La Bendición De La Presencia Del Señor – Qué significa en la vida de un creyente

La bendición de la Presencia del Señor es tener la paz de Dios a pesar de las adversidades, entendiendo que él tiene el control de todas las cosas y está atento a nuestras necesidades, ya que somos sus hijos y quiere bendecirnos en todos los aspectos de nuestra vida.

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Como Hijos de Dios somos herederos de su reino, de su gloria, de su poder y majestad. Por lo cual las bendiciones deben ser una constante en nuestra vida, traspasando las tormentas, las aflicciones que sin duda alguna, van a estar presentes, tal como lo anunció el señor en su palabra:

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el Señor” (Salmos 34:19)

De esta manera que aunque no somos de este mundo, nos toca vivir aquí y convivir con todos. Por ende, debemos estudiar, trabajar y ser diligentes en todo lo que hacemos. Venciendo de este modo las obras del diablo, quien nos quiere ver fracasados, empobrecidos, enfermos y descarriados. 

Pero como Hijos de Dios estamos sellado con el Espíritu Santo, marcados a precio de sangre, la cual fue derramada para darnos la vida eterna por Gracia, por amor y misericordia.

La bendición de la Presencia del Señor – Qué significa en la vida de un creyente

La bendición de la Presencia del Señor es un regalo maravilloso que tenemos los hijos de Dios, los que hemos nacido de nuevo y ahora somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, por lo cual tenemos al Espíritu Santo en nuestras vidas como nuestro consolador, maestro amigo, Padre para moldearnos a imagen y semejanza de Cristo.

En este sentido, los hijos de Dios son herederos del Reino de los cielos y están llamados a ser bendecidos en todo. Y esta bendición implica lo siguiente:

1.- La bendición de tener Paz

Tener la bendición de estar en la presencia de Dios es tener la paz que sobre pasa todo entendimiento humano, todo raciocinio, toda lógica, es aquella paz que solo la puede dar Cristo y que reside en nuestra alma, corazón, mente y espíritu. Es estar en calma aunque andemos en valles de sombre de muerte, aunque estemos en tribulaciones, en tormentas, en problemas, en soledad o enfermedad. 

Y esta paz fue la que nos dejó Jesucristo cuando vino a este mundo a morir por nosotros, dejándonos su Santo espíritu: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”.  (Juan 14.27)

Asimismo encontramos en los salmos la presencia de esa paz en Cristo, incluso cuando estamos dormidos, donde nuestro sueño no puede ser perturbado cuando se lo entregamos al Señor: “En paz me acostare y así mismo dormiré; Porque solo tu Señor, me hace vivir confiado.” (Salmo 4: 8)

2.- Tener fe

Por otro lado el apóstol Pablo señalaba acerca de la fe, lo siguiente: “Justificados. Pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5-:1) En este sentido, la paz que tenemos es por nuestra fe inquebrantable, esa fe que nos da bendiciones porque gracias a esta fe podemos tener entrada al reino de los cielos.

3.- Hacer justicia

También la bendición de la presencia del Señor tiene que ver con el hecho de hacer  justicia, tal como el Profeta lo señala: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ungió el Señor, porque me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Señor…” ( Isaías 61: 1-2)

4.- Tener libertad

Por otro lado, esta bendición implica tener libertad, tal como se señala en el Evangelio de Juan, donde afirma lo siguiente: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8: 32 )

5.- Tener Gozo

Estar en la presencia del Señor es tener el gozo victorioso de Jesucristo porque nuestro lamento él lo convierte en risa, alegría y amor. Tal como lo expresa el Salmo 16:11: “En Tu presencia hay plenitud de gozo.” También el Apóstol de los gentiles nos señala lo siguiente: “Porque el reino de Dios, no es comida ni bebida sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Romanos 14: 17)

6.- Estar lleno de amor

Tener la bendición de la Presencia del Señor es estar lleno del amor de Dios, de ese amor que no tiene condición, que es inmerecido, que no cambia y que es eterno. En 1 Corintios 13 se describe de forma detallada lo que es el amor de Dios:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”(1 Corintios 4-8)

En este sentido, el amor de Dios es inquebrantable y ese amor está en nosotros cuando tenemos al Espíritu santo dentro de nosotros, ya que somos su templo y morada. Pero debemos mantenernos firmes porque el enemigo siempre va a querer sacarnos del redil y desviarnos del camino correcto.

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Al respecto la palabra nos dice lo siguiente en el libro de Efesios 3:14-19 “El amor sea sin fingimiento. Aborrecer lo malo, seguid lo bueno.”  (…) “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de la gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”

De esta manera debemos tener la certeza de que somos Hijos de un Dios que demanda nuestra disposición total y absoluta para que podamos manifestar el fruto de su Espíritu Santo:   “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 22:23)

Tener la bendición de la presencia del Señor en nuestra vida, implica una vida nueva, implica dejar el pasado atrás, tiene que ver con un estilo de vida ahora guiado por el Espíritu Santo, quien nos lleva a toda verdad y nos muestra el mundo espiritual que se mueve a nuestro alrededor y que a veces no comprendemos pero que existe.

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