Preparándonos para la guerra – Con Cristo la victoria es segura
Preparándonos para la guerra, implica aceptar primeramente a Cristo en nuestros corazones, ya que hacemos conciencia contra quién luchamos y qué terrenos estamos pisando, cada cristiano sabe que esta guerra es espiritual, y para ganarla, debemos prepararnos, ya que en nuestras fuerzas y con nuestras armas nunca ganaremos, todo debe ser con el Poder de Jesús.
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Preparándonos para la guerra – Con Cristo la victoria es segura
En Romanos 8:37 dice: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Y es porque desde que nacemos empieza una lucha constante en nuestras vidas que muchas veces no podemos definir, pero desde el momento que aceptamos a Cristo, en nuestro corazón, empezamos a prepararnos para la verdadera guerra.
Todos los seres humanos somos creación de Dios, y sabemos que desde el inicio de la creación el maligno ha buscado destruir todo lo que se relaciona con el Padre Creador, y nosotros somos un blanco perfecto, de acuerdo a sus artimañas, él, buscará a sacar del camino que nos conduzcan a Cristo, pero a su vez Dios nos dice como resguardarnos, para poder estar firmes.
Una vez que tenemos a Cristo en nuestro corazón sabemos que nuestras luchas no son contra carne ni sangre, sino que nuestras luchas son contra espíritus, principados, potestades y demonios, que tiene la misión de levantar cualquier tipo de tropiezo para cada uno de nosotros con el objetivo de alejarnos de Cristo, para que así, perdamos nuestra salvación eterna.
Por ello en Efesios 6:10-11 se nos insta “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Debemos prepararnos todos los días, tener a Cristo en nuestro corazón y vida, imitarlo para fortalecer la armadura necesaria y no ser presa fácil.
Por otro lado, se nos dice que debemos vestirnos de toda armadura de Dios, y las sagradas escrituras es un arma potente y poderosa, que debemos usar para combatir al maligno, recordemos cómo se defendió Jesús, en el desierto, él, tomó cada palabra escrita, y respondió al diablo, y también lo venció en la cruz del calvario.
Si bien es cierto que todos los días tenemos luchas carnales, la realidad es que la carne es un rebote, de lo que son esas luchas realmente, es decir, el verdadero ataque es a nivel espiritual, por ello debemos fortalecernos espiritualmente para que estos ataques no nos afecten en ningún plano, porque estamos revestidos por la armadura celestial y Jesucristo.
Desde el inicio de los tiempos se nos está mandando a prepararnos para que el maligno, no nos agarre de sorpresa y nos amargue la existencia, en Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
Qué sucede, existen personas que se dejan envolver por el maligno, y sirven de medio para fastidiar y contrariar a su prójimo, la primera actitud que tomamos es ir en contra de ellas, pero debemos y tenemos que tomar la armadura de Dios, y orar, ya que no es nuestro prójimo como tal, sino el maligno.
Si, nuestros hermanos porque son creación de Dios, que no tengan a Cristo en su corazón, los hace vulnerables y presa fácil para que el maligno los envuelva y sea, títeres del mismo, a partir de este momento cuando usted se vea sumergido en situaciones que lo lleven a perder la paciencia, la misericordia, y tenga el impulso de hacer o decir cosas incoherentes, deténgase.
La armadura de Dios
Cuando escuchamos estas palabras nos imaginamos un traje de acero, o de cualquier otro material impenetrable, que una vez puesto nada ni nadie nos podrá dañar, ante ello me pregunto y le pregunto a qué se refiere nuestro Dios con estas palabras, cómo es esa armadura, qué significa la armadura de Dios.
En Efesios 6:14, 15, 16,17 “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;”.
Cuando nos dice que ciñamos nuestros lomos con la verdad, se refiere a que si nosotros somos capaces de decir y actuar con la verdad siempre, el maligno y su tropa, no tendrán argumentos para combatir nuestras defensa, ni impedir nuestras bendiciones, porque le hemos dado a nuestro abogado Jesucristo, todos los argumentos para defendernos con todos los basamento.
Usted podría decirme que Jesucristo actuaba así porque es el hijo de Dios, entonces nunca caería en tentación, ante ello le recuerdo que el hecho de ser de carne y sangre estamos expuestos a ser tentados y a pecar y él, demostró que podíamos resistir, otro ejemplo fue Job, el maligno le pido a Dios, que le dejase tentarlo para que renegara, pero Job, nunca renegó.
Como Jesucristo, Job y muchos profetas, y apóstoles han podido revestirse con la armadura de Dios, para resistir tanta maldad y artimañas, del maligno, todos y cada uno de nosotros podemos también, nadie dice que será fácil pero por lo menos debemos intentarlo todos los días, hasta que llegue el momento en que seamos los guerreros que Dios, desea que seamos.
Cuando nos mandan a vestirnos con la coraza de la justicia y que nos calcemos los pies con el calzado apresto del evangelio de la paz, es porque no podemos ni debemos estar involucrados en actos de injusticia, debemos predicar el evangelio de Dios, pero no solo en palabras, debemos dar testimonio de quien está en nuestro corazón y todos los cambios que ha hecho.
Todo esto es vestirnos con la armadura de Dios, pero toda armadura debe tener un escudo y el nuestro es la fe, que apaga todos los dardos de fuego, que nos manda el maligno para exterminarnos y sacarnos del camino, debemos tener un casco, y la espada del Espíritu Santo de Dios. Para lograr todos estos implementos debemos orar sin parar, suplicando en espíritu a Dios.
