Cómo volver al primer amor – 5 aspectos que debes considerar
Cómo volver al primer amor es una de las interrogantes que nos hacemos cuando sentimos apatía por las cosas relacionadas a Dios, cuando nos enfriamos y la incredulidad se apodera de nosotros.
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Cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón y reconocemos que él es nuestro único Señor, sentimos su presencia y nos llenamos de gozo. Comenzamos a ser transformados de adentro hacia afuera y nuestra vida mejora significativamente a pesar de las adversidades que siempre vamos a tener en este mundo.
Pero este estado de felicidad, de gozo comienza a languidecer en la medida en que atravesamos por diferentes procesos y desiertos, ya que todo hijo de Dios debe pasar por pruebas y en algunos momentos, las personas no comprenden su propósito en esta tierra y por eso se apartan del camino de Dios y dejan atrás su primer amor.
Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” (Apocalipsis 2:4-5)
Cómo volver al primer amor – 5 aspectos que debes considerar
Cuando perdemos nuestro primer amor, nuestra fe mengua, y no encontramos un rumbo en la vida. La depresión, angustia, estrés se apodera de la persona, y ésta pierde la paz que solo Dios le puede dar. Por eso es importante conocer las señales que nos indica que hemos perdido nuestro primer amor:
1.- Sientes menos gozo al leer la Biblia
Lo primero que el enemigo nos roba es el gozo y la paz, ya que sin Cristo nadie puede ser feliz ni tener una vida en plenitud. Y una de las maneras en las que este enemigo se desenvuelve es mediante las distracciones que usa para que no leamos la palabra.
En este sentido, toda persona que quiera conocer mejor al Señor, debe leer la Biblia. De esta forma que ninguna persona que siga los pasos de Jesús puede ser ignorante de las Sagradas Escrituras, ya que a través de éstas encontramos la verdad y esta verdad es la que nos libera y abre nuestros ojos espirituales y nuestro entendimiento.
Por esta razón es de suma importancia la lectura constante de la palabra de Dios porque ella nos abre el entendimiento y nos acerca a la presencia de Dios, y a través de ella conocemos a Nuestro Padre Celestial.
2.- Vas a la iglesia por costumbre u obligación
Cuando estamos fríos espiritualmente, nos pesa ir a la iglesia, sentimos pereza, desánimo, apatía y ese gozo que antes sentíamos ya no lo tenemos porque hemos perdido el primer amor.
Al respecto la biblia nos exhorta a que debemos congregarnos, estar juntos como hermanos y orar unos por otros. Esto lo señala la biblia en el siguiente pasaje:
“no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25)
De igual forma es del agrado de Dios que nosotros como sus hijos, nos reunamos unidos como hermanos y que compartamos nuestra misma fe. También es importante escuchar las prédicas, hacer obras sociales tal como Jesús lo hizo en este mundo, tal como lo demanda la palabra: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
En este sentido, asistir a un templo debe tener como fin, hacer la obra de Dios aquí en la tierra. La iglesia no es un edificio, una estructura, sino que es el cuerpo de Cristo, conformado por miembros que tienen funciones distintas e importantes. Esto lo podemos apreciar en la palabra:
“Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él” (1 Corintios 12:24-27)
El cuerpo de Cristo es la iglesia, la cual está compuesta de diferentes miembros que tienen funciones diferentes y donde todos son igualmente importantes. Cuando un miembro padece, el cuerpo se ve afectado y es por ello que es necesario aplicar la empatía y levantar al que se ha caído, alentar al que está quebrantado, y no juzgarlo y amedrentarlo.
En este sentido, hay que resaltar que Dios no se encuentra en un lugar específico, en una estructura, sino que él es Omnipresente y está en todos lados, donde sea invocado por sus hijos. Sin embargo, la biblia nos demanda a que debemos asistir a un lugar de reunión donde podamos alabar su nombre y hacer su obra.
Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).
Por otro lado, si comienzas a asistir a la iglesia para establecer vínculos sociales, para criticar, crear contienda, entonces el hecho de ir a la iglesia, no significa nada desde el punto de vista espiritual. Porque la iglesia eres tú, no se trata de un lugar, de un edificio o establecimiento físico, sino se trata de hijos de Dios reunidos y congregados para adorar y honrar el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
3.- Te preocupas más por otros asuntos que por tu comunión con Dios
Otro de los aspectos que se deben considerar para saber si estamos perdiendo nuestro primer amor es que le restamos importancia a las cosas de Dios, al aspecto espiritual de nuestra vida, y nos enfocamos más en lo terrenal, en lo material, en el afán de la vida misma, la rutina y labores del hogar.
Es decir nos afanamos por lo que hemos de comer, de vestir y de hacer, sin comprender que Dios tiene el control absoluto de toda nuestra vida, pero pide que tengamos comunión con nuestro Padre, para así poder recibir las bendiciones que él tiene para cada uno de sus hijos. La biblia es clara al señalar lo siguiente:
“¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:11-13)
En este sentido, tenemos que darle la gloria y la honra a Dios porque él ve nuestra necesidad y nos da exactamente lo que necesitamos porque estamos aquí con un propósito como hijos del Señor que somos.
Ciertamente resulta difícil despegarnos de nuestras responsabilidades en este mundo, pero debemos comprender que él tiene cuidado de nosotros. No se trata de dejar de trabajar, estudiar, y ser irresponsables, se trata de ser equilibrados y darle a Dios lo que él se merece.
