Cómo Tener Una Fe Radical. Estudio Bíblico
No hay nada más fácil que desanimarse. No hay nada más difícil que mantenerse enfocado a la luz de los asuntos del mundo. Para permanecer firmes, es importante no perder de vista lo que realmente importa: el amor, la verdad y la compasión. Todo esto, por supuesto, tiene su origen en Dios y su amor hacia nosotros.
Esta es una perspectiva de radical; puede cambiar nuestro mundo y darle sentido al caos que a menudo vemos a nuestro alrededor. No obstante, es posible que tú mismo estés buscando un cambio radical en tu propia fe. ¿Cómo mantener tu fe firme? Para ayudarte, aquí hay seis maneras efectivas de cultivar una fe radical:
- 1. Comienza a hacer una lista de todas las maneras en que Dios está atrayendo tu corazón hacia Él.
- 2. Busca compañeros que tengan una fe radical.
- 3. Escribe una lista de los líderes que han marcado tu vida. ¿Cómo puedes emular lo bueno que hay en ellos?
- 4. Recuerda por qué el evangelio es tan bueno.
- 5. Camina con otros creyentes activos y comprometidos que te ayuden a tener una fe radical.
- 6. Deja espacio para la mente, el cuerpo y el alma.
- La buena noticia es que Dios no espera ni quiere retoños débiles.
- Habrá momentos en los que nos sentimos indiferentes, pero Dios siempre nos ofrece un nuevo comienzo.
- Conclusión
1. Comienza a hacer una lista de todas las maneras en que Dios está atrayendo tu corazón hacia Él.
Comienza a hacer una lista de todas las maneras en que Dios está atrayendo tu corazón hacia Él. Aunque pienses que no eres una persona religiosa y no tengas mucho contacto con la iglesia, sigue adelante y haz el intento.
Es posible que encuentres algo de los temas más fáciles para ti: alguna oración que puedas decir regularmente (como antes de dormir o al despertar); algún acto de servicio comunitario; escuchar la Biblia por medio del podcast o leer un libro comentado sobre la Palabra de Dios; visitar a un amigo o familiar enfermo quien tal vez necesite tu ayuda durante su recuperación; considerar seriamente si deseas aprender más acerca de cómo comenzar tu propio ministerio pastoral u otras cosas.
2. Busca compañeros que tengan una fe radical.
- Encuentra personas que también estén tratando de crecer en su fe.
- Esté dispuesto a desafiar a otros en su fe. Esto puede ser un gran motivador para ambas partes y podría llevar a nuevos descubrimientos sobre la Biblia, Dios o sobre ti mismo.
- Busca compañeros de oración que estén dispuestos a orar por ti cuando se lo pidas (y también aunque no lleguen a hacerlo). Que otra persona interceda por tus necesidades marca la diferencia a la hora de superar los obstáculos y parecerse más a Cristo cada día.
3. Escribe una lista de los líderes que han marcado tu vida. ¿Cómo puedes emular lo bueno que hay en ellos?
¿Te has preguntado alguna vez cómo llegar a ser un mejor seguidor? Todos sabemos que Jesús dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame". Pero, ¿qué significa eso para nosotros hoy? ¿Cómo podemos realmente seguir a Cristo en nuestra vida diaria?
El primer paso es crear una relación personal con Dios. Cuando hablamos de conocer a Dios como persona, es importante entender que no se trata de una idea o un concepto abstracto; no es sólo una idea que un día podría ocurrir cuando te tomes en serio tu fe. En lugar de esperar hasta más tarde, ahora es el momento -hoy- de empezar a construir tu relación con Dios.
4. Recuerda por qué el evangelio es tan bueno.
El evangelio es bueno porque es el poder de Dios para salvación, sanidad, transformación y justicia. En otras palabras, para todo lo que necesitas. Eso significa que el evangelio no es solo una información intelectual; Es un regalo de Dios que te capacita para vivir en una comunidad con Él y la creación entera.
El evangelio no se limita a ser saber sobre la promesa del reino; El reino mismo es la experiencia de vivir en comunión plena con Dios y nuestros hermanos y hermanas en Cristo (Efesios 5:1-2). Es estar consciente de que somos hijos de Dios por nacimiento espiritual (Romanes 8:14), que Él nos ha adoptado a través del sacrificio expiatorio de su Hijo Jesucristo (Romanos 8:17) y plenamente restaurados por Su Espíritu Santo (Tito 3:5-6).
