Cómo es la fe que motiva

La fe que motiva es una fuente de energía y también es una herramienta que puede impulsar tu vida hacia adelante. No obstante, algunos no poseen un concepto claro de la fe. No saben lo que la motiva o para qué sirve, especialmente en el ámbito del emprendimiento y las finanzas personales. En este artículo explicaremos cómo funciona la fe y cómo te puede ayudar a superar los desafíos a los que te enfrentas en el mundo del dinero.

Índice de Contenido
  1. La fe que motiva es la fe que se aferra a Dios y a nuestros propios esfuerzos.
  2. La fe que motiva es la fe que «cree todas las cosas posibles»
  3. La fe que motiva es que cree en Dios y el Reino que Él guía.
  4. La fe que motiva es la que declara con una actitud de confianza y convicción.
  5. La fe que motiva es la que está dispuesta a esperar en Dios para lograr sus propósitos.
  6. La fe que motiva es la fe que permite ver la mano del Señor en todo lo que nos sucede.
  7. Descubre las características de una fe auténtica, una fe que motiva
  8. Conclusión

La fe que motiva es la fe que se aferra a Dios y a nuestros propios esfuerzos.

La fe es una decisión, y como tal, es un compromiso a ser fiel a lo que se ha obtenido. La fe no es una opción; es un camino que se elige y se sigue. En el momento en que decidimos tener fe, estamos haciendo nuestra la promesa de Dios de ser fieles y obedientes en aquello en lo que Él nos ha llamado.

La fe que motiva

La fe no es un asunto mental; no puede ser convencionalmente entendida como la “actitud mental” de creer algo sin verificarlo con evidencia empírica o pruebas científicas (como si la mente fuera capaz de comprender el misterio infinito).

Una actitud mental no existe sin acción: Es solo pensar sobre algo hasta donde llegan las ideas propias del intelecto humano—y luego seguir adelante con ellas o abandonarlas, pero nunca usarlas para reforzar su propia fe cuando ésta esté vacía (Mateos 6:31-33).

La fe que motiva es la fe que «cree todas las cosas posibles»

La fe es un acto de voluntad. La fe es un acto de confianza. La fe es un acto de fe en Dios, y no en lo que nosotros podemos hacer por nosotros mismos.

La Biblia dice: “Por tanto, someteos a Él” (Romanos 12:1). Usted necesita someterse a Dios para creerle con todo su corazón y vivir sus promesas; porque si usted cree algo que no puede ver, entonces está creando realmente lo que está creyendo.

Todas las cosas positivas y constructivas se construyen en la base del pensamiento positivo; el pensamiento positivo tiene que comenzar con el «creer» en el milagro del poder transformador de los pensamientos cristianos. Todo comienza con usted!

La fe que motiva es que cree en Dios y el Reino que Él guía.

"La fe es una actitud de confianza. Fuera de la fe, no hay nada que merezca la pena." -Juan 8:24

¿Cómo sabes si tienes una fe  motivaqu? La respuesta es simple: si crees que Dios existe y que Él te guía. Tienes que creer en Dios y el Reino que Él guía. Esto significa que tus pensamientos, palabras y acciones deben ser guiadas por tu relación con Dios. Como resultado de esta relación, tu vida cambia para mejorar el mundo y ayudar a otros a encontrar su propósito en lo más profundo del corazón humano.

Dios no habla directamente con nosotros como hace Abraham; pero Él sí habla alrededor de nosotros (por ejemplo: en nuestra familia o los vecinos) Por lo tanto, las personas pueden convertirse en nuestros "direccionadores espirituales" si entregan sus vidas al servicio del Señor...

La fe que motiva es la que declara con una actitud de confianza y convicción.

La fe es el acto de confiar y ser convencido en el poder de Dios. Por ejemplo, cuando Jesús curó a un ciego, tenía que haber sido efectivo para que la gente se acercara y le pidiera a Jesús que les hiciera lo mismo. En este caso, había una fe muy grande.

