La Mujer Con Flujo De Sangre En La Biblia

Cuando leí por primera vez lo de la mujer con el flujo de sangre en Mateo 9:20-22, me llamó la atención lo mucho que debió ser una lucha para ella. Es decir, tenía una herida que sangraba profusamente, y probablemente le dolía mucho.

Y además, estaba rodeada de gente religiosa que estaba más preocupada por la pureza ritual que por su curación y comodidad. Es fácil olvidar lo difícil que era la vida en aquella época cuando vemos todo lo que hoy damos por sentado, como la electricidad y el agua corriente (e incluso la comida).

Índice de Contenido
  1. Una mujer con una herida superficial...
    1. Una época de profunda ignorancia
    2. En un mundo donde reinan los ídolos y reina el paganismo
    3. Una fe cuestionable
    4. Bajo una intensa presión
    5. Falta de comprensión y falta de compasión
    6. Una mujer con una herida de fe
  2. Para llevar:

Una mujer con una herida superficial...

En esta historia, la mujer tenía una herida superficial que sangró durante 12 años sin parar. Esto hizo que fuera despreciada por los judíos y gastó todo lo que tenía en médicos, pero nada la ayudó. Entonces Jesús le preguntó si quería que la curara de su aflicción. Ella dijo que sí y él la tocó e inmediatamente la hemorragia se detuvo (Marcos 5:25-34).

Una época de profunda ignorancia

La época de la ignorancia fue una época de profunda ignorancia. La gente no estaba educada y, por lo tanto, no sabía cómo tratar las enfermedades ni qué las causaba. Creían en el culto a los ídolos y eran supersticiosos, lo que hizo que se alejaran de Dios.

En un mundo donde reinan los ídolos y reina el paganismo

En un mundo donde reinan los ídolos y el paganismo, la Biblia está llena de historias de hombres, mujeres y niños que fueron tentados por la adoración de ídolos.

En el libro de Daniel del Antiguo Testamento, leemos sobre el rey Nabucodonosor de Babilonia. Tuvo un sueño que lo perturbó tanto que llamó a sus magos y astrólogos para que se lo interpretaran. Cuando no pudieron hacerlo, Dios le dio a Daniel la interpretación:

Una fe cuestionable

No basta con creer. Tu fe debe estar basada en la verdad, en los hechos y en la realidad. Piénsalo así: Tú crees que puedes volar, pero cuando saltas de un edificio, tu creencia no cambia el hecho de que vas a morir si no tienes un paracaídas. Lo mismo sucede con nuestra fe en Cristo

Si no tenemos el tipo correcto de fe (basada en la verdad), entonces todo lo que sucede es que perdemos nuestro tiempo tratando de complacer a Dios sin conocerlo, y esto trae condenación (Romanos 14:23).

Bajo una intensa presión

La compasión de Jesús por la mujer era evidente. La vio sangrar y se compadeció de ella, tanto que la curó. No permitiría que uno de los suyos sufriera de esa manera. Es interesante observar que esta mujer tenía fe en el poder de Jesús incluso antes de que le hablara (Marcos 5:34-35).

Podemos aprender de esta historia que cuando pasamos por una presión o un sufrimiento intensos, Dios nos dará exactamente lo que necesitamos; a veces puede ser la vida de otra persona, pero normalmente es una palabra de Dios mismo. La Biblia nos dice que Dios nunca nos dejará ni nos abandonará (Deuteronomio 31:6; Hebreos 13:5).

Falta de comprensión y falta de compasión

Jesús tenía el poder de curar y su misericordia está disponible para todos los que creen. María padecía una enfermedad, pero no era la única que sufría. La multitud que la rodeaba sufría con ella porque no entendía lo que le pasaba ni por qué le pasaba.

Una mujer con una herida de fe

Al leer la historia de la mujer con flujo de sangre en tu Biblia, puedes notar cómo Jesús fue compasivo y misericordioso con ella. La historia de la mujer con flujo de sangre es un ejemplo de cómo Jesús sanó a alguien con fe.

Aunque esta mujer no era judía, tenía fe en que Jesús podía sanarla. Ella creía que su poder podía hacerla sanar de nuevo, así que tenía esperanza de sanar.

Jesús le dio a esta mujer una nueva esperanza de salud y plenitud, a pesar de que otros se oponían a lo que Él hacía (ver Marcos 5:25-34). Lo que aprendemos de este pasaje es que Jesús ama a todos los que acuden a Él en busca de ayuda, ¡sin importar sus antecedentes o creencias!

Para llevar:

A la mujer con flujo de sangre, Jesús le dijo: "Hija, tu fe te ha curado; vete en paz". Jesús tenía el poder de curarla y lo sigue teniendo. Su misericordia está disponible para todos los que creen.

Para llevar: Jesús es el único que puede curarnos y perdonar nuestros pecados. También es el único que puede llevarnos a Dios. Es incluso más que eso: ¡es nuestro Salvador!

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