Cómo Elaborar Un Mensaje Bíblico
Predicar es un reto y una recompensa. Es como escribir un ensayo, pero con más gente observándote. Tienes que exponer un punto, respaldarlo con pruebas y luego conectarlo con la vida de tu audiencia.
Como pastor desde hace muchos años, he aprendido algunos trucos del oficio que pueden ayudar a que su predicación sea fluida y eficaz. Aquí tienes cinco consejos para desarrollar tu mensaje:
Comienza con una pregunta.
Al desarrollar un mensaje bíblico, es importante comenzar con una pregunta. La pregunta debe ser relevante para la audiencia, relevante para la Biblia, relevante para la situación y relevante para su mensaje. He aquí algunos ejemplos de preguntas que podrían funcionar:
- "¿Crees que es posible que el pueblo de Dios viva en paz y armonía?"
- "¿Qué quiere Dios que hagamos con nuestras vidas?"
- "¿Por qué permitió Dios que su Hijo viniera a nuestro mundo en este momento?"
Responde a la pregunta.
Responda a la pregunta.
- Sea específico, claro y conciso. Tus oyentes están tratando de entender un tema complejo; quieren que les ayudes a comprenderlo. Ayúdeles utilizando ejemplos concretos que ilustren su punto de vista. Cuente historias, utilice estadísticas y citas de otras fuentes (la Biblia, libros u oradores).
- Usa tu propia experiencia: Si has pasado por lo mismo personalmente -con un reto enfrentado en tu propia vida- comparte esa historia con el grupo para que sepan de qué estás hablando.
¿Cuál es la mejor manera de ilustrar un mensaje bíblico?
Esta pregunta se la hacen muchos pastores y profesores. La respuesta es sencilla: "Ilustra tu respuesta con una historia o un ejemplo". Una historia o un ejemplo ayudarán a aclarar su punto, ya sea que el tema sea la salvación, la fe, el pecado o cualquier otra verdad bíblica.
Los ejemplos de ilustraciones incluyen historias de las Escrituras (por ejemplo, las parábolas de Jesús), experiencias personales (por ejemplo, una enfermedad), eventos históricos (por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial) y temas contemporáneos (por ejemplo, la brutalidad policial).
Aplica tu respuesta a la vida.
Después de considerar estas cuatro preguntas, es el momento de aplicar la respuesta a la vida.
Lo primero que hay que hacer es preguntarse por la relevancia del mensaje para los que nos escuchan. Esta pregunta debe aplicarse no sólo a ti mismo, sino también a las personas que están sentadas frente a ti.
Si parece que el mensaje no tiene relevancia para ellos o sus vidas, entonces no va a resonar con ellos y es poco probable que acepten lo que dices como verdad. Lo mismo ocurre si tu audiencia no siente que lo que ha escuchado es lo suficientemente relevante para ellos personalmente (y esto puede ocurrir incluso si no hay nada malo en el contenido).
Otra consideración importante es si lo que se dijo tendrá un impacto en sus vidas en el futuro, es decir, en diferentes momentos de la historia y más allá de la muerte en la eternidad.
¿Tienen una oportunidad ahora mismo en la que esto podría resultar útil? ¿Y mañana? ¿La próxima semana? El mes que viene... ¿Cuánto durarán estas palabras una vez pronunciadas por otra persona?
Cuando prediques, empieza con una pregunta y luego respóndela.
Desarrollar un mensaje bíblico puede parecer una tarea abrumadora. Hay muchas maneras de desarrollar un mensaje bíblico, pero aquí hay una manera sencilla:
- Empezar con una pregunta
- Responde a la pregunta
- Ilustre la respuesta
- Aplíquelo a la vida (Proporcione ejemplos, ilustraciones y anécdotas)
Conclusión
El objetivo de este artículo era proporcionarle un esquema de cómo desarrollar un mensaje bíblico. Comprendo que a veces puede ser difícil, pero si te mantienes en el proceso y sigues haciéndote preguntas, eventualmente llegarás a una respuesta.
Una vez que tengas la respuesta, ilústrala con ejemplos de la vida o de las Escrituras. Por último, aplica tu respuesta a nuestra vida cotidiana para que todos estemos mejor equipados para afrontar los retos que se nos presentan
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