Lo Superlativo del Amor - Qué Significa

Lo Superlativo del Amor tiene relación con el amor de Dios, aquel que se manifiesta de forma sobrenatural en nuestra vida una vez que tomamos la decisión de aceptarlo y recibirlo como Nuestro Padre, como nuestro único y verdadero Señor y Salvador.  Desde ese momento somos sellados por el Espíritu Santo y él comienza a morar en nosotros, y es allí cuando conocemos ese amor inconmensurable que supera las expectativas. 

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Aquel que no tiene condición, que es puro, perfecto, y debido  a este amor somos salvos y tenemos entrada al Reino de los cielos por su Gracia y su Favor. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)

Lo Superlativo del amor de Dios - Qué significa

Dios es amor y todo lo que proviene de él, es bueno y agradable. Nadie ha conocido a Dios si no ha amado, y es por este amor hoy tenemos el privilegio de ser llamados Hijos de Dios, de tener la salvación por medio de su amor infinito, aquel que demostró al dar su vida por cada uno de nosotros, dejando su majestad para hacerse igual a nosotros. Se despojó de su Poder y se humilló para darnos vida a nosotros mediante su muerte, siendo el cordero perfecto, inmolado por nuestras rebeliones.

Este amor excelso sigue latente hoy día y mediante su Santo Espíritu lo podemos sentir a diario en nuestras vidas, dándonos todo ese amor en cada una de sus manifestaciones. Cristo es amor y está vivo dentro de nuestro ser, ya que somos templo y morada del Espíritu Santo, donde su hermosa Presencia nos consuela, nos redarguye y nos alerta del pecado. 

De igual forma nos transforma y como vasijas nos llena de su preciosa unción, ese aceite divino que necesitamos para poder tener vida y vida en abundancia. 

Ejemplos del amor en la biblia

El amor proviene de Dios y Dios es amor, y si no amas es porque no has conocido a Dios, incluso los inconversos pueden sentir amor porque son creación de Dios y tienen el ADN de él, sin embargo también tenemos en nuestra naturaleza pecaminosa aspectos que no agradan a Dios y que atentan contra él.

Por esta razón aunque vivimos en este mundo tan lleno de maldad y vicisitudes, no somos de este mundo y tenemos la esperanza puesta en las promesas que Dios ha dejado establecida en su palabra.

En este orden de ideas, encontramos en la biblia diferentes ejemplos donde el amor de Dios se manifiesta, tal como observamos en los siguientes ejemplos:

1.- Jesús Hombre

Uno de los mayores ejemplos de amor lo tenemos en Nuestro Señor Jesucristo quien dio su vida por cada uno de nosotros para darnos la vida eterna y su perdón. Fue golpeado, humillado, y puesto de forma cruel e injusta en una cruz para pagar el precio de la salvación con su preciosa sangre.

Esto es algo que el mundo entero lo sabe pero no hay que dejar de destacarlo porque en la actualidad muchos pretenden minorizar este hecho. Pero para eso estamos los siervos del Señor, para exaltar su nombre, mostrándole al mundo entero que su sacrificio no fue en vano y que su salvación está a la puerta, que es real y que esta verdad permanece en su palabra.

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El Ministerio del Señor fue un Ministerio de amor, de misericordia, perdón, bondad, sabiduría, donde nos mostró en su condición de hombre, la manera en la que debemos conducirnos en la vida. Nos enseñó que no debemos discriminar, ni tomar venganza por nuestras propias manos, que debemos aferrarnos al Padre y mantener la relación estrecha con él para vencer al enemigo con bien.

La relación de amor entre Jesús y sus discípulos, fue admirable, donde se sentó a la mesa con aquellos apóstoles que lo entregarían y negarían. Le lavó los pies aún sabiendo lo que había en el corazón de Judas. Es decir, fue un ejemplo a seguir, se mostró misericordioso con María Magdalena, manifestó su poder ayudando al prójimo, sanando, liberando, ayudando como un buen samaritano.

Nadie se puede comparar con él, pero él nos demanda a que sigamos su ejemplo y seamos semejantes a él. Esto es un reto viviendo en un mundo tan hostil y lleno de maldad. Pero debemos comprender que no somos de este mundo y que este lugar es pasajero, y estamos aquí con un propósito acorde con su perfecta voluntad.

