Cómo Controlar Las Protestas En La Familia

Las protestas en la familia a veces son inevitables. Tenemos seis hijos (tres chicos y tres chicas) que sólo se ven la mitad de cada semana. Cuando se vive en la misma casa, es inevitable que haya cierta tensión entre los hermanos. Nadie está contento todo el tiempo, pero hay formas de gestionar las protestas y centrarse en lo que hay que hacer.

Las protestas en la familia

Índice de Contenido
  1. 1. No reaccione de inmediato si hay protestas en la familia
  2. 2. Mantén el control de tu voz
  3. 3. Tómate tiempos de espera para calmarse
  4. 4. Mírese en el espejo cuando llegue la protesta
  5. 5. Explica la situación con claridad
  6. 6. Ofrezca alternativas
  7. 7. Intente una planificación compartida
  8. 8. Elige bien tus batallas
  9. Nadie está contento todo el tiempo, pero hay formas de gestionar las protestas y centrarse en lo que hay que hacer.
  10. Conclusión

1. No reaccione de inmediato si hay protestas en la familia

Lo más importante que puedes hacer cuando tu familiar empieza a tener una rabieta es no reaccionar inmediatamente. Cuanto más espere, más posibilidades tendrá de calmarse por sí mismo. Esto es especialmente cierto en momentos de estrés o frustración, cuando los ánimos se caldean y somos más propensos a alterarnos incluso por irritaciones menores.

En estas circunstancias, es mejor no intentar resolver los problemas de inmediato. Sólo conseguirás empeorar las cosas. En lugar de eso, tómate un tiempo para que todo el mundo tenga la oportunidad de calmarse antes de hablar de lo que ha pasado o de resolver cualquier problema que haya surgido; será mucho más fácil más adelante.

Si tú mismo te sientes enfadado (o si alguien parece muy molesto), házselo saber sin complicarlo todo añadiendo más tensión a la mezcla: "Está bien para los dos [o para mí]".

2. Mantén el control de tu voz

Controla tu voz. La forma más eficaz de mantener el control de la situación es mantener la calma y no levantar la voz. De hecho, si eres como yo, probablemente no tengas mucho problema con esto. Pero si te parece que tu voz tiende a ser más fuerte cuando te enfadas o te emocionas, entonces puede ser algo en lo que merezca la pena trabajar.

Mantener la calma ayudará a que las tensiones se mantengan bajas y a que todos tengan la oportunidad de ser escuchados sin sentirse atacados personalmente por nadie en la sala... lo que nos lleva al siguiente punto.

3. Tómate tiempos de espera para calmarse

Si tu hijo se muestra agresivo, puedes darle un tiempo muerto para que se calme. Los tiempos muertos se utilizan para ayudar a los niños a calmarse cuando están enfadados o molestos. Si tu hijo vuelve de la escuela y se ha portado mal todo el día porque no puede esperar a llegar a casa, puedes utilizar el tiempo muerto como parte de su plan de disciplina para la noche.

  • Explica las reglas: Es importante que todos los miembros de la familia entiendan lo que implica crear un tiempo fuera eficaz. Asegúrese de que todos entienden que hay reglas para utilizar esta forma de disciplina y que esas reglas deben ser cumplidas en todo momento por todos (incluido usted).
  • Utiliza un temporizador: Tener un temporizador ayuda a mantener la coherencia y la justicia tanto para los padres como para los niños. Establece algún tipo de recordatorio visual para que todos sepan cuándo vuelve a empezar el tiempo sin tener que preguntarse sobre su duración o por qué se ha detenido tan bruscamente.
  • Asegúrate de que funciona correctamente: Seguramente habrás oído historias sobre cómo alguien se encierra en su dormitorio después de lanzar algo a su cónyuge porque está enfadado por algo que ha hecho antes durante una discusión; sin embargo, este tipo de acciones no permiten a ninguna de las partes reflexionar sobre el motivo de ese comportamiento ni aportan ninguna solución para evitar que vuelvan a producirse hechos similares en futuras discusiones entre parejas que no están de acuerdo con los puntos de vista del otro respecto a determinados temas.
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4. Mírese en el espejo cuando llegue la protesta

Cuando estás en una protesta, es fácil mirar fuera de ti mismo y culpar al mundo de tus problemas. Es mucho más difícil aceptar que el problema está dentro de ti y trabajar para solucionarlo. No puedes arreglar a nadie más; por lo tanto, no tienes ningún control sobre ellos o sus acciones.

