La idolatría moderna - Qué significa según la biblia

 La idolatría moderna se encuentra en la actualidad de diferentes maneras y es algo que está invadiendo la vida de muchos cristianos. Se tiende a pensar que la idolatría solamente abarca al hecho de adorar imágenes y estatuas, pero se puede llegar a idolatrar cosas de nuestra vida sin darnos cuenta, como el dinero, los hijos, los padres, una casa, un carro, el celular, entre otras cosas.

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Todo esto puede acaparar nuestro tiempo y espacio y que nos está alejando de Dios o quitándole el lugar que se merece. En la palabra se nos demanda el amor hacia el Señor y no debe sustituirse de ninguna manera. Al respecto la biblia establece como primer mandamiento lo siguiente:

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39)

Como hijos de Dios debemos entender que el Señor siempre debe estar en primer lugar si queremos permanecer firmes y lograr el propósito. Todo lo demás  viene por añadidura, porque Dios está al tanto de nuestras necesidades y conoce perfectamente lo que deseamos en esta vida, nuestras cargas, tristezas, angustias. Así que no debemos desesperarnos porque Nuestro Padre tiene el control de todas las cosas. Al respecto la palabra nos señala lo siguiente: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)

Índice de Contenido
  1. La idolatría moderna - Qué significa según la biblