Se buscan odres nuevos - Existe un nuevo tiempo 

Se buscan odres nuevos hace alusión a la enseñanza que nos deja Jesús acerca de la importancia que implica ser como odres nuevos que retengan y conserven el buen vino, y así como nadie pone remiendo de un paño nuevo en un vestido viejo, Dios no puede depositar su santa unción si no hemos dejado el viejo hombre para nacer de nuevo y convertirnos en esos recipientes nuevos y en perfecto estado para recibir lo que el Señor tiene para cada uno de sus hijos.

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A través de esta parábola podemos entender el propósito que Dios tiene para nuestra vida, ya que él quiere que seamos como esos odres nuevos dispuestos a recibir de la Gloria del  Esto lo podemos visualizar en el siguiente pasaje: “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan” (Mateo 9:17)

A través de esta enseñanza, Nuestro Señor Jesucristo nos muestra que nuestra vida es semejante a esos odres y resalta el hecho de que el odre viejo ya no puede usarse para echar el vino nuevo, ya que tiene una rotura que hace que el vino se derrame y se pierda. Por lo cual se nos demanda a no ser como esos odres viejos que no pueden retener el vino, que hacen que se pierda tanto el vino como el odre. Cristo quiere que seamos nuevas criaturas dispuestas a recibir todo lo bueno que Dios tiene para nuestra vida.

Índice de Contenido
  1. Se buscan odres nuevos - Existe un nuevo tiempo 
  2. Qué nos dice la biblia sobre los odres nuevos - Personajes bíblicos como ejemplo

Se buscan odres nuevos - Existe un nuevo tiempo 

Existe en la actualidad muchas distracciones que se nos presentan con la finalidad de que tropecemos y nos desviemos del camino que Dios tiene para nosotros como sus hijos. En la biblia podemos encontrar muchas enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo que hacen énfasis en la importancia de dejar lo viejo para dar inicio a lo nuevo. 

Se nos habla de nacer de nuevo, de ser nuevas criaturas, de no mirar atrás como la esposa de Lot, se nos señala la importancia de dejarnos moldear para que el Señor como el buen alfarero nos moldee y haga de nosotros vasijas listas para ser llenas de su santa unción. También se nos habla de mantener nuestras lámparas llenas de aceite. Es decir, existen muchos pasajes que nos hablan acerca de lo que debemos desechar de nuestra vida para poder avanzar. 

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Se nos señala que debemos dejar las viejas costumbres, los deseos carnales, y todo nos lleva hacia lo nuevo, hacia un nuevo comienzo en Cristo Jesús donde ya nuestros errores del pasado quedaron olvidados y borrados, tal como lo indica su palabra: “Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados”  (Isaías 43:25)

Así que cuando aceptas y recibes al Señor, y confiesas tus pecados, él te perdona y borra tus rebeliones y no se acuerda más de lo viejo, no se acuerda de tu pasado y solo ve el odre nuevo que está formando para así poderle dar de su vino, de su sangre, de su salvación.

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Por otro lado encontramos en el libro de Juan 2 cuando Nuestro Señor Jesús junto a sus discípulos fueron invitados a las bodas de Canaán, y se le acerca su madre y le dice que el vino se terminó, y Jesús convirtió el agua en vino y todos pudieron saciarse. Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje:

“Tres días después María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo llamado Caná, en la región de Galilea. Jesús y sus discípulos también habían sido invitados. Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. Entonces María le dijo a Jesús: —Ya no tienen vino. Jesús le respondió: —Madre, ese no es asunto nuestro. Aún no ha llegado el momento de que yo les diga quién soy. Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.» Allí había seis grandes tinajas para agua, de las que usan los judíos en sus ceremonias religiosas. En cada tinaja cabían unos cien litros. Jesús les dijo a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas.» Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. Luego Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta, para que lo pruebe.» Así lo hicieron. El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero los sirvientes sí lo sabían”  (Juan 2:1-9)

En dicha cita bíblica nos podemos percatar de que lo importante no era el vino sino el milagro que hizo Jesucristo, llevándolos a la reflexión porque si Jesús nos puede proveer de algo que no es indispensable, cuánto más nos puede dar. Solo necesitamos ser un odre nuevo dispuesto a recibir el buen vino.

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De igual forma, Jesús nos enseña en esta cita que todo milagro que él hace, lo realiza de forma perfecta, porque Nuestro Señor no puede hacer nada mal hecho, y en el libro de Juan 2:9-10 podemos observar que nos habla del buen vino:

“Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora”

Se buscan odres nuevos
Se buscan odres nuevos

Asimismo Jesús nos enseña que usa las tinajas para llenarlas de agua y luego convertirlas en vino, y esas tinajas eran usadas por los fariseos religiosos para su purificación. Así que el Señor quería mostrar que aunque se purifican por fuera, sus corazones no tenían al Señor. 

Por eso Jesús llenó esos recipientes de agua convertida en vino porque de esta manera debemos presentarnos ante el Señor, convertidos por medio de su sangre preciosa, ya que el vino es la sangre derramada por Cristo en la cruz del calvario. Es simplemente una simbología de lo que iba a vivir el Señor y que ya él lo sabía

En este sentido existe algo nuevo que debemos buscar en nosotros para estar aptos y recibir del buen vino que nos tiene Nuestro Señor Jesucristo. Debemos ser odres nuevos para que puedas recibir todo lo que necesitas e incluso aquello que no necesitas y que corresponde a las añadiduras.

Debemos dar comienzo a lo nuevo para que seamos diferente a los demás, apartado para Cristo, lleno del gozo del Señor, sin temor a las adversidades propias de la vida, donde serás probado. Así que debes ser fuerte y estar preparado, y para ello debes ser un odre nuevo cargado del buen vino, para que así puedas vencer ante cualquier enemigo que pretenda desviarte del camino correcto.

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Qué nos dice la biblia sobre los odres nuevos - Personajes bíblicos como ejemplo

La biblia nos habla acerca de diferentes personajes bíblicos con un ferviente anhelo de recibir más del Señor, de ser como odres nuevos dispuestos a ser llenos de la presencia de Dios. David es un claro ejemplo de lo que significa un verdadero siervo del Señor, capaz de reconocer sus fallas y de clamar por la presencia del Señor, tal como se puede ver en el siguiente pasaje:

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente” (Salmos 51: 10-12)

En este pasaje podemos ver la necesidad que tenía David de no perder la presencia del Señor, ya que sabía que para poder estar con Dios debía confesarse, dejar salir todo lo que sentía y clamar con fervor. Se expuso como un odre viejo que quería ser renovado para poder recibir del vino del Señor.

También vemos el ejemplo de Eliseo que anheló tener la doble porción de Elías: “Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. 10 Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no” (2 Reyes 2: 9-10)

En este sentido, Eliseo no deseaba lo mismo que Elías, sino la doble porción, es decir que anhelaba mucho más de lo que veía en Elías. Así que es un ejemplo a seguir, ya que debemos anhelar recibir más del Señor, pero para ello debemos ser odres nuevos. 

En este sentido el Señor está buscando odres nuevos que quieran recibir del buen vino, representado como esa sangre preciosa que nos limpia de todo pecado y que renueva nuestra vida por completo. Toda la biblia nos habla acerca de lo importante que es dejar todo atrás para comenzar de nuevo en Cristo Jesús. Esto no lo podemos lograr por nuestra propia fuerza sino que necesitamos de la ayuda del Señor. 

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