Los XV Años, Una Oportunidad De Construirse Como Templo Para Dios
Los xv años son una oportunidad para construirnos como templos para Dios. Un templo es un lugar donde podemos adorarle, un lugar de paz y armonía, un lugar especial para estar. En la Biblia, Salomón construyó un magnífico templo para Dios. Lo construyó en alto para que la gloria de Dios pudiera llegar a la tierra y a su pueblo.
Un templo es también un lugar para nutrirse de la palabra de Dios; esta palabra nos sostiene a cada uno como el pan de cada día. Es como el maná que Dios dio a Moisés y a nuestros antepasados en su viaje por el desierto. Debemos alimentarnos de estas palabras con cuidado porque no son sólo algo de lo que nos llenamos; nos proporcionan un alimento espiritual que construye nuestra fe en Jesucristo, que es Palabra y Vida".
- Todos somos templos para Dios. Un templo para Dios es un lugar de adoración y reverencia, un lugar de paz y armonía.
- En la Biblia, Salomón construyó un magnífico templo para Dios.
- Un templo es también un lugar para nutrirse de la palabra de Dios.
- Debemos alimentarnos con la palabra de Dios mientras continuamos nuestro viaje por la vida hacia el cielo.
- Las palabras de la Escritura también nos alimentan construyendo nuestra fe en Jesucristo, que es Palabra y Vida.
- Podemos llegar a ser como un estómago vacío acostumbrado a la comida basura, o peor aún, un estómago estropeado.
- Conclusión
Todos somos templos para Dios. Un templo para Dios es un lugar de adoración y reverencia, un lugar de paz y armonía.
Todos somos templos para Dios. Un templo para Dios es un lugar de adoración y reverencia, un lugar de paz y armonía, un lugar especial para estar. Tenemos que respetar nuestro cuerpo como templo porque es la única casa que tenemos en este mundo. Tenemos que cuidar nuestro cuerpo para poder vivir una vida sana y evitar enfermedades que nos destruyan física y espiritualmente.
Cuando tratas tu cuerpo como un templo, no te enfermas tan a menudo porque te cuidas comiendo alimentos sanos (entre los que se incluyen las frutas) en lugar de comida basura o comida rápida, que contienen sustancias químicas que dañan el cuerpo, aunque saben bien al primer bocado, pero más tarde, cuando te sientas mal después de comerlos con demasiada frecuencia, te darás cuenta de lo malos que son para tu salud, ¡especialmente si se comen regularmente a lo largo del tiempo!
En la Biblia, Salomón construyó un magnífico templo para Dios.
Lo construyó alto, para que la gloria de Dios pudiera llegar a la tierra y a su pueblo. Cuando la Biblia habla de Salomón construyendo un magnífico templo para Dios, no es sólo para honrarlo. Es también para enseñarnos lo que debemos hacer para adorar y glorificar a nuestro Señor.
El templo se construyó en alto para que Dios pudiera ver a todo su pueblo, incluso a los que estaban lejos de Jerusalén. Y se construyó con la ayuda del pueblo de Israel, porque se necesitaban mutuamente para construir algo tan grande y hermoso:
- Se necesitaban unos a otros para traer sus ofrendas y sacrificios con alegría;
- Se necesitaban unos a otros para rezar juntos por la noche; y
- Se necesitaban unos a otros para ser servidores fieles hasta que la muerte llamara a su puerta (1 Reyes 8:12).
Un templo es también un lugar para nutrirse de la palabra de Dios.
Esta palabra nos sostiene a cada uno como el pan de cada día. Es como el maná que Dios dio a Moisés y a nuestros antepasados para sostenerlos en su viaje por el desierto. La palabra de Dios es el alimento que necesitamos para vivir y crecer. La palabra de Dios nos sostiene física y espiritualmente. Somos sostenidos por las palabras que vinieron de Jesús que dijo: "Las palabras que os digo son espíritu y son vida" (Juan 6:63).
La oración del Señor dice: "Danos hoy nuestro pan de cada día" (Mateo 6:11). La Biblia enseña que Dios nos da a su propio Hijo como pan de vida (Juan 6:35). Esto significa que tenemos acceso no sólo al pan terrenal, sino también al alimento espiritual que nos nutre en cuerpo y alma, dándonos fuerzas para hacer lo que es correcto, incluso cuando parece difícil o imposible.
Debemos alimentarnos con la palabra de Dios mientras continuamos nuestro viaje por la vida hacia el cielo.
Juan dijo: He escrito todo lo que he visto para que me creáis y tengáis a su vez vida por medio de él. La Biblia es la palabra de Dios, la fuente de toda verdad, sabiduría, amor y vida. La Biblia es una lámpara para nuestros pies y una luz para nuestro camino (Salmo 119:105).
Es muy importante que leamos la Biblia diariamente mientras continuamos nuestro viaje por la vida hacia el cielo. San Juan dijo: He escrito todo lo que he visto para que me creáis y tengáis vida por él (Juan 20:31).
Las palabras de la Escritura también nos alimentan construyendo nuestra fe en Jesucristo, que es Palabra y Vida.
Como los alimentos que comemos en casa, estas palabras deben ser consumidas con cuidado; no son sólo algo para llenarse. Por ejemplo, las palabras de la Escritura también nos alimentan al construir nuestra fe en Jesucristo, que es Palabra y Vida. Como los alimentos que comemos en casa, estas palabras deben ser consumidas con cuidado; no son sólo algo para llenarnos.
Podemos llegar a ser como un estómago vacío acostumbrado a la comida basura, o peor aún, un estómago estropeado.
Es importante que sepamos cómo asimilar mejor estas palabras, especialmente las que se nos dan en las homilías o en las conferencias parroquiales; de hecho, cualquier palabra que nos acerque a Cristo debe ser recibida con gratitud y reverencia.
Debemos saber cómo asimilar mejor las palabras de nuestros sacerdotes y obispos. Al fin y al cabo, las enseñanzas de la Iglesia son como un alimento para nuestras almas, y tenemos la oportunidad de nutrirnos de buen material que nos haga crecer en santidad. Para hacerlo eficazmente, es importante que no sólo escuchemos, sino que discernamos lo que es bueno de lo que es malo.
El Señor dijo a sus discípulos: "Mis palabras son espíritu y son vida" (Juan 6:63). Esto significa que, cuando las recibimos a través de nuestros oídos, se convierten en parte de lo que somos; se convierten en parte de nuestro propio ser. Por lo tanto, es importante que prestemos mucha atención a estas palabras y las apliquemos de todo corazón para no sólo escucharlas, sino también sentir su verdad en lo más profundo de nuestros corazones y mentes.
Conclusión
En conclusión, podemos decir que ser un templo para Dios es una oportunidad increíble. Significa que eres la morada del Espíritu de Dios y que has sido creado a su imagen. Significa que todo lo que hagas debe ser hecho en honor a esta maravillosa verdad. Debemos seguir edificándonos como templos para que los demás puedan ver a Jesucristo a través de nosotros y llegar a conocerlo mejor a través de nuestro buen ejemplo".
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