La Abundancia Según Jesús

La abundancia según Jesús. Él nos dice que la abundancia es un lugar de descanso, de nuevas cosas, de amor que no depende del tiempo ni del espacio, y nos dice que el amor verdadero es el más puro y lo único que Dios nos pide. Sigamos leyendo para ver lo que dice la biblia acerca de este tema.

Índice de Contenido
  1. La abundancia no es lo que todos creen
  2. Cree en Dios, Cree en Jesucristo
  3. Vive como un Hijo de Dios
  4. Recibirás lo que pediste
  5. La abundancia es mala reputación.
  6. Conclusión

La abundancia no es lo que todos creen

La abundancia no es una actitud o una forma de vida, sino una ley de la naturaleza. La naturaleza está hecha de energía, y eso significa que cualquier cosa que desees tiene en sí misma la capacidad de surgir y manifestarse en tu vida. La abundancia está dentro de ti como un condicionamiento natural, y sucede cuando tu conexión con el cosmos (el Universo) se fortalece.

La abundancia según Jesús

Muchas personas piensan que algo viene a buscarlas para darles más riquezas porque son "abundantes". Este no es el caso; lo importante aquí es entender que la riqueza puede ser encontrada en cualquier lugar del planeta y que no hay ningún lugar más acertado en este mundo para encontrarla, sino aquí mismo donde nos encontramos ahora mismo!

Cree en Dios, Cree en Jesucristo

El Evangelio de Juan demuestra que la idea de que muchos bienes materiales pueden traer felicidad es equivocada. Dios ha dado a cada uno lo que necesita, no más; para que él no sea un tacaño con sus dones, pero tampoco con demasiadas cosas. Si alguien tiene más de lo necesario y no quiere compartir su abundancia con otros, será llamado tacaño y será criticado porque la gente hará comentarios negativos sobre este tema en sus redes sociales o blogs personales.

Vive como un Hijo de Dios

Tú eres el modelo que otros imitan, y también formas parte de la imagen que los demás tienen del cristianismo. Es importante que seas honesto con tus acciones, amabilidad y carácter. Cuando vives como un Hijo de Dios, se hace evidente a todos los demás alrededor de ti que Jesucristo vive en ti (Colosenses 1:27).

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Tener una buena reputación ante los ojos del mundo es una muestra del poder que poseemos por medio del Espíritu Santo en nuestras vidas. Ser un buen ejemplo para otros es algo difícil perderse en la abundancia; no volverte materialista ni egoísta; no ser ignorante sobre las necesidades reales de aquellos menos afortunados; y asumir tu responsabilidad y compromiso con respecto a la gente fuera de tu propia familia (1 Juan 3:17-18).

Recibirás lo que pediste

La abundancia es una decisión que toma cada persona en su vida. Aunque a veces puede resultar difícil, la abundancia no es lo que muchas personas creen y tampoco lo que dice la gente.

La abundancia no es una forma de ganar dinero o tener riqueza material, sino más bien tiene que ver con el estado de tu mente y cómo eres capaz de depositar tus pensamientos en cosas positivas como el amor, la paz y la felicidad.

La idea detrás de la palabra abundancia es agradecer por todo lo bueno que hay en tu vida para hacerte sentir más feliz y expresar gratitud por las cosas pequeñas; entonces tu visión se expande para incluir cada vez más buena energía alrededor de ti hasta que te encuentras rodeado por un aura positiva (gratitud).

La abundancia es mala reputación.

La gente no sabe que la abundancia es una forma de vida. En realidad, para muchos la abundancia significa dinero y poder. Por ejemplo, si eres rico, tienes mucho dinero y tienes poder. Pero el Señor me ha dicho que lo que hace que seas rico es tu amor por los demás y tu sabiduría en las cosas del Señor.

Eso te hace abastecerte con todo lo necesario para vivir bien; no todo lo requerido por tu estilo de vida o por deseos personales, sino tus necesidades espirituales, éticas y materiales como seres humanos dignos de amor incondicional del Padre-Hijo-Esposo (SM) Jehová Todopoderoso.

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Conclusión

Dios es la riqueza. Dios es el verdadero sentido de abundancia. El amor de Dios y la vida en abundancia no tienen nada que ver con tener mucho dinero o comodidades materiales. Jesús nos enseñó que está más allá de lo que podemos imaginar, y quiere darnos más de lo que pedimos o pensamos.

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