Nuestra relación con Dios como madres y esposas – Beneficio del temor a Dios

Nuestra relación con Dios como madres y esposas, está reseñada en la biblia desde la antigüedad, porque para Dios es importante la familia desde su formación, y por ello nos dejó ejemplo de cómo tratar a las madres y a las esposas, ya que su misión es únicas e incomparables, siendo pilares en una vida con Cristo, trayendo bendiciones al hogar y sembrando el temor a Dios.

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Índice de Contenido
  1. Nuestra relación con Dios como madres y esposas – Beneficio del temor a Dios
  2. En qué afecta no tener una buena comunión con Dios

Nuestra relación con Dios como madres y esposas – Beneficio del temor a Dios

Toda nuestra vida debe de estar ofrecida a Dios, para que los pasos que demos estén bajo su protección, el acto de formar una familia debe de estar dirigido por Dios y su Sabiduría, ya que la esposa escogida hoy, será una pieza fundamental en la crianza de los hijos en Proverbios 19:14 “La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.”

Una mujer prudente es un regalo que Dios, da al hombre, ya sea su esposa o su madre en el Salmo 128: 3-4 “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová.” Y cuando hablamos de temor nos referimos primeramente a reconocer su grandeza.

Nuestra relación con Dios como madres y esposas
Nuestra relación con Dios como madres y esposas

Nuestra relación con Dios como madres y esposas, se basa primeramente en el temor a Dios, que es reconocer su grandeza, tener respeto a su autoridad y poder, esto no es religión es sentido común, es saber que tenemos un creador, que dio a su único hijo por nosotros, es decir le ama, imagínese si usted respeta a las autoridades del mundo, cuánto no más a Dios.

Cuando sabemos quién es Dios, y lo importante que es en nuestras vidas buscamos la manera de hacer su voluntad, cumplir sus mandamientos, hacer esto de corazón trae sus recompensas, y cuando deseamos formar una familia, nada como la bendición de Dios, en la mujer que acompañara ese camino, tan maravilloso, todo esto lo piensa y analiza un hombre que respeta a su creador.

Ahora analicemos con bases bíblicas, ya que son la palabra de Dios dada al hombre, en ella él, le promete que si honra a su padre y a su madre todos los días de su vida le irá bien y se alargaran en la tierra, siendo este el único mandamiento con promesa, todo individuo ha de desear que le vaya bien y además cumplir muchos años de vida, y ya sabemos cómo se logra.

Nuestra relación con Dios como madres y esposas, marcarán la pauta a lo que ha de ser el resto de nuestras vidas, claro está que esta bendición, no solo es responsabilidad del hombre, la mujer también debe estar en comunión con Dios, y con este proceder de corazón, serán ambos bendecidos por Dios, para iniciar o continuar el camino más importante de su vida.

En Proverbio 30:31 dice: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” y es porque muchas veces se piensa que la belleza física durará para siempre, y se confunde la mujer en un mundo de vanidad, sin importarle el respeto a Jehová y su obra, sin embargo cuando está nos se sale de los caminos de su creador todo en ella será loado.

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Cuando el hombre se casa con una mujer virtuosa temerosa de Dios, la misma posee un carácter firme y con principios, y una belleza inexplicable, además que mucha gente le pregunta como hace para que las finanzas sea bien distribuida, y la única respuesta que existe es, nuestra relación con Dios como madres y esposas, son bendecidas porque se le da prioridad a él.

Imagínese usted, con su familia recibiendo todas estas bendiciones y gozo y para ello qué debe hacer, como ya se ha mencionado reconozca al señor su Dios, su poder, su justicia y su gran misericordia que podría simplificarse en una pequeña y contundente frase temor a Dios, cuando usted hace esto, está cerca de Dios, le está conociendo, por lo tanto mantiene una comunión con él.

Existe expresiones como, cuando eres buen hijo eres buen esposo, buen padre y eso es cierto, pero la realidad es que este tipo de individuo lo único que revela es nuestra relación con Dios como madres y esposas se basan primeramente en el respeto o temor al creador, reconocer su grandeza y poder, conocerlo nos llena de amor y respeto y eso reina en el núcleo familiar.

A medida que conozca a Dios, que mantenga una comunión de todo corazón con él, que guarde sus mandamientos y le respete como Dios, le respeta a usted, su comportamiento hablará por usted, dará testimonio de lo que Dios, hace y hará en su vida, entonces usted dirá siempre nuestra relación con Dios como madres y esposas, es única e inigualable.

El hombre que teme a Jehová que mantiene una comunión con Dios es digno de tener en su vida una mujer que sea excelente esposa y madre la cual se caracteriza por ser buena administradora en todos los sentidos, aman de casa, comerciante y todos los oficios y profesiones en donde pueda solucionar o solventar una situación, además de ello es una mujer que inspira a otros.

Todo lo mencionado y más son las características de esta mujer que teme a Dios, y va de la mano de su creador, con relación a la belleza de su físico suele escucharse en algunos casos expresiones como no es bonita, pero tiene una belleza inexplicable y es la belleza única que da estar bajo la voluntad y el amor de Dios, estas mujeres de Dios, son fuertes y dulces a la vez.

En qué afecta no tener una buena comunión con Dios

Cuando en nuestras vidas no reina el temor a Jehová, esta suele ser quejumbrosa, por lo general en este tipo de familia el abuso en todos los niveles reina y la infelicidad sobreabunda en Proverbios 19:13 “Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer.” Este tipo de situaciones, hacen del hogar un lugar inhóspito, arruinado y sin paz.

Nuestra relación con Dios como madres y esposas depende de usted, doble rodilla ante nuestro Señor Jesús, y aunque no haya tenido tal vez una madre en los caminos de Dios, aunque todo en su infancia haya sido tormentoso no tiene por qué continuar así, ame a Dios por sobre todas las cosas tenga temor al mismo practique su comunión con él, y verá maravillas.

Si su madre y su esposa nunca han mantenido una comunión con Dios, y ya usted lo está viviendo, pídale a Dios que le ayude para que toda la familia disfrute que es tener un hogar en armonio, paz, orden, pero sobre todas las cosas amor, parte de este trayecto usted lo podrá impulsar porque en usted se va a ver reflejado los cambios que Dios, hará en usted y todo lo que le rodea.

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Para concluir su felicidad en la vida, la generación que producirá depende de su comunión con Dios, a su vez esa comunión le guiara en el comportamiento que deba tener con su madre o esposa, recuerde que en este mundo estamos para hacer la voluntad de Dios, y la voluntad del Padre es y será siempre buena, agradable, y perfecta, toda su familia merece un buen vivir en Cristo.

Si por alguna razón no ha tenido esa comunión ideal con Cristo busque un lugar en donde no sea interrumpido y pídale perdón por sus pecados, pídale que entre en su corazón que usted le acepta como su único Señor y Salvador, que escriba su nombre en el libro de la vida y que no lo borre jamás, invite a su familia, a tener esta conversación con Dios, usted verá como todo cambiara.

De nuestra relación con Dios como madres y esposas, depende que vivamos un mundo como Dios, quiere que vivamos, lleno de orden, armonía, paz o el tormento e infierno que viven muchos hogares en la actualidad, la decisión depende de usted de los suyos, Cristo vino a darnos Paz, y Salvación a nuestras almas, no se deje engañar él, le ha amado hoy y siempre búsquelo.

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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda.

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