Un Ministerio Eficaz Según La Biblia
Todos queremos un ministerio eficaz, pero ¿qué significa eso? ¿Cómo sabemos si estamos en el camino correcto o si nuestro ministerio está realmente marcando la diferencia? Empecemos por ver lo que dice la Biblia sobre un ministerio eficaz. Luego, compartiré algunas de mis propias experiencias y cómo se correlacionan con lo que las escrituras me han enseñado sobre este tema.
¿Qué es el ministerio?
Para entender qué es el ministerio, primero tenemos que entender la palabra ministerio. Ministerio puede ser un sustantivo o un verbo:
- Sustantivo: El término se refiere a una posición u oficina dentro de una iglesia, usualmente relacionada con ayudar a otros en sus vidas espirituales.
- Verbo: También significa proveer servicio por medio de tus dones y talentos para Dios y otros, como ser un pastor o maestro, por ejemplo. Esto se consideraría "estar en el ministerio".
Oración
La oración es la forma más efectiva de ministrar a la gente. También es la parte más importante del ministerio, y es la única forma en que podemos ministrar verdaderamente a Dios. La oración es una forma de comunicarse con Dios y escuchar su guía. Cuando oras, estás hablando directamente con Él, pidiéndole ayuda o agradeciéndole lo que ha hecho por ti en tu vida.
Puedes rezar sobre cualquier cosa que te preocupe: tu familia y amigos; tu trabajo; incluso tus relaciones (tanto románticas como no románticas). La oración es también una oportunidad para compartir tus pensamientos con Dios, tanto las cosas buenas que suceden en tu vida como las dificultades que puedas tener en el trabajo o en casa.
Preguntarle a Dios cómo quiere que actuemos en situaciones difíciles nos permite tener otra perspectiva de nuestras circunstancias, al tiempo que nos recuerda a quién servimos en última instancia: ¡no a nosotros mismos, sino a Su voluntad por encima de todo!
La fe
La fe es la clave de un ministerio eficaz. La fe es la confianza en Dios. La fe es el fundamento de todo ministerio, así como de la salvación y la vida cristiana. En Hebreos 11:1, leemos que la fe es "la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven".
Esto significa que la fe nos pone en contacto con la realidad, aunque no podamos verla o sentirla a través de nuestros sentidos. Lo mismo ocurre cuando rezamos: Pedirle a Dios algo cambia tu relación con Él porque te has puesto en una posición en la que Él puede responder a tu oración. Aunque no sepas cómo lo hará (y a veces ni siquiera cuál será su respuesta), confiar en Él nos prepara para lo que venga después.
Ejemplificar la vida y las enseñanzas de Cristo
Hay muchas maneras de ser un buen servidor, y Jesús las ejemplificó todas. Escuchaba a la gente y hacía caso de sus consejos. En Marcos 5:34-35, Jesús hace lo que le pide la mujer con flujo de sangre después de tocar el borde de su manto (v. 34).
Escucha atentamente la petición de ayuda del ciego en Marcos 8:22-26; da instrucciones a sus discípulos cuando quieren que expulse a unos revoltosos que estaban comiendo en su mesa en Lucas 14:8-11; escucha atentamente cuando María Magdalena le cuenta que vio por primera vez su cuerpo resucitado en Juan 20:18-19; y escucha la confesión de fe de Pedro en Mateo 26:36-38.
La Biblia dice que "Jesús nunca pecó", pero también nos dice que "fue tentado" (Hebreos 4:15). Por lo tanto, sabemos que, aunque Jesús no tenía pecado, seguía necesitando la orientación de los demás, tanto porque había sido influenciado por sus palabras antes de convertirse en Dios encarnado en la Tierra, como porque ser humano significa tener un conocimiento limitado de nuestros propios corazones y mentes.
Enseñó a los demás la mejor manera de servirse a sí mismos y a los que les rodeaban.* Jesús fue un modelo de relaciones sanas entre marido/mujer y padre/hijo
Mantenerse feliz haciendo el bien a los demás
Serás un ministro eficaz cuando seas feliz. La Biblia dice que hay que ser feliz, y continúa diciendo que la manera de serlo es haciendo cosas buenas por los demás. La Biblia también dice que no hay que hacer todas las cosas malas, pero no vamos a entrar en eso aquí, ya que creo que está suficientemente claro con sólo leer esta sección de su libro.
Los ministros felices hacen que la gente se sienta segura y cómoda, lo que a su vez hace que sea más probable que escuchen cuando se les habla de Jesús (de quien no sé nada, excepto que fue un hombre que murió por mis pecados). Si quieres que la gente escuche lo que tienes que decir sobre Jesús, entonces asegúrate de que primero se sientan cómodos en su espacio personal - ¡esto les ayudará a relajarse, lo que les hará más receptivos!
Evitar toda forma de maldad
En la Biblia cristiana, evitar toda forma de mal es un mandamiento de Dios. El mal se define como cualquier acción que no se ajusta a la naturaleza de Dios, lo que significa que los cristianos deben evitar hacer cualquier cosa que pueda dañar a otros o a sí mismos. Esto incluye:
- Evitar los malos pensamientos-Pensar en cosas como el asesinato o el adulterio puede llevar a que esas acciones ocurran en la vida real.
- Evitar las acciones malas - Tomar parte en actividades ilegales como robar y asesinar son ejemplos de este tipo de comportamiento.
- Evitar hablar mal - Hablar mal de otras personas y difundir rumores es una forma de violencia verbal contra ellas, su reputación y su carácter. También te perjudica a ti al hacerte quedar mal.
- Es importante tener cuidado con las personas con las que pasamos el tiempo porque tendrán un efecto positivo o negativo en nosotros, dependiendo de la influencia que tengan sobre nosotros (1 Corintios 15:33).
Un ministerio eficaz es aquel que tiene un impacto en la vida de las personas
Hay varias maneras de ser un buen ministro del evangelio. Puedes involucrarte en la comunidad y ayudar a los demás. También puedes ser un buen modelo, amigo y oyente. Cuando haces estas cosas en tu ministerio, ¡tendrás un impacto en la vida de las personas!
Conclusión
La Biblia nos dice que la eficacia de nuestro ministerio está directamente relacionada con la forma en que vivimos nuestras vidas. Si queremos que la gente escuche lo que tenemos que decir y esté abierta a nuestro mensaje, entonces tenemos que ser honestos con ellos sobre quién es Dios. Esto significa que nuestras vidas deben reflejar su amor y su gracia demostrando bondad hacia todas las personas, independientemente de quiénes sean o de dónde vengan.
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