Por Qué Enrumbar Tu Barca Con Dios

Hoy te diremos por qué enrumbar tu barca con Dios. El Señor Jesús me ha llevado por un camino que nunca hubiera podido imaginar. Cuando no había nadie a quien acudir en momentos de desesperación, él estaba allí. Cuando el mundo me fallaba y me sentía abandonado, él estaba allí con los brazos abiertos. Me enseñó paciencia, compasión y humildad cuando no tenía ninguna.

Me dio fuerza cuando sólo tenía debilidad dentro de mí. Me llenó de gratitud por todo lo que se me ha dado en esta vida cuando mi corazón estaba lleno de tristeza y dolor. En resumen, hizo posible que volviera a vivir, plenamente viva y realizada por su amor por todos nosotros.

Este artículo es el comienzo de una serie que explorará cómo podemos seguir la guía de Dios en nuestras vidas a través de la oración y la fe, utilizando una sencilla analogía: navegar en un barco con Él como capitán al timón.

Comenzaremos explorando lo que significa ser guiados por el amor de Dios hacia nosotros mientras navegamos juntos en esta vida en nuestros viajes individuales a través del espacio y el tiempo hacia la eternidad junto a Él - ¡si así lo elegimos! (¡Lo hacemos!).

Enrumbar tu barca con Dios

Índice de Contenido
  1. Jesús (Yeshua) conoce el mapa de la vida. Nosotros no.
  2. Él sabe cuál es el mejor camino que debemos tomar y en qué dirección dirigir nuestro barco.
  3. Él es nuestro guía a través de las tormentas, a través de las profundidades acuáticas donde no conocemos mapas.
  4. Él es el punto de nuestra brújula, un norte verdadero al que siempre podemos volver.
  5. Nuestra estrella es Su amor por nosotros, y nunca vacila, nunca cambia, es constante y verdadero.
  6. Él nunca nos desviará hacia el peligro, sólo hacia aquello que nos sirva mejor en esta vida y más allá.
  7. Seguir a Dios en todo no dejará que el error nos destruya.
  8. Debes enrumbar tu barca con Dios porque te ama y quiere que seas feliz
  9. Conclusión

Jesús (Yeshua) conoce el mapa de la vida. Nosotros no.

  • Dios conoce el mejor camino a tomar.
  • Cuando dudes de ti mismo, Dios dirigirá tu barco en la dirección correcta.
  • Él es tu guía a través de las tormentas y las aguas turbulentas.
  • Él es tu brújula y tu estrella cuando todo lo demás parece oscuro, nebuloso y confuso.

Él sabe cuál es el mejor camino que debemos tomar y en qué dirección dirigir nuestro barco.

Debes enrumbar tu barca con Dios porque Él conoce el mejor camino para ti.

  • Él sabe cuál es el mejor camino a tomar, en qué dirección dirigir nuestra nave cuando dudamos de nosotros mismos.
  • Sabe lo que hay delante y lo que hay detrás.
  • Sabe dónde estamos y nos ve en todo momento.
  • Su conocimiento de todo lo que existe es perfecto (ver Salmo 139:1-4), así que sus planes para ti y para mí también van a funcionar perfectamente.

Él es nuestro guía a través de las tormentas, a través de las profundidades acuáticas donde no conocemos mapas.

Debes enrumbar nuestra barca con Dios porque es nuestro guía a través de las tormentas, a través de las profundidades acuáticas donde no conocemos mapas, ni sextantes para ver las estrellas por las que podríamos navegar. Él es nuestro Dios, que camina con nosotros incluso cuando nos adentramos en territorio desconocido. Él camina con nosotros incluso en los mares tormentosos y en las noches oscuras de nuestra alma.

Él es el punto de nuestra brújula, un norte verdadero al que siempre podemos volver.

La punta de nuestra brújula es Dios. Él es el verdadero norte al que siempre podemos volver. Cuando te encuentres en una tormenta, cuando sientas que todo se ha desmoronado y necesites a alguien a quien acudir, éste será tu guía.

Las Escrituras nos dicen que Dios nos ha puesto como luces en el mundo (véase Filipenses 2:15). La palabra luz significa aquí "brillar o emitir luz". No sólo eres una luz para los demás; ¡también brillas para Dios! Debes ser conocido por tu fidelidad y amor a Cristo (Filipenses 1:11-12).

Nuestra estrella es Su amor por nosotros, y nunca vacila, nunca cambia, es constante y verdadero.

El amor de Dios por nosotros es incondicional. No cambia con nuestros sentimientos o acciones. El amor de Dios por nosotros es eterno, lo que significa que durará para siempre, sin principio ni fin. El amor de Dios por nosotros es infinito; no hay límites a lo que Él hará por nosotros si se lo pedimos con fe (Efesios 3:20). Por último, el amor de Dios por ti es constante: siempre estará dispuesto a perdonar tus pecados y a darte la bienvenida a casa (Juan 10:9; Romanos 5:8).

Él nunca nos desviará hacia el peligro, sólo hacia aquello que nos sirva mejor en esta vida y más allá.

  • El amor de Dios es infinito y eterno.
  • No nos desviará hacia el peligro, sólo hacia lo que nos servirá mejor en esta vida y en el más allá. Porque su amor por nosotros es infinito, eterno.

Seguir a Dios en todo no dejará que el error nos destruya.

Como navegante, me esfuerzo por mantener mi barco seguro y navegando en la dirección correcta. También quiero poder pasar tiempo de calidad con mi familia y mis amigos a bordo. Para poder cumplir estos objetivos, es importante que escuche atentamente las instrucciones de Dios. Él también te ama y quiere que seas feliz. Puedes aprender a hacerlo siguiéndole a Él en todas las cosas, porque sólo Él te conducirá a la paz eterna y al gozo eterno (Filipenses 4:7).

Debes enrumbar tu barca con Dios porque te ama y quiere que seas feliz

Dios te ama y quiere que seas feliz. Dios nunca te desviará del camino. Te dará paz y alegría para siempre, siempre que le sigas. Y nos guía a través de las tormentas de la vida, ya sean financieras, emocionales o físicas, o todas ellas. Puedes confiar plenamente en él para que se ocupe de tus necesidades.

Conclusión

Mantén tus ojos en el horizonte. Puede que no te esté hablando ahora, pero lo hará. Sigue escuchando y mantén tus oídos abiertos a Él. Lo más importante es mantener tu fe y confianza en Dios. Esta es la única manera en la que podemos liberarnos realmente del miedo, la duda y la desesperación en nuestras vidas.

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