Estudio Bíblico De Jeremías 17
Jeremías 17:5-10 es un hermoso pasaje sobre la importancia de ver la verdad de Dios en nuestras vidas. El profeta habla directamente a su pueblo, diciéndole que no es capaz de ver y entender esta verdad porque ha sido cegado por el pecado. A continuación, les instruye sobre cómo conocer la verdad, incluso cuando les parece imposible hacerlo.
El pecado de Judá
"El pecado de Judá está escrito con pluma de hierro y punta de diamante; está grabado en la mesa de su corazón y en los cuernos de tus altares; "También se han hecho imágenes fundidas para sus abominaciones, y han cometido adulterio con imágenes talladas, todas ellas obra de manos antiguas." (Jeremías 17:1-2)
Este pasaje nos enseña sobre los pecados de Israel. La Biblia dice que Israel cometía idolatría al servir a otros dioses aparte de Jehová. Incluso hicieron ídolos de piedra o metal para que sirvieran como objetos de adoración en lugar de Dios.
El pueblo usaba estos ídolos en ceremonias religiosas como fiestas llamadas "tallas". Durante estas fiestas quemaban incienso ante estos falsos dioses; este acto se consideraba un insulto a Jehová porque significaba que estaban anteponiendo otro dios a Él.
Judá será maldito y estéril
Este es un pasaje difícil para el pueblo de Judá. Dios les ha dicho que no prosperarán porque han roto sus leyes y han ignorado a sus profetas. Dice que los castigará destruyendo su ciudad, Jerusalén, y quitándoles sus tierras. Estas son palabras fuertes que parecen injustas para los israelitas que todavía tienen fe en Dios.
La maldición por confiar en el hombre
No es ningún secreto que la gente no es de fiar. Lo hemos visto una y otra vez a lo largo de la historia, y lo vemos también en nuestras propias vidas. Pero a veces olvidamos esta lección y ponemos nuestra confianza en el hombre en lugar de en Dios. Esto es pecado.
Como cristianos, nunca debemos poner nuestra confianza en nada más que en Dios, porque sólo Él puede proveer para nosotros, tal como lo hizo cuando proveyó para Israel en el desierto (Deuteronomio 8:3).
La maldición por confiar en el yo
Ya deberías saberlo, pero el "yo" es una maldición. La confianza en uno mismo es una maldición. La autoestima es una maldición. El amor propio es una maldición. El orgullo propio es una maldición, ¡y deberías saber que todo es el yo!
La Biblia nos enseña que no debemos estar orgullosos de lo que hemos logrado o de cuánto dinero tenemos en nuestras cuentas bancarias o de cuántas personas nos siguen en las redes sociales; esas cosas no son importantes.
Lo único que cuenta en la vida es la fe en Jesucristo como tu Salvador, amar a los demás con el amor de Cristo (Gálatas 5:22), servir a los demás con humildad y gracia (Lucas 22:24), y estar agradecidos por todo lo que Dios nos da (1 Timoteo 6:17).
Maldición de Dios
Si seguís confiando en el hombre, Dios dice que vuestra sociedad será maldita. Perderás tu tierra y serás dispersado entre las naciones. Si sigues confiando en ti mismo, entonces Dios dice que tu pueblo será aplastado por sus enemigos y no encontrará ayuda de nadie más.
Si sigues confiando en el dinero, entonces Dios dice que las cosechas de tu nación morirán porque no habrá suficiente lluvia o sol para cultivarlas. Esta maldición también podría significar que una hambruna golpearía o que habría poca comida disponible para que la gente la comprara (ambas son cosas que he visto suceder en la vida real).
Por último, si sigues confiando en el poder y en las armas en lugar de en el propio Señor, entonces todos tus planes fracasarán en su momento de necesidad."
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Conclusión:
En este capítulo, Jeremías se dirige a personas que habían puesto su confianza en otras cosas. Tal vez era el rey o un poder extranjero del que dependían para su seguridad y prosperidad.
O tal vez era el dinero y las posesiones lo que creían que los haría felices. Sea lo que sea, Dios nos dice aquí que ninguna de estas fuentes es suficiente por sí sola para darnos lo que necesitamos y hacernos verdaderamente felices.
En este capítulo, hemos visto a muchas personas que confían en otras personas o cosas que no son Dios. También hemos visto las consecuencias de confiar en el hombre o en el yo y cómo eso puede llevar a la destrucción.
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