5. Camina con otros creyentes activos y comprometidos que te ayuden a tener una fe radical.
Y aquí es donde necesitas caminar con otros creyentes activos y comprometidos que puedan ayudarte a mantenerte fuerte en tu fe. Esto, sin duda, ayudará a que cultives una fe radical, una fe que lo crea todo en Jesús. ¡No tienes que hacerlo solo! Todos hemos pasado por ello y podemos ayudarnos mutuamente.
No hay nada como caminar al lado de alguien que ya ha pasado por las pruebas que usted está enfrentando ahora, o que ha tenido experiencias similares a las suyas cuando era más joven, o incluso alguien que simplemente ve el mundo de manera diferente a la suya para que pueda señalar las cosas desde un ángulo diferente.
El mero hecho de tener a otra persona a tu lado para que te anime y te apoye marca la diferencia a la hora de afrontar la vida juntos.
6. Deja espacio para la mente, el cuerpo y el alma.
Tómate tiempo para pensar y estar tranquilo. Tienes que bajar el ritmo y darte el espacio que necesitas para pensar. Esto puede ser tan sencillo como dar un paseo por el parque o, si no es posible, meditar durante cinco minutos al día hará maravillas.
Cuida tu cuerpo llevando una dieta sana y haciendo ejercicio con regularidad. Si quieres sentirte mejor contigo mismo, cuida primero tu aspecto exterior comiendo bien y haciendo suficiente ejercicio antes de preocuparte por lo que piensen los demás de tu aspecto.
Delega responsabilidades para que no te distraigan de tu vida espiritual: Si hay cosas que hay que hacer pero que no son tan importantes para ti personalmente (como la limpieza), ¡delégalas! Es importante no caer en la trampa de intentarlo todo uno mismo porque entonces nos distraemos de lo que más importa (nuestra relación con Dios). Delegar tareas nos ayuda a mantenernos enfocados en lo que más importa: ¡nuestra relación con Dios!
La buena noticia es que Dios no espera ni quiere retoños débiles.
La buena noticia es que Dios no quiere ni espera ramas débiles. Quiere ramas fuertes y valientes, que le ayuden a dar fruto en este mundo. Cuando miramos la Biblia, queda claro que Dios siempre ha trabajado a través de la debilidad humana para lograr sus propósitos en este mundo. El Señor estaba con Moisés cuando fue a ver al Faraón (Éxodo 11:3), pero Moisés también tenía miedo de sus enemigos y temía que lo mataran (Éxodo 14:31).
En Juan 15:5-8, Jesús nos pide que permanezcamos en Él para que podamos producir mucho fruto. Pero luego continúa diciendo: "Si alguno no permanece en mí, es desechado como un sarmiento... y lo recogen y lo echan al fuego... pero si permanecéis en mí, daréis mucho fruto" (Juan 15:6-8). Por lo tanto, aunque permanecer produce grandes resultados para nosotros -la capacidad de hacer mucho por Jesús-, no garantiza la inmunidad al sufrimiento o al rechazo de los demás.
Habrá momentos en los que nos sentimos indiferentes, pero Dios siempre nos ofrece un nuevo comienzo.
Dios siempre está ahí para ti, aunque no lo sientas. Él es paciente, amable y amoroso. Dios no quiere hacernos daño; sólo quiere cosas buenas para nosotros en esta vida y en la eternidad. Habrá momentos en los que nos sintamos indiferentes hacia él, pero siempre nos ofrece un nuevo comienzo:
- Dios nunca nos dejará (Deuteronomio 31:6)
- Dios dice que no está lejos de ninguno de nosotros (Hechos 17:27)
- Dios siempre está dispuesto a perdonar nuestros pecados (1 Juan 1:9)
Conclusión
El apóstol Pablo dijo: "Dios está en el negocio de la restauración. Él no desea que seamos débiles, sino fuertes y comprometidos". Tú y yo necesitamos una fe radical con la que podamos cambiar el mundo. ¿Qué harás hoy para cultivarla? Pues, cuéntanos a través de la sección destinada para ti, el área de comentarios.
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