sumo sacerdote, quien nos unge con su Santo Espíritu y permanece con nosotros para siempre. Jesús vino a este mundo a romper con las reglas de hombres, a romper estereotipos y prejuicios.

Cuando Cristo vino nos dejó una gran enseñanza y nos mostró con su ejemplo el significado real de lo que es el amor y la misericordia, la cual debemos aplicar en nuestro diario vivir haciendo buenas obras conforme a la perfecta voluntad del Padre.

7.- El Verbo

Nuestro Señor Jesucristo es el Verbo, es la segunda Persona del Dios trino, quien habló y fue hecho y creó todas las cosas de la nada, quien desde el principio era con Dios el Padre. Tal como se puede apreciar en el siguiente pasaje:  “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1)

De igual forma Jesús es el verbo de Dios y es el nombre desconocido que ha sido atribuido al Señor y encierra el misterio de su persona divina. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje:

“Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS” (Apocalipsis 19:12-13)

Por otro lado Nuestro Señor Jesucristo es el verbo de vida, ya que Jesús cuando vino a este mundo no solo habló acerca de lo que nos otorga la salvación y la vida eterna, sino que él es la palabra misma. Por lo cual a través de él tenemos vida eterna, gozo, plenitud porque él encierra lo que implica una vida en su luz admirable.

Mediante su santo nombre, como el verbo mismo, alcanzamos la plenitud de gozo y ya no vivimos nosotros sino que él vive en nosotros por medio de su Palabra que es él.

 En este sentido, Jesucristo es todo es nuestra verdad absoluta, nuestro novio, amigo, consolador, nuestro ayudador, nuestro único mediador entre Dios y los hombres. Representa la palabra, el amor, la misericordia, la entrada al Reino de los cielos, la vida eterna. Jesucristo es nuestro TODO y sin él nada somos.

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