Cuidado con las excusas - Qué significan a la luz de la biblia
Cuidado con las excusas porque es un tipo de engaño que te impide avanzar en la vida y proyectarte en objetivos a lograr. Cuando eres cristiano, tu vida debe ser un testimonio vivo de lo que Dios ha hecho en tu vida, recordando que somos templo y morada del Espíritu Santo y tenemos un propósito determinado en este mundo.
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Cuidado con las excusas - Qué significan a la luz de la biblia
En la Palabra de Dios podemos encontrar todo referente a la manera en la que debemos dirigirnos en la vida, y nos muestra cómo las excusas han impedido o han retrasado las bendiciones que Dios tiene para sus hijos. En el siguiente pasaje encontramos un ejemplo acerca de las excusas:
"… Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena" (Mateo 22:16-20; 24 )
En este pasaje podemos apreciar cómo Jesús a través de una parábola nos muestra la importancia de estar a tiempo para la cena, es una gran enseñanza acerca de lo que es la responsabilidad y el compromiso. Hace alusión a la cena del Señor que se llevará a cabo cuando él venga por su Iglesia, donde las excusas no serán tomadas en cuenta, por eso debemos estar preparados para ese día especial.
En este sentido, las excusas muestran solo orgullo, rebelión, irresponsabilidad, engaño y mentira. Representa un escudo nefasto que colocamos para no asumir responsabilidades. En la actualidad se ha vuelto muy común este tipo de vicios que generan muchas veces malestar entre las personas porque queremos dejarle todo el peso a alguien más y no asumir la responsabilidad como debe ser.
Estas excusas muestran falta de interés por algo o por alguien, y dentro de las congregaciones se ve mucho porque son pocos los que asumen compromiso con la obra del Señor. También representan un disfraz porque no se quiere dar la cara y afrontar la situación con madurez.
En el libro de Génesis podemos ver muestras de las primeras excusas que se dieron a conocer cuando Eva comió del fruto prohibido, donde Adán acusó a Eva de haber comido del fruto prohibido, y Eva acusaba a la serpiente de haber sido engañada, y en lugar de confesar, se respondieron por vergüenza y miedo. Esto lo podemos ver en el libro de Génesis 3:13 “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”
De esta manera, cada excusa que le damos al Señor muestra cuán duro está nuestro corazón y hasta donde llega nuestro amor a él. Por esta razón, cada vez que huimos de Dios, estamos dándole la espalda y demostrando irreverencia ante Nuestro Padre que nos ama.
En el libro de Mateo 22 podemos observar cómo en la iglesia de la actualidad se aprecian estos escenarios, ya que se tiene por costumbre ponerle excusas a todo que se pierden las grandes bendiciones que Dios tiene para la iglesia de Cristo, tal como se visualiza en su palabra donde no se valoran las oportunidades que se les presentan:
“Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:11-14)
Así que todos somos llamados a asistir a las bodas del cordero pero no todos son escogidos porque debemos tener las vestiduras blancas y resplandecientes para agradar al Señor y poder entrar ante su Trono Celestial y sentarnos en su mesa.
Por otro lado, debemos comprender que si somos hijos de Dios, y escudriñamos las Sagradas Escrituras no podemos engañar a Dios, ya que él conoce nuestra agenda, nuestros planes e intenciones del corazón. Así que cualquier excusa justificada es vista como un engaño. Tal como se aprecia en el libro de Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”
Ciertamente como seres humanos que somos fallamos y somos débiles, a veces nos sentimos cansados y sin fuerzas para avanzar por la rutina misma de la vida llena de afán y de adversidades.
Dios comprende tu situación perfectamente y conoce hasta dónde puedes dar lo mejor de ti, es decir si el te encomienda algo.es porque sabe que puedes hacerlo. Él te va capacitando, fortaleciendo, edificando y ayudando, así que no te escudes en excusas vanas y esfuérzate y sé valiente, así como Josué lo hizo ante el compromiso tan importante que tuvo de repartir la tierra de Canaán al pueblo de Israel. Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje:
“Esfuérzate y sé valiente, porque tú serás quien reparta a este pueblo, como herencia, la tierra que juré a sus padres que les daría. Pero tienes qué esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas. Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas” (Josué 1:6-9)
En este sentido Josué no se sentía capaz de asumir tal responsabilidad, sin embargo dejó las excusas y se afianzó en el Señor porque sus fuerzas provenían solo de él. Así mismo debemos dejar las excusas y acudir al llamado que Dios nos ha hecho en reiteradas.
