La última lágrima – Qué dicen las Sagradas Escrituras

La última lágrima puede ser el producto de una vida equivocada, una vida llena de temores, pérdida de seres amados de lo que nunca nos recuperamos o una vida sin Cristo, todo esto lleva a una vida desolada vacía y aunque muchos digan que de felicidad también se llora, cuando lees la biblia notas que las lágrimas solo están asociadas a tristeza, angustia y desolación.

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La última lágrima – Qué dicen las Sagradas Escrituras

La acción de llorar está asociada con el dolor y Jesús en Mateo 5:4 dijo: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” Como podemos notar el hecho de que nuestro señor viese alguno llorar le conmovía y su misericordia se hacía notar, Jesús como todo padre nos quiere consolar y no vernos sufrir, más bien desea que estemos alegres y llenos de paz.

Nuestro Señor Jesús también demostró estremecimiento de espíritu y conmoción cuando las hermanas de Lázaro y los discípulos lloraban por la muerte de este, pero cuando tienes Fe en un Dios vivo, ves milagros como sucedió con Lázaro, soluciones que jamás pensaste en buscar, todo y esto y más ocurre porque todo el que cree en Jesús y clama a él recibe consuelo.

Dios jamás deja por fuera a un corazón contrito y humillado, siempre encontrarás respuestas si acudes a él, ahora como hijos de Dios debemos imitarles, ya que algunas veces, vemos algún ser llorando y somos incapaces de dar una palabra de fe, aliento, decirle o recordarle que Cristo le ama, y resulta que esa era la última lágrima en este mundo.

Cuando oramos a nuestro Dios Todopoderoso, de todo corazón y hay lágrimas de dolor esa oración es oída de inmediato por él, porque es una súplica de todo corazón, no es llorar por llorar es llorar de corazón con voz de dolor, Dios, conoce nuestro corazón y lo que hay en él, la súplica de una madre, el llanto de un hijo ante una situación sin posible solución para el hombre, Dios oirá.

Todo cristiano sabe que siempre estaremos con pruebas que nos formaran el carácter y reforzarán nuestra fe en Cristo por ello, cuando se sienta desolado, triste, o con alguna situación que lo agobie, no se desespere vaya a los pies de Cristo, expóngale su pesar, y verá cómo la respuesta es de inmediato y esa será la última lágrima que usted derrame por ese problema él, solucionará.

En Juan 16:33 dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Nuestro Señor Jesucristo nos lo ha dicho, entonces ante los sufrimientos vayamos a él, porque solo él nos puede dar la paz que tanto necesitamos, prediquemos la palabra de Dios, hablemos de nuestro consolador que es Cristo Jesús.

Hermanos, no olvidemos que somos hijos de Dios y que todos tenemos un enemigo en común, este enemigo no quiere que sigamos a Cristo que salvemos nuestras y qué mejor que un mundo de situaciones que entristezcan nuestro espíritu nuestros ser en toda su esencia, al estar tristes y desolados no analizamos cómo deberíamos eso nos debilita, pero tenemos la solución.

Si, la solución es clamar al Dios, que todo lo puede, a su hijo Nuestro Señor Jesucristo, cuando sintamos que el dolor se desborda en lo que llamamos lágrimas, no dejemos de clamar, no hemos sido los únicos a los cuales el maligno quiere zarandear en Lucas 22:31 “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;”.

Ante el dolor, la angustia, la desolación, la tristeza, tengamos Fe, llevemos una palabra de aliento y de esa Fe, que se nos ha dado a toda criatura que no conoce a Cristo, fortalezcamos nuestras almas y demos dosis de Dios, a otros nuestras almas es un tesoro invaluable, y el maligno las quiere para hacernos, daño, ya sabemos que lloraremos, pero Cristo es nuestro consolador.

Para concluir, quiero decirte que no sabemos cuándo será la última lágrima tuya, o de algún ser humano que veas llorar, por ello es necesario que todos sepamos que Cristo, es la verdad y la vida, que seguirle es lo mejor que nos ha pasado en la vida, si tienes dolor, si el llanto brota ante las dificultades, no te muestres ante el mundo ve a los pies de Cristo, allí está la solución.

Busca un lugar, donde estés a solas con Dios, y dile de todo corazón, Señor Jesús, perdona mis pecados, te reconozco como mi Señor y Salvador, quiero que entres a mi corazón y reines en él, para siempre, reina en mi vida y guíame para seguir tu camino, escribe mi nombre en el libro de la vida y no lo borres jamás, gracias por oírme, mi última lágrima por pecar está delante de ti.

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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda

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