La Mente Un Pequeño Pero Gran Campo De Batalla

La mente es como un pequeño pero poderoso campo de batalla. El propósito de la meditación no es detener la mente o tratar de cambiar lo que está sucediendo allí. Se trata de aprender a no entrar en batalla con los enemigos de la mente, que son muy reales y peligrosos si se les permite crecer hasta convertirse en ataques completos contra nuestros cuerpos y almas.

La Mente Un Pequeño Pero Gran Campo De Batalla

Índice de Contenido
  1. La mente es como un pequeño pero muy poderoso campo de batalla.
  2. La religión promueve la idea de que nuestra mente es un lugar maligno contra el que debemos luchar con uñas y dientes.
  3. Según esta mentalidad, el propósito de la meditación es detener la mente.
  4. La Biblia dice que estamos constantemente en el proceso de luchar con nuestra mente, así que es mejor no luchar contra ella.
  5. La meditación consiste en aprender a no entrar en batalla con los enemigos de la mente
  6. Conclusión

La mente es como un pequeño pero muy poderoso campo de batalla.

La mente es como un pequeño pero muy poderoso campo de batalla. Siempre estamos luchando con nuestra mente y tratando de cambiar lo que sucede en ella. Pero no debemos impedir que la mente piense en algo, ¡o no tendríamos más pensamientos! Si intentas dejar de pensar en algo, tu cerebro pensará en otra cosa.

Esto puede llevarte por un camino muy peligroso, porque si tu mente piensa en cosas que no son buenas para ella (como "tengo que ir a comprar comida"), entonces esos pensamientos saldrán de tu boca y se convertirán en acciones, lo que significa que todas estas cosas ocurren a propósito porque surgieron a través de una acción llamada "hablar". ¡Así que recuerda: no detengas lo que está ocurriendo dentro de tu cabeza--es demasiado importante!

La religión promueve la idea de que nuestra mente es un lugar maligno contra el que debemos luchar con uñas y dientes.

La religión promueve la idea de que nuestra mente es un lugar maligno contra el que debemos luchar con uñas y dientes. Nos enseña a detener nuestra mente, a cambiarla y a controlarla. Estas cosas no son sorprendentes porque la religión siempre ha tratado de controlar a la gente. Esta es la razón por la que la religión puede promover ideas como:

  • "La mente es un pequeño pero gran campo de batalla".
  • "La mente es un lugar maligno"
  • "La mente debe ser detenida".

La religión nos dice que estas ideas son verdaderas porque vienen de Dios, ¡que supuestamente sabe lo que es mejor para nosotros mejor que nosotros mismos!

Según esta mentalidad, el propósito de la meditación es detener la mente.

La meditación no consiste en detener la mente. La meditación consiste en aprender a ser consciente de la mente. El propósito de la meditación no es detener los pensamientos, sino aprender a hacerse amigo de ellos. Al aprender a hacerlo, tendrás un mejor conocimiento de tus propios enemigos y amigos; este conocimiento te ayudará a elegir sabiamente cuando te enfrentes a cualquier decisión o problema en la vida.

La Biblia dice que estamos constantemente en el proceso de luchar con nuestra mente, así que es mejor no luchar contra ella.

La Biblia dice que estamos constantemente en el proceso de lucha con nuestra mente, por lo que es mejor no luchar contra ella deteniéndola o tratando de cambiar lo que está sucediendo allí. Puede ser difícil al principio, pero eventualmente aprenderás a aceptar los pensamientos que vienen a tu mente como parte del plan de Dios para tu vida.

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Al principio puede dar miedo, pero Dios deja claro que nos ha creado y lo sabe todo sobre nosotros (incluidos nuestros pensamientos). Él nos ama y sólo quiere cosas buenas para nosotros en este mundo, ¡incluso cuando esas cosas no son fáciles o agradables! Si te viene a la cabeza un pensamiento que parece malo o equivocado, recuerda: Dios lo sabe todo. No te preocupes si sientes que algo malo puede suceder como resultado; ¡Dios tiene todo bajo control!

La meditación consiste en aprender a no entrar en batalla con los enemigos de la mente

La mente es como un pequeño pero gran campo de batalla, con muchos enemigos y aliados diferentes, que siempre están luchando entre sí. La forma en que podemos controlar esta batalla es sabiendo controlar nuestra propia mente. Por ejemplo, si alguien dice algo malo de ti y te enfadas y quieres vengarte, esto provoca una lucha de enemigos dentro de ti mismo porque crea ira hacia esa persona y esa ira dañará tu cuerpo y tu mente.

La meditación nos ayuda a aprender a no luchar contra este tipo de pensamientos o comportamientos para evitar que nos afecten negativamente de cualquier manera posible; en cambio, la meditación nos enseña a mejorarnos a nosotros mismos siendo más conscientes de lo que ocurre en nuestras experiencias cotidianas.

Conclusión

La mente es como un pequeño pero muy poderoso campo de batalla. La Biblia dice que estamos constantemente en el proceso de lucha con nuestra mente, por lo que es mejor no luchar contra ella deteniéndola o tratando de cambiar lo que está sucediendo allí. La meditación consiste en aprender a no entrar en batalla con los enemigos de la mente.

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