¿Cómo podemos evitar las excusas?
Para evitar las excusas de nuestra vida, tenemos que definir cuáles son nuestras prioridades, y de acuerdo a la palabra debemos poner en primer lugar a Dios porque sin él nada podemos hacer, tal como lo revela su palabra: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)
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De esta forma que si Dios no está en primer lugar en nuestra vida, continuarás poniendo excusas en todo lo que haces porque no has priorizado a Dios y por ende no puedes esperar recibir aquello que no has sembrado, porque todo lo que hacemos para Dios trae una recompensa.
Es por ello que muchas veces se retrasan las bendiciones en nuestra vida porque no hemos sabido establecer bien las prioridades y ponemos en primer lugar las cosas terrenales que son perecederas, más las cosas de Dios son eternas porque se trabaja en función del evangelio del Reino donde el principal llamado que tenemos es el de predicar la palabra a toda criatura.
Si realmente queremos obtener las bendiciones que Dios tiene para nuestra vida debemos definir nuestras prioridades, asumir compromisos y responsabilidades, decir siempre la verdad para evitar el engaño, ser humilde, reconocer las fallas con valentía. Pero lo más importante que debemos procurar hacer es aprender a ser como Jesús, ya que él es el vivo ejemplo de lo que es la diligencia la cual contrapone a la excusa.
Nuestro Señor sirvió al Padre con ímpetu, amor y devoción total a él a pesar de los maltratos y humillaciones que tuvo que padecer. Su prioridad era hacer la voluntad de Dios, servirle en todo momento, y mediante sus muestras de Poder, milagros, maravillas y prodigios resaltó el nombre del Altísimo y no metió ninguna excusa para llevar a cabo su propósito en este mundo.
De esta manera, Jesús nos revela que cuando hay amor, no hay excusas porque ese amor nos da fuerza para avanzar y continuar en este camino angosto lleno de contratiempos y adversidades. Por eso solo el que permanece en sus caminos podrá alcanzar el Reino de los Cielos.
Nuestro Señor Jesucristo un ejemplo a seguir en todos los ámbitos de nuestra vida, donde el amor se manifestó en que siendo inocente murió por los pecados de la humanidad. Se despojó de su Poder para dejarse humillar y como cordero fue sacrificado en la Cruz del Calvario.
¿Qué espera Jehová de nosotros?
Las Palabra de Dios contienen los mandamientos que debemos seguir como hijos de Dios que somos. De esta forma el mandato que dio Jesús en el siglo primero de hacer discípulos en todas las naciones sigue teniendo validez para todos los creyentes en la actualidad. Tal como se puede ver en el siguiente pasaje:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mat. 28:19-20).
Sin embargo existen personas que, a pesar de que tienen mucho tiempo estudiando la Biblia, no se deciden a predicar las buenas nuevas del Reino como lo establece su palabra: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo. 24:14).
En este sentido, como hijos de Dios debemos tener cuidado con las excusas y evitar engañar para no asumir un compromiso y responsabilidad. Esto se puede dar en todos los ámbitos de nuestra vida, bien sea en el trabajo, colegio, hogar e iglesia. Así que las excusas se pueden usar para esquivar responsabilidades que nos competen bien sea en la vida secular o dentro de las congregaciones.
Por eso debemos organizarnos y poner en primer lugar a Dios pero sin descuidar aspectos de nuestra vida personal. De nada vale que seas diligente en el trabajo y descuides tu hogar, tu ministerio.
Se trata de comenzar a ordenar y a mantener comunión con Dios para que nos ayude a mantener todo en orden que sea del agrado de Dios y que podamos dejar buen testimonio en cualquier lugar donde nos encontremos.
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