“No os preocupéis”. Estudio bíblico
Este estudio bíblico se basa en la Escritura de Mateo 6: 17-34. “No os preocupéis” genera una serie de preguntas que buscan ayudar a los participantes a reflexionar sobre su propia vida y cómo afrontan los problemas. A medida que avanzamos a través de este pasaje, espero que aprendamos algo nuevo acerca de Dios y nuestra propia vida.
Es un estudio bíblico de Mateo 6 17-34
- En este capítulo vemos a Jesús hablar acerca de algunos aspectos importantes acerca del tema de las obras públicas y del famoso mandamiento "Ofrendas y diezmos". En esta parte, Jesús explica que Dios no quiere el dinero por sí mismo; Él quiere tu corazón.
- También vemos otro ejemplo interesante acerca de cómo la gente estaba usando los templos comercialmente en aquel tiempo: los llevaban a que vieran un hombre curado por Jesús (ver versículos 16-17), pero lo que realmente estaban buscando era llenar su propio bolsillo.
Ocuparse de todo
Aunque puedas parecer una persona que se preocupa demasiado, con esto en mente es posible que te sientas más tranquila. Hay muchas maneras diferentes de ocuparse de todo y ninguna forma es mejor que otra. La ansiedad, la preocupación y la inquietud pueden ocurrir cuando pasamos mucho tiempo pensando en una situación o problema que nos hace sentir mal o inseguros.
Esto podría incluir tu trabajo, un examen importante, el estado financiero de tu familia. Lo que sea que te preocupe no importa tanto como cómo reaccionas al estar en medio de ello.
Si te sientes atrapada por lo que no puedes cambiar (como una enfermedad grave), entonces necesitas buscar ayuda profesional para controlar la ansiedad ante los eventos realmente importantes y para aprender a controlar la inquietud e inseguridad sobre cosas triviales perdiendo su valor en comparación con las cosas realmente importantes (1 Corintios 13:13-14; Efesios 5:15; Colosenses 3:15).
Por qué nos preocupamos
Porque somos humanos. Somos hechos de carne y hueso, con una mente limitada que puede caer en error. La Biblia dice: “Nadie tiene más falta de razón que el hombre cuando se engaña a sí mismo” (Romanos 1:22). Por eso, cada vez que nos preocupamos por algo, estamos cometiendo un error y necesitamos voltear para ver la verdad que Dios ha revelado en Su Palabra.
Aprender a confiar en Dios implica reconocer y admitir nuestras debilidades humanas y alejarlas del camino. Por supuesto, sería ideal si nunca tuviéramos un problema financiero o familiar; pero solo pedirle a Dios no va a resolverlo por completo y sin esfuerzo por nuestra parte; tendremos que trabajar duro para restaurar nuestro relación con Él si queremos alcanzar la tranquilidad espiritual!
Al final del día no podemos confiar sólo en la voluntad de los demás para lograr lo que deseamos; tenemos que creer firmemente en la presencia divina dentro de nosotros y su poder para proveernos de las cosas necesarias. Mientras más tiempo pasemos orando sin cesar sobre nuestros problemas e intercediendo por ellos ante Dios, más fácil será encontrar soluciones prácticas para la vida diaria!
¿Por qué te preocupas?
- Porque crees que puedes controlar todo.
- Porque no confías en Dios.
- Porque no tienes fe.
- Porque no tienes una relación con Dios.
Ocuparse de Dios
- Dios es nuestro Padre
- Dios nos ama
- Dios nos quiere
- Dios nos cuida
- Dios nos protege
- Dios nos bendice
Oración
Dios mío, por favor, ayúdanos. Señor, ayúdame a tener un corazón agradecido y manso. Ayúdame a controlar mis respuestas a los problemas. Ayúdame a ser un ejemplo de confianza y serenidad para mi familia y amigos. Amén.
- Dios es una fuente de confianza. Por lo tanto, puedes tener un corazón abierto y tranquilo a la voluntad de Dios.
- Dios es una fuente de serenidad. Por lo tanto, puedes tratar las circunstancias sin estar agitado o preocupado por ellas.
- Dios es una fuente de agradecimiento. Por lo tanto, puedes dar gracias a Dios por cada bendición que recibes y saber que él te ama y cuida de ti (2 Corintios1:3-4).
- Dios es una fuente de control sobre tu vida (porque Él es el único que puede hacerlo) y Él te ayuda con las decisiones que has tomado en tu vida (Salmo37:5), así como con los problemas que hay en ella (Salmo130:5-6).
Conclusión
Me gusta que la Biblia me recuerde que Dios se preocupa de mí y de todo lo que me preocupa. Jesús nos dice: "No os preocupéis por vuestra vida". Esto no quiere decir que no debemos tener ninguna ansiedad, pero podemos llevarla a nuestro Señor en oración y confiar en Él para guiarnos y darnos paz.
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