El amor de Jesucristo sobrepasa todo entendimiento, no terminaríamos de hablar de la bondad de Nuestro Señor, y en sus evangelios podemos leer todo el amor que él le impartió no solo a sus discípulos, sino a todo el pueblo, incluso a sus enemigos, donde intercedió por ellos ante su Padre al decir: 

En este sentido, cuando hablamos de lo superlativo del amor, debemos visualizar a Jesús porque él es amor. Y en la actualidad podemos tener en nuestra vida al Espíritu Santo que nos dejó antes de ascender al Reino de los cielos, y mediante él podemos acceder a su Santa Presencia, a su verdad.

Este Espíritu Santo mora en cada uno de los Hijos de Dios, redarguyendo, limpiando, purificando, transformando y guiándolos en este trayecto llamado vida. Por eso, estamos sellados mediante el Espíritu de Dios, apartados de todo pecado, de toda impureza porque hemos sido llamados para testificar su Gloria y su Honra. Tal como se puede apreciar en la palabra:

“En Él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13)

En la palabra encontramos esta preciosa promesa, en la cual se nos da el privilegio de tener el Espíritu Santo en nuestra vida porque hemos sido sellados por él y ahora somos nuevas criaturas, apartados del mundo, del pecado y de todo aquello que sea anatema para Cristo. 

Por eso nuestra vida debe testificar que somos diferentes porque la Gloria del Señor está sobre nuestro hogar, nuestros hijos, nuestra familia, nuestros empleos, nuestros bienes porque todo lo que tenemos es gracias al Señor y todo le pertenece solo a él. Somos la niña de sus ojos y mora en medio de nosotros:

“Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. 9 Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.  Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová” (Zacarías 2:8-10)

Así que hemos sido justificados por medio de aquel que nos amó y ya no hay condenación sobre nosotros, porque el pacto que hizo Jesús en la cruz del calvario con la humanidad, hoy está vigente y permanece para siempre. Nuestra fe nos acerca de esta verdad y nos hace libres de toda atadura que nos quiera esclavizar al mundo, al pecado y a todo lo que no le agrade al Señor.

2.- David y Jonatan

En la relación de amistad entre David y Jonatan podemos observar que su amor y amistad representa un ejemplo de lo superlativo del amor, donde Jonatan a pesar de ser hijo de Saúl, buscó proteger y alertar a David de las asechanzas de su propio padre, lo cual es una muestra de ese amor hacia el prójimo del que Jesús nos habla como el segundo mandamiento más importante, el cual es amar al prójimo como a uno mismo. 

En este sentido esta historia nos revela el amor de Dios, el cual debe estar dentro de nosotros siempre. Cuando David se enteró de la muerte de Saúl y Jonatan, escribió palabras muy sentidas que revelaron su gran dolor y aflicción, tal como lo observamos en el siguiente pasaje: “Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres”. (2 Samuel 1:26)

Esta declaración manifiesta un gran pesar pero al mismo tiempo nos describe el significado de ese superlativo amor que se muestra fiel y leal y que sirve de ejemplo y de testimonio de lo que es la amistad verdadera. Así que el amor entre Jonatán y David es genuino y resulta ser un gran ejemplo para nosotros.

Estos dos personajes hicieron  un pacto de lealtad que incluía el cuidado de la familia, y esto se hacía por costumbre entre la sucesión de reyes. Pero el corazón del Rey David no podía compararse ni con el de Saúl ni con aquellos que vinieron después de él. Fue un hombre tan noble que fue calificado como un hombre conforme al corazón del Señor.

Jonatán sabía que David sería rey y así que le pidió que siempre cuidara de su familia. David nunca olvidó su promesa y cuando tuvo la oportunidad buscó a  Mefi-boset, quien todavía vivía, pero éste era lisiado porque su nodriza lo dejó caer cuando huía en la guerra contra Saúl. Así que David lo invitó a sentarse en su mesa en la casa real, exaltándolo en gran manera:

"Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa”  (2 Sam. 9:7-8). 

En este sentido, la amistad entre David y Jonatan y su pacto fue guiado por el amor verdadero, donde ambos querían el bien para el otro y procuraron siempre cuidarse, sin embargo Jonatán murió, pero dejó un hijo y David cumplió su promesa y en honor a su gran amigo, sentó a Mefi-Boset en su mesa junto a él, y no lo desamparó nunca. Lo cual fue un gesto de amor y de bondad en medio de la guerra que se estaba llevando a cabo en ese momento.

