“La Predicación No Es Para Mí”. Sermón

Has decidido que predicar no es para ti. Entiendes que la predicación es necesaria, pero no es para ti. No quieres ser un predicador; simplemente no es tu vocación o don. Y déjame decirte algo, amigo: Estás muy equivocado en esto.

La Predicación No Es Para Mí

Índice de Contenido
  1. No entiende cuando se proclama la Palabra.
  2. Sabe que la Palabra es verdadera, pero no la pone en práctica.
  3. Sabe que la predicación del arrepentimiento no sólo es necesaria para los demás, sino también para él.
  4. No está totalmente libre de la autojustificación secreta.
  5. No hagas caso a la gente que te dice que la predicación no es para ellos
  6. Pensamientos finales

No entiende cuando se proclama la Palabra.

La Palabra de Dios es poderosa. Es el poder de Dios (Lucas 4:14). Es la espada de Dios (Efesios 6:17). Es su martillo, su hacha y su fuego (Jeremías 23:29-32; Hebreos 12:29). Eso significa que cuando usted predica la Palabra, está manejando una herramienta muy poderosa que puede ser utilizada para el bien o para el mal.

La Biblia dice que debemos usar nuestras palabras con sabiduría porque pueden edificar a otros o derribarlos (Proverbios 15:1; Efesios 4:29). Cuando predicamos debemos considerar cómo nuestras palabras van a afectar a las personas que las escuchan.

Sabe que la Palabra es verdadera, pero no la pone en práctica.

  • La Palabra de Dios no es sólo una teoría, la Palabra de Dios no es sólo un libro, la Palabra de Dios no es sólo un texto.
  • La Palabra de Dios es algo que ponemos en práctica.
  • Leer y estudiar la Biblia te ayudará a entender lo que significa ser fiel.
  • Es importante leer la Biblia porque nos enseña cómo vivir nuestras vidas de acuerdo con el plan de Dios para nosotros como cristianos

Sabe que la predicación del arrepentimiento no sólo es necesaria para los demás, sino también para él.

Cuando dices que la predicación no es para ti, estás diciendo esencialmente que el arrepentimiento no es necesario para ti. Si este es el caso, entonces hay muchas cosas que se deben decir:

  • El arrepentimiento es necesario para la salvación. Sin arrepentimiento, el hombre no puede salvarse; y cuando afirmamos que la predicación no es para mí, lo que realmente estamos diciendo es que no necesito arrepentirme porque ya estoy salvado. Pero si uno no cree en la necesidad del arrepentimiento (y de hecho es necesario) entonces ¿cómo puede salvarse? ¿De qué le servirá la salvación si sigue viviendo en pecado? ¿Cómo puede esa persona entrar en el cielo?

La Biblia dice claramente que los que viven por sus pecados morirán por ellos (Eclesiastés 8:12). Usted no puede esperar que sus amigos o familiares que han estado perdidos en sus pecados todos estos años se arrepientan sólo porque usted lo hizo; más bien deben escuchar de alguien más los peligros del pecado y cómo afecta nuestras vidas ahora así como nuestras perspectivas futuras después de la muerte.

  • El arrepentimiento puede ser necesario también para el futuro, pero ¿qué hay de hoy? ¿Hay algo de malo en querer servir a los demás hoy sin tener que esperar hasta mañana o la semana que viene para hacerlo? ¿Se nos permite sólo una experiencia de cambio de vida al día? ¿No debería la gente que nos rodea cambiar ahora mismo para poder difundir la bondad ahora mismo en lugar de más tarde, cuando podrían olvidar lo que se dijo durante el servicio de la semana pasada.... o incluso peor... ¡nunca lo escucharon!
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No está totalmente libre de la autojustificación secreta.

La autojustificación puede ser una señal de incredulidad. La palabra clave aquí es "incredulidad". La incredulidad en la Palabra de Dios es la raíz de todo pecado, y la autojustificación no es una excepción.

Es fácil ver cómo nuestro orgullo se interpone en el camino de la predicación cuando consideramos cuán a menudo decimos cosas como "No creo que sea lo suficientemente bueno para predicar" o "Soy demasiado viejo/joven/estúpido/inexperto/etc. para predicar".

Todos estos son ejemplos de autojustificación; revelan nuestra tendencia al orgullo y a la autojustificación, que son signos de incredulidad en la soberanía de Dios sobre Su Palabra y Su pueblo (Romanos 9:20).

No hagas caso a la gente que te dice que la predicación no es para ellos

  • La predicación es un don de Dios.
  • La predicación es un mandato de Dios.
  • La predicación es necesaria para la iglesia.
  • La predicación es necesaria para el mundo.
  • Y lo más importante, ¡la predicación es necesaria para usted como predicador!

Pensamientos finales

La predicación es una parte muy importante de la vida cristiana. Pero no es la única manera de vivir una vida cristiana. El predicador no vive sólo para sí mismo, sino para su congregación. Debe estar dispuesto a renunciar a algunas cosas que le gusta hacer, para predicar eficazmente para la gloria de Dios y la edificación de su pueblo. No escuches a la gente que te dice que la predicación no es para ellos. Si tienes dudas sobre ti mismo, reza y pide a Dios que te ayude a superarlas.

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