En su lugar, mírate al espejo cuando llegue la protesta y pregúntate qué papel has jugado tú en la creación de esta situación. ¿Qué he hecho para provocar esta situación? ¿Qué podría hacer de forma diferente la próxima vez para que no se repita?

5. Explica la situación con claridad

Puedes controlar una protesta explicando claramente la situación a tu familia. Explica el motivo de la decisión y diles claramente lo que perderán si no la cumplen. También puedes explicarles lo que ganarán si acatan tu orden, como por ejemplo

  • Protección contra daños.
  • Acceso a alimentos, agua y otros recursos.
  • La posibilidad de llevar a cabo las actividades diarias sin que los manifestantes las interrumpan.

6. Ofrezca alternativas

Si quiere evitar conflictos, es importante ser lo más claro y coherente posible. Cuando expliques lo que se va a hacer, por qué se hace y cuáles son las alternativas, tienes que ser específico sobre cómo vas a poner en práctica las alternativas. Si un miembro de la familia cuestiona su decisión o pide más información sobre sus planes, intente no ponerse a la defensiva y explique la lógica de su posición con calma.

Si una de las opciones ofrecidas implica la cancelación o el aplazamiento de un evento, como una fiesta o una reunión navideña, debería haber otras actividades planificadas durante ese tiempo que todos puedan disfrutar juntos en su lugar. Y si alguien se siente empujado fuera de su zona de confort por la denegación o el cambio de su petición (siempre que esté dentro de lo razonable), ofrézcale otra actividad que pueda disfrutar más en su lugar para que no se sienta excluido en absoluto.

7. Intente una planificación compartida

Se trata de un proceso que los miembros de la familia pueden utilizar para resolver problemas juntos. Es una forma de que todos conozcan los sentimientos y necesidades de los demás y vean cómo se relacionan con el problema en cuestión.

Ejemplo: A tu hijo le gustaría invitar a sus amigos el sábado por la noche, pero a ti te gustaría tener la casa limpia primero. Ambos queréis lo mejor para la otra persona, así que ¿por qué no lo habláis? Ambos acordáis que tu hijo limpiará su habitación antes de invitar a sus amigos y que ayudará a preparar la cena cuando lleguen (para asegurarse de que hay suficiente comida). Así todos ganan.

8. Elige bien tus batallas

Es fácil distraerse con la multitud de cosas que pueden ir mal en una familia. Es natural sentirse responsable de sus seres queridos, y puede sentir que debería ser capaz de resolver sus problemas. Sin embargo, es importante no perder de vista lo más importante: su relación con su pareja y sus hijos, así como con cualquier otro miembro de la familia que se vea afectado por este cambio de estilo de vida.

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Su objetivo no es sólo sobrevivir hasta el día siguiente, sino optimizar el tiempo que pasan entre ustedes para que todos se sientan apoyados y atendidos durante este periodo de transición.

Si de vez en cuando surgen pequeños problemas o desacuerdos entre los miembros de la familia, no se preocupe demasiado; recuerde: cada persona tiene sus propios rasgos de personalidad y estos rasgos pueden chocar a veces. Lo mejor que puedes hacer en esos momentos es respirar hondo (o tres), recordar por qué esas personas son tan importantes en tu vida y volver a intentarlo más tarde, cuando todos se hayan calmado.

Nadie está contento todo el tiempo, pero hay formas de gestionar las protestas y centrarse en lo que hay que hacer.

No hay respuestas correctas cuando se trata de gestionar las protestas y las emociones en la familia. Cada persona debe encontrar su propio camino, pero hay cosas que todos podemos hacer para ayudarnos mutuamente. Intenta centrarte en el objetivo, apuntando a lo que hay que hacer en lugar de a lo que podría salir mal.

Recuerda que estás en el mismo equipo: por mucho que no estés de acuerdo con el otro, tu trabajo irá más rápido si te centras en lo que hay que hacer y no en quién ha ganado o perdido una discusión. Y recuerda: ¡nadie está contento todo el tiempo!

Es normal que las personas que comparten un hogar a veces no estén de acuerdo en cómo deben hacerse las cosas o incluso en cómo se sienten con las opiniones del otro. Tomarse un descanso de las situaciones estresantes puede ayudar a reducir las tensiones, de modo que todos tengan más energía para la resolución creativa de problemas más adelante en el proceso de resolución de conflictos."

Conclusión

Esperamos que este artículo te haya ayudado a reflexionar sobre cómo gestionar las protestas en tu familia. Entendemos que puede ser una situación difícil, pero recuerda que se trata de personas que se preocupan por ti y quieren lo mejor para tu familia. Si utilizas estos consejos, creemos que podrás manejar todos estos desafíos con facilidad.

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