3.- Rut y Noemí

El amor entre Rut y Noemí es un ejemplo a seguir porque Rut no tenía motivos sólidos para continuar al lado de su suegra Noemí, sin embargo decidió seguirla, tener a su mismo Dios y no desampararla nunca: “Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella” (Rut 1:14) 

En la Antigüedad no es común encontrar un relato de amor entre dos mujeres como el de Rut y Noemí, quien a pesar de sufrir grandes calamidades permanecieron juntas y Dios les dio la victoria. Tuvieron que pasar por la muerte de sus esposos, pasar necesidad y estas desconsoladas en medio de la tristeza y desolación. Pero Dios tuvo misericordia y las ayudó a seguir adelante. En la palabra podemos observar el amor de Rut hacia su suegra Noemí:

“No insistas más en que me separe de ti. Donde tú vayas, yo iré; donde tu vivas, yo viviré; tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, yo moriré y allí me enterrarán. Juro hoy solemnemente ante Dios que sólo la muerte nos ha de separar.” (Ruth 1:16-17). 

Esta declaración de amor de Ruth a Noemí es una de las más hermosas y conmovedoras de toda la Biblia, donde podemos ver la fidelidad de la nuera y representa un modelo a seguir, donde esta promesa refleja el amor puro que sentía por Noemí y se mostró siempre fiel a ella.

4.- Jacob y Raquel

La relación entre Jacob y Raquel es una muestra de lo que significa el amor y es un ejemplo de lo superlativo del amor, ya que Jacob tuvo que trabajar muy duro y estar con otra mujer con la que no quería estar para poder obtener el permiso de estar con Raquel, que era el amor de su vida.

“Raquel tenía una bella presencia y era de hermoso parecer. 18 Jacob se enamoró de Raquel, y dijo: «Por Raquel, tu hija menor, yo te serviré siete años.» Y Labán respondió: «Es mejor que te la dé a ti, y no a otro hombre. Quédate conmigo.» Así fue como Jacob trabajó siete años por Raquel; pero le parecieron unos cuantos días, porque la amaba” (Génesis 29: 17-20)

En este sentido, la biblia nos muestra esta hermosa historia de amor entre dos personas que se amaban, pero para poder estar juntos tuvieron que pasar por situaciones difíciles, una de ellas fue el engaño de Laban, ya que primero le dio a Lea y lo hizo trabajar por otros años más antes de darle a Raquel, pero Jacob lo hizo solo por amor a ella:

“«¿Qué es lo que me has hecho? ¿Acaso no te he servido por Raquel? ¿Por qué me has engañado?» Y Labán respondió: «Aquí no acostumbramos dar a la hija menor antes que a la mayor. 27 Cumple esta semana, y se te dará también la otra, si trabajas para mí otros siete años.» Jacob lo hizo así. Cumplió aquella semana, y Labán le dio a su hija Raquel por mujer. 29 A su hija Raquel, Labán le dio por criada a su sierva Bilá. 30 Y Jacob se unió también a Raquel, y la amó mucho más que a Lea; y trabajó para Labán siete años más” (Génesis 29:25-28)

5.- Abraham y Sara

Abraham y Sara es otro de los ejemplos de lo superlativo del amor, donde el amor y misericordia de Dios bendijo su relación y les dio el milagro de tener un hijo, ya que Sara era estéril. En aquella época, no tener descendencia era considerado casi una maldición; pero Abraham y Sara mostraron fidelidad el uno al otro y también hacia Dios. Esto fue recompensado por Dios y les mostró el propósito que tenía con ambos. Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje:

“Y el Señor dijo a Abram después que Lot se había separado de él: Alza ahora los ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte, el sur, el oriente y el occidente, pues toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia[a] para siempre. Y haré tu descendencia[b] como el polvo de la tierra; de manera que si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá contarse” (Génesis 13: 14-16)

Lo superlativo del amor es Dios porque nadie puede amar si no lo ha conocido, porque él es amor, y se manifiesta en su creación en todo su esplendor, podemos ver la misericordia de él en nuestra vida porque él se Glorifica en nosotros de forma sobrenatural.

 El amor es lo que nos salva de la muerte mediante Nuestro Señor Jesucristo, porque nos perdonó aún siendo pecadores, y este hermoso regalo nos hace libres de todas las ataduras, nos limpia, nos purifica, nos transforma y nos recibe con los brazos abiertos, nos hace sus hijos y nos otorga el Espíritu Santo para que more y permanezca con nosotros por siempre. 

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