Por qué me pasa lo que me pasa Parte II - Qué he descuidado para que el ataque me afecte

Por qué me pasa lo que me pasa Parte II, esta pregunta suelen hacérselas algunos cristianos, ya que tuvieron la oportunidad de conocer a Cristo, y empezar a leer su palabra, sin embargo de repente se empiezan a repetir u ocurrir eventos en sus vidas desagradables, en donde evidentemente las bendiciones se sienten o ven retenidas, nuevamente es necesario analizarse espiritualmente, algo estamos haciendo mal o dejamos de hacer.

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Índice de Contenido
  1. Porque me pasa lo que me pasa Parte II - Qué he descuidado para que el ataque me afecte
  2. Cómo saber si estoy sirviendo a Dios o al maligno

Porque me pasa lo que me pasa Parte II - Qué he descuidado para que el ataque me afecte

En Romanos 1: 21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” En algunas oportunidades el cristiano piensa que la vida cristiana es solo recibir a Cristo y ya, recibir a Cristo en nuestro corazón y nuestra vida es apenas el primer paso, ahora debe fortalecerse.

Primeramente es importante recordar que los caminos de Dios no son intermitentes, Dios es fiel y verdadero, por lo tanto debemos ser fieles y verdaderos con él, para no repetir todo el tiempo por qué me pasa lo que me pasa, debemos busca de la santidad que él nos pide que logremos, y saber que tenemos un enemigo que debemos reconocer para no caer y pecar.

Debemos de estar pendientes de lo que hacemos, que decimos, como actuamos en Romanos 1:25 nos dice: “Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así rindieron culto y sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo, ¡quien es digno de eterna alabanza! Amén” debemos servir a Dios en espíritu y verdad, conocerlo todos los días y saber que nos ama.

Conscientes de que somos hijos de Dios, que tenemos un enemigo que no nos pierde de vista para hacernos retroceder y perder nuestro galardón obtenido, además de robarnos las bendiciones que Dios tiene para cada uno, es necesario como cristianos conocer la autoridad que Dios os ha dado, de esa forma no volveremos a situaciones que nos hagan preguntar qué me pasa.

Nuestra vida cristiana debe basarse en tres principios básicos fe, obediencia y autoridad, para que todos podamos ser salvos, fe en el creador Dios, obedecerlo y asumir la autoridad que nos ha dado, no podemos abandonar el camino a cada rato pensando que tan solo con entregarnos a Jesús es suficiente, al estar en su camino debemos cumplir sus mandamientos.

Cómo saber si estoy sirviendo a Dios o al maligno

En 1 Juan 3:10 dice: “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” Los hijos de Dios siempre están en busca de la justicia y del bien para todos, no solo buscan estos dos factores importantes, también los ejecutan, al identificarnos como hijos de Dios, la vida cambia para bien, en todo el entorno.

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Por qué me pasa lo que me pasa Parte II
Por qué me pasa lo que me pasa Parte II

Los hijos de Dios no van por los caminos cristianos de forma intermitente, deben ser individuos valientes y fuertes para enfrentar cada adversidad presentada por el maligno, Dios sabe que somos débiles por ello siempre está con cada uno de nosotros, somos nosotros los que nos alejamos, y por ello muchos se vuelven preguntarse por qué me pasa lo que me pasa.

Todo ser que no obedece a Jehová, está siguiendo a satanás, debido a que él, fue quien no quiso seguir bajo la autoridad de Dios, y su justicia, cuando usted se vea o sienta que está haciendo cualquier activada que es diferente a los mandatos de Dios, ya sabe que ha desviado su camino y está sirviendo al maligno, y ya sabe que le va a roba todas las bendiciones obtenidas.

Por ello una vez más se le sugiere estar atento a lo que piensa, dice, y ejecuta, usted como cristiano debe conocer a Dios y esto lo hace por medio de su palabra, recuerde que la ignorancia le lleva actuar bajo los principios de satanás, y este vino dañar y destruir todo lo que tenga que ver con Dios, no sigamos permitiendo esto, tenemos autoridad para frenar sus hazañas.

Trabaje espiritualmente, en carne, y sangre, para que cuando usted vuelva a decir por qué me pasa lo que me pasa, sea para responderle a esa muchedumbre de personas a las cuales usted, le está hablando de Dios, que esa paz, que se le ve, y ese amor que se hace sentir, y que atraviesa todas las barreras visibles e invisibles solo es dado por el Dios Padre Celestial.

Deuteronomio 11:13-15 “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás”.

Como leemos, esto es un mandamiento con promesa incluida, y debemos saber e internalizar en nuestras vidas que Dios jamás miente, cumplamos entonces con sus mandamientos y veremos cada una de estas promesas reflejadas en nuestras vidas, un alma llena de paz y amor, una vida carnal con fluidez en cada proyecto que esté primeramente ofrecido a Dios.

Proverbios 12:15 dice que: “El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio” seamos sabios, no nos dejemos engañar por las artimañas del maligno, Dios nos ha dado autoridad para reprender, atar y echar fuera los demonios en el nombre de Jesús, como cristianos debemos hacerlos, Dios, no nos dejará solo en este camino, él nos ama infinitamente.

En conclusión, usted es un hijo de Dios, sus pecados les fueron perdonados por el Jesucristo, el cual enfrente muchas cosas, manténgase firme ya sabe que los ataques del enemigo son fuertes, pero Dios le manda a que sea valiente, que sea fuerte porque él está con usted, que no lo dejara ni lo desamparara, y si él, que es todopoderoso, que no miente nos dice esto, tengamos fe.

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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda

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