Los creyentes no tienen que demostrar una fe que motiva a los demás; ellos pueden simplemente vivir como si fuera cierto porque lo es. La Biblia dice: "Por tanto, caminen como hijos de luz" (Ephesios 5:8). La Biblia también dice: "Porque si ustedes guardan mis mandamientos y los cumplen, entonces ustedes serán verdaderamente mis discípulos" (Juan 14:15).

Aunque no podemos saber todo sobre el futuro o qué va a suceder con nuestras vidas o con los demás, podemos estar seguros de dos cosas: 1) Nuestro Señor nunca nos decepciona; 2) Él quiere siempre nuestro bien y nunca nos da nada más que lo mejor - incluso cuando parecemos recibir menos que lo mejor en este mundo temporal cotidiano! Es por esa razón que debemos recordar constantemente nuestra posición con él y cómo llegamos ahí 🙂

La fe que motiva es la que está dispuesta a esperar en Dios para lograr sus propósitos.

La fe es la certeza de que Dios nos escucha y nos responde, porque él prometió que lo haría. La fe es la certeza de que él nos ama y se preocupa por nosotros, así como un padre quiere lo mejor para sus hijos. La fe es también la certeza de que Dios tiene todo bajo control y siempre obra en nuestro interés aun cuando no podemos verlo o entenderlo.

La Biblia dice: “El Señor está cerca de los humildes” (Salmo 34:18). Las personas que tienen fe pueden confiar en él incluso cuando no ven ningún resultado visible o tangible; saben que su Padre celestial les proveerá lo necesario para alcanzar sus metas si ellos creen en él y le dan el primer lugar en sus vidas (cf., Mateo 6:33).

La fe que motiva es la fe que permite ver la mano del Señor en todo lo que nos sucede.

La fe que motiva es una actitud positiva hacia Dios. La fe es confiar en que Dios está con nosotros y quiere lo mejor para nuestras vidas, pero a veces no sabemos cómo obtenerlo. La fe es necesaria para creer en que Él tiene un plan para nosotros y para nuestros hijos, y también para ver la mano del Señor en todo lo que nos sucede.

El apóstol Pablo dijo: “Pues ahora pido estas cosas no porque yo necesite otra cosa sino por amor de vosotros” (1 Corintios 9:12). De igual modo, el Espíritu Santo quiere ayudarnos a entender cuál es el propósito de la vida: servir al Padre mediante el ministerio de Jesucristo (Filipenses 2:13–14).

Esta realidad puede cambiar las circunstancias difíciles que encontramos en nuestras vidas—porque sabemos con certeza que el Padre tiene un plan para nosotros y Él hará todo lo posible para cumplirlo.

Descubre las características de una fe auténtica, una fe que motiva

Es la fe que se aferra a Dios y, al mismo tiempo, a nuestros propios esfuerzos. El cristianismo no es simplemente una filosofía. No se trata de hacer un poco de meditación, orar y conversar con Jesús diariamente, y ya está.

El evangelio no solo nos dice lo que debemos creer; también nos enseña cómo vivir la fe (1 Juan 2:6-7). Esto significa que tenemos que ser consecuentes en nuestras acciones y disciplinas espirituales para convertirnos en personas diferentes; por ejemplo:

Si quiero ser más paciente, entonces debo practicar la paciencia; si quiero ser mejor padre o madre, debo intentarlo con todo mi corazón.

Conclusión

La fe parece hoy una especie de fenómeno. Muchas veces, se enfoca en la misma fe como algo misterioso y poco práctico. Sin embargo, la Biblia nos presenta a un Dios que quiere la fe de Sus hijos porque está encaminada al logro de Sus propósitos. La fe no es ajena ni rehúsa el trabajo, sino que se ejerce precisamente en la creencia de que Dios toma el control de las cosas y nuestra vida participa activamente para llevarlas a cabo junto con Él.

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