4.- Comienzas a notar errores en todo
Otra de las cosas que suele ocurrir cuando perdemos al primer amor, es que como hemos perdido el gozo, comenzamos a criticar todo de nuestra vida y de nuestro entorno. Todo nos incomoda, todo nos perturba, todo nos molesta, y esto pasa porque hemos dejado de ver las cosas con ojos espirituales y ahora lo vemos con nuestros ojos carnales.
No vemos más allá de lo que nuestros ojos naturales ve y por eso vemos fallas en todo y no agradecemos lo que Dios nos ha dado, nos olvidamos de dónde Dios nos sacó y lo bendecido que somos al poder recibir al Espíritu Santo en nuestra vida para que nos guie y nos consuele en medio de la tristeza.
Por eso es tan importante detectar cuando estamos perdiendo el primer amor para detener al enemigo en sus maquinaciones y no permitirles que nos robe lo que Dios nos ha regalado. No debemos darle entrada al diablo para que gobierne en nuestra vida y se apodere de lo que se nos ha dado por Gracia.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)
Por otro lado, es importante resaltar que cuando hemos perdido nuestro primer amor nos volvemos altivos y arrogantes, y pensamos que tenemos derecho a criticar y a señalar los errores de los demás. Al respecto la biblia nos exhorta de la siguiente manera: “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Romanos 12:16).
5.- Oras sin fe
La oración es un arma poderosa para todo hijo de Dios y cuando dejamos de orar, quedamos expuestos ante el enemigo, y es una muestra que hemos perdido nuestro primer amor. Pero si seguimos orando pero sin tener fe, o lo hacemos por rutina, no tiene validez porque nuestro amado Dios escudriña los corazones y sabe cuando oramos con el alma.
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Nuestro Señor Jesucristo cuando vino a este mundo nos enseñó que la oración es una conversación con nuestro Dios, y es vital en todo momento. Les enseñó a sus discípulos la manera correcta en la que oramos:
“Vosotros, pues, orad de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén” (Mateo 6:9-13)
En este sentido, tenemos el arma más poderosa que es la oración y ésta nos mantiene en comunión con Dios, donde recuperamos ese amor que en algún momento hizo que lo recibiéramos y aceptáramos como nuestro único Señor y Salvador.
Qué debemos hacer para recuperar el primer amor
El hecho de perder nuestro primer amor es algo que le puede acontecer a cualquier cristiano, por eso debemos estar apercibidos y no subestimar al enemigo porque él anda buscando desviar el camino de los hijos de Dios. Por eso debemos estar atentos a nuestros propios actos para así recuperar el primer amor. Para ello es importante que consideremos lo siguiente:
1.- No te olvides de dónde vienes
Cuando aceptamos a Cristo, él nos limpia y nos purifica, nos perdona de todas nuestras rebeliones y ahora somos nueva criatura. Sin embargo, no debemos olvidar de dónde nos sacó porque es importante recordar su misericordia para con nosotros y reconocer su amor y poder. La palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete…” (Apocalipsis 2:5)
2.- Obedece
Cuando nos enfriamos, dejamos de obedecer y queremos tomar nuestro propio camino, sin tomar en cuenta lo que establece la palabra: “…y vuelve a obedecer a Dios” (Apocalipsis 2:5)
Por esta razón, nada podemos hacer sin antes obedecer a Dios, ya que este es un principio que debemos tomar en cuanta si queremos recuperar el primer amor. Las cosas salen mal cuando comenzamos a obedecer a nuestros propios deseos y no a los principios de Dios.
3.- Deja de pecar
Muchas veces pensamos que cuando aceptamos al Señor, oramos y leemos la palabra tenemos el cielo ganado y ya hemos alcanzado la victoria como hijos de Dios. Sin embargo debemos entender que el pecado nos aleja de él aunque pretendamos ser espirituales porque Dios conoce todas las cosas y sabe perfectamente todo de nosotros, nuestros pensamientos y sentimientos. Por eso debemos alejarnos de la hipocresía y revelar nuestros pecados, fallas y debilidades delante de él, así como lo hizo el rey David, quien siempre buscaba la presencia de Dios y se arrepentía por sus acciones.
La biblia nos exhorta y nos dice: “Deja de hacer lo malo…” (Apocalipsis 2:5) Todo lo malo que hacemos nos afecta en nuestra vida espiritual y puede incluso hacer que perdamos la salvación, ya que sin santidad nadie verá a Dios, tal como lo expresan las escrituras: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14)
4.- Retoma tu vida espiritual
Cuando aceptamos a Jesús como nuestro único y verdadero Dios, damos paso a ese primer amor que nos lleva a apartarnos de todo para dedicarnos al Señor. Pero llega un momento en que la comunión con Cristo se pierde y nos enfriamos al pasar el tiempo.
Esto se debe a que como hijos de Dios, pasamos por muchas pruebas y somos procesados. Somos el blanco principal del enemigo y por eso debemos estar atentos, velar y orar constantemente, para así estar preparados para la batalla.
Por lo cual, debemos retomar nuestro aspecto espiritual y volver a estar en los caminos de Cristo, retomar el primer amor y obedecer la palabra de Dios, tal como lo demanda la palabra: “Haz lo que hacías al principio …vuelve a practicar las obras que hacías al principio” (Apocalipsis 2:5)
En este sentido, debemos considerar todos los aspectos antes mencionados a fin de recuperar nuestro primer amor y caminar en los caminos de Cristo. No es fácil pero con el Señor podemos alcanzar victorias y ser instrumentos de bendición para muchas personas necesitadas.
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