Si oramos todos los días sin parar esta armadura nos protegerá siempre, además que fortalecerá nuestra fe, ya que los problemas que son muchos buscan a cumplir el peor de los objetivos, y es hacernos sentir que los problemas son más grandes que la fe, todos sabemos que no es cierto, por ello no debemos flaquear, no abandonemos nuestro entrenamiento, con Cristo.
Cómo vencer al diablo
El diablo que Jesucristo, lo reprenda tiene principados, demonios y otra cantidad de seres que trabajan a su favor destruyendo a las familias, y esta destrucción es en todos los sentidos desde alteraciones mentales, muertes tempranas y demás, y aunque el maligno no tiene poder sobre la vida y la muerte del hombre, busca todos los argumentos para que eso se genere.
El cáncer es uno de esos argumentos, que ha ido acabando con muchas familias y casi todas las personas con esta enfermedad, no perdonan y piensan que nadie las debe perdonar, porque en sus mentes y corazón sienten y piensan que no han cometido ningún error, y ese proceder lo ha sembrado el maligno, y esto sucede porque no tienen a Cristo en sus vidas y corazones.
Debemos aferrarnos fuertemente de lo que dice la palabra de Dios, en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Entonces si por alguna razón ha llegado cualquier dificultada a tu familia o tienes una experiencia personal, aferrarte fuertemente a la palabra de Dios, y ten fe, ya que son unas de las armaduras más potentes que podemos tener los seres humanos.
Independientemente de la situación por la que estemos pasando no podemos decaer, sino más bien aferrarnos cada vez más a Jesucristo, para que no sea arrebatado lo que ya hemos ganado, recuerde que esto es una lucha que no tiene descanso, por lo tanto, nosotros no podemos ni debemos descuidar nuestro territorio, somos soldados fieles y alertas de Jesús.
En Lucas 7: 21-22 dice: “Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.” Pero nada ni nadie es más fuerte que Jesucristo, mantengámonos firmes en él, con nuestras vestiduras, y ganaremos todas las guerras que vengan.
No olvidemos que Jesucristo es el hijo de Dios, y es Todopoderoso, él vino a defendernos y a protegernos y no los ha demostrado siempre, entonces imagínese que algún vecino le reclama algo que hizo su hijo y pide sea castigado, porque él, tiene las pruebas, ante esto el padre queda desarmado y debe darle la razón al vecino. Así pasa con nosotros.
Venzamos al maligno, porque somos creación de Dios, y él, nos ha dejado las herramientas, armas y ejemplos, para hacerlo, además que nos dio a su único hijo para librarnos del mal, y salvar nuestras almas si creyéramos en él, no cedamos territorio porque Jesús necesita guerreros fuertes y cada uno hemos sido llamados para servirle hoy y siempre.
Debemos doblar rodillas ante Dios todopoderoso en su gran corte celestial, para pedirle a Dios que le prohíba al maligno y su corte, que aceche a nuestras familias, es necesario atarlo, ligarlo y echarlo fuera de nuestras vidas en el nombre de Jesús, arrebatarle todo lo que es nuestro y de nuestras familias ya que inconscientemente le hemos dado poder, para arrebatárnoslo.
Conozca las armas del diablo
Por ser un personaje, de mala intensión siempre, tiene muchas armas pero si usted o yo, no le damos ese poder, él, nunca podrá obtener ningún resultado válido de nosotros o hacernos daño, además que cuando Cristo, está en nuestro corazón, este enemigo en común está vencido por la autoridad y poder que tiene Jesús, y en Efesio 4:27 se nos dice: “ni deis lugar al diablo.”
El pecado es una de las armas que tiene el maligno, siendo la desobediencia, un agravio directo hacia Dios, le estamos dando poder o el derecho legal para que nos acuse ante nuestros Padre celestial. Tenerle miedo a la muerte es otra arma que usa para dañarnos, pero cuando usted sabe que Cristo esta con usted y en su corazón ese argumento queda desbastado.
En 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” no le demos poder a nuestro principal enemigo, seamos valiente porque con nosotros está Jesucristo, y si él, está con nosotros venceremos cualquier inconveniente, ya que no hay nadie más poderoso que Jesucristo.
Para concluir debemos tener claro que somos soldados de Jesús, que con él, en nuestras vidas y corazón somos más que vencedores, no dejemos de orar y de vestirnos todos los días con las vestiduras de Dios, que harán que cada día estemos más y más disponibles para el Señor. Ahora si usted es un ser que aún no tiene a Cristo en su vida, es hora de que piense que está haciendo.
Prepárese y gane guerras para el ministerio de Jesucristo, los días son cada vez más cortos y las señales de que la venida del hijo de Dios, se están cumpliendo cada vez más, es necesario que piense que será de su vida cuando Jesús, venga y usted no lo tenga en su corazón, entonces se tendrá que quedar, pero no se preocupe eso fue antes de leer este mensaje.
Ahora busque, un lugar donde pueda estar a solas con Dios, cierre sus ojos y dígale de todo corazón, Señor Jesús te pido por favor que perdones mis pecados, límpiame con tu sangre poderosa, te acepto en mi corazón como mi único Señor y Salvador, escribe mi nombre en el libro de la vida y no lo borres jamás, no me quiero alejar nunca más de tu presencia.
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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda
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