Perfeccionando El Perdón
Nuestro tema de hoy se llama “Perfeccionando el perdón”. Una cosa es perdonar a alguien. Otra es perdonarse a uno mismo. Esta es una situación en la que podemos ser nuestros peores enemigos. ¿Por qué? Somos humanos y cometemos errores, es parte del ser humano.
Pero la capacidad de perdonarnos a nosotros mismos nos permite la oportunidad de avanzar y trabajar para mejorar en lo que hacemos para no volver a repetir esos mismos errores. Si no estás seguro de cómo perdonarte a ti mismo o incluso si deberías hacerlo, ¡sigue leyendo!
¿Por qué es tan difícil perdonar?
El perdón no es una reacción natural al ser herido. Si estuvieras caminando por la calle y alguien te diera un puñetazo en la cara, la ira sería tu primera respuesta. Tendría sentido sentirse enfadado con alguien que le ha dado un puñetazo en la cara. Pero si esa misma persona se disculpara y dijera que lamenta lo que hizo (y que fue un accidente), ¿no podrías perdonarla?
La razón por la que el perdón es tan difícil no es porque carezcamos de empatía o compasión; es porque nuestro cerebro ha sido condicionado por la sociedad para aferrarse al dolor, la ira y la culpa como una forma de protegernos de un mayor daño o rechazo.
El ciclo de la falta de perdón
El ciclo de la falta de perdón es un ciclo doloroso. Comienza con la ira, que luego conduce al sufrimiento. Este sufrimiento provoca más ira, lo que lleva a más sufrimiento, y así sucesivamente. Este círculo vicioso puede romperse si perdonamos a quienes nos han herido o a nuestros seres queridos y les liberamos de nuestros rencores o sentimientos de resentimiento hacia ellos.
El paso más importante en este proceso es liberar a la persona que te ha hecho daño de tu ira, perdonándola por sus acciones y pidiéndole a Dios que te dé paz respecto a la situación que te causó dolor en el pasado.
Pasos para perdonar
Ahora que entiendes la importancia del perdón, vamos a hablar de cómo conseguirlo.
- El perdón es una elección, no un sentimiento. Puedes elegir perdonar a alguien aunque no tengas ganas de perdonarlo.
- El perdón es un proceso, no un evento. No tienes que pensar en el perdón de una vez; en su lugar, trabaja en él paso a paso hasta que se convierta en una segunda naturaleza el perdonar a las personas que te rodean cuando te hieren u ofenden. Hay cinco pasos en este proceso:
- Identificar el dolor por haber sido herido por otra persona.
- Entender por qué se han herido tus sentimientos.
- Encontrar compasión por ti mismo y/o por la otra persona que te ha herido u ofendido.
- Decidir si lo que ha sucedido ha sido intencionado o no (si es así, ver el punto.
- Si es necesario (es decir, si no ha habido intención), decidir si la acción necesita corrección o no (por ejemplo, si alguien dice algo ofensivo porque no sabe nada mejor).
Perdónate a ti mismo también
El perdón es un proceso. No se trata de olvidar, sino de dejar ir. El perdón no es para la otra persona; es para ti y tu corazón y mente. Puede que estés albergando rabia o dolor debido a un incidente en tu pasado que podría haberse resuelto a través del perdón si sólo alguien hubiera estado dispuesto a aceptar la responsabilidad de sus acciones.
Quizás alguien te hirió física o emocionalmente, quizás te robó dinero o te mintió o te utilizó de alguna manera. No importa cuánto tiempo hace que ocurrió o si la persona implicada sabe siquiera que te ha hecho daño; lo que importa es cuánto tiempo ha pasado desde entonces y si algo ha cambiado entre las dos personas con el tiempo (o si hay alguna posibilidad de cambiar las cosas).
Eso es lo que hace que perdonar sea un reto: Tienes que encontrar formas de sortear estos obstáculos antes de seguir adelante con el perdón
El perdón es posible si lo quieres.
He aquí algunas conclusiones del proceso de perdón:
- El perdón es posible si lo quieres.
- El perdón es una elección, no una obligación. No tienes que perdonar a alguien si no quieres hacerlo. Si no estás preparado o no puedes perdonar, ¡no pasa nada! Sólo tienes que saber que no será una vergüenza decidir no perdonar a alguien en este momento o nunca: es tu decisión y no es asunto de nadie más, a menos que realmente se preocupen por tu bienestar y felicidad, algo que las personas que no son buenos amigos no suelen hacer porque, de todos modos, no conocen toda tu historia, así que ¿por qué se esfuerzan tanto?
La cuestión es: No tengas miedo de hacer lo que tiene sentido para ti en este momento, incluso si eso significa decir que no gracias o tomarse un tiempo para pensar en hacer las paces con alguien que te hirió en el pasado; esa persona no tiene nada que decir sobre cuánto tiempo cura las heridas (y a veces esas heridas nunca se curan).
Conclusión
Te he dado las herramientas para perdonar y un proceso a seguir. Ahora es el momento de empezar a perdonar. El primer paso es siempre el más difícil, pero una vez que te pones en marcha, cada vez es más fácil a medida que tu corazón se abre más. El perdón es posible si lo quieres; ¡ahora sal y hazlo realidad!
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