Qué Podemos Aprender Sobre Jeremías 2
En Jeremías 2:14-17, el profeta Jeremías habla de cómo Dios ama a su pueblo a pesar de sus pecados. Dios nos ha dado todas las oportunidades para arrepentirnos y ser perdonados, pero a menudo elegimos no hacerlo. Como hijos de un Padre amoroso que quiere que seamos santos con Él en el cielo por toda la eternidad, nunca debemos dar por sentada nuestra relación con Dios.
Dios odia nuestro pecado
En este pasaje, Dios les dice a los israelitas que odia su pecado porque lo ofende. Esta es una verdad sencilla, pero que a mucha gente le cuesta aceptar. No son sólo los pecados que cometen contra otros los que molestan a Dios; todo pecado es ofensivo para Él porque es una afrenta a Su santidad.
Por su naturaleza, Dios es puro y justo. No puede mirar el mal o la maldad sin odiarlo (Habacuc 1:13). De hecho, como cristianos también estamos llamados a odiar el mal (Salmo 97:10).
Como pecadores que somos, nunca seremos lo suficientemente perfectos o santos como para poder presentarnos ante Dios sin ningún pecado en nuestra conciencia, pero de todos modos debemos hacer lo posible.
Dios quiere que seamos santos
Dios quiere que seamos santos. Ya lo hemos dicho varias veces, pero vale la pena repetirlo: Los "santos" son personas que han sido hechas santas por Dios, lo que significa que son puras y justas. También significa que han sido adoptadas en la familia de Dios por medio de Jesucristo (una de las razones por las que la santidad es un tema tan importante en nuestra fe).
Dios nos da todas las oportunidades para arrepentirnos
Lo primero que podemos aprender de Jeremías 2 es que Dios nos da todas las oportunidades para arrepentirnos. Él sabe que somos pecadores, pero aun así nos da la oportunidad de arrepentirnos y ser perdonados por Dios.
No podemos culpar a Dios por nuestro pecado porque nos ha dado esta oportunidad y depende de nosotros si la aprovechamos o no. También es importante recordar que aunque haya consecuencias después de hacer cosas malas, Dios nos perdonará si nos arrepentimos y volvemos a él (Romanos 8:1).
Dios no se da por vencido con su pueblo; quiere que vuelvan a tener una relación con él para que puedan experimentar su amor por la eternidad. Cada día presenta una nueva oportunidad para nosotros como individuos; ¡no la desperdiciemos!
No tenemos excusa para pecar
Nuestro primer pensamiento podría ser excusar nuestro pecado porque hemos sido perdonados por Dios. Pero la Biblia es clara en cuanto a que incluso aquellos que han aceptado el sacrificio de Jesucristo en la cruz seguirán luchando con el pecado, por lo que necesitamos perdonarnos a menudo y pedir perdón nosotros mismos.
Todos somos pecadores, pero no todos somos culpables de los mismos pecados. Si tenemos esto en cuenta cuando leemos las Escrituras, nos ayudará a entender lo que Dios ha dicho sobre cómo quiere que vivamos nuestras vidas en la tierra.
Para llevar:
Aunque a Dios no le gusta que pequemos, nos sigue amando y quiere perdonarnos cuando lo hacemos.
La Biblia nos dice que Dios nos ama y quiere que seamos santos. Nos ofrece el perdón de nuestros pecados y nos invita a volver a Él.
Este pasaje de Jeremías 2 es un recordatorio de cuánto nos ama Dios, incluso cuando pecamos. También es un recordatorio de que debemos seguir mirando hacia adelante con esperanza mientras buscamos el perdón y nos esforzamos por alcanzar la santidad en nuestras vidas.
Jeremías 2 es un pasaje fascinante de la Escritura con mucho que enseñarnos sobre Dios y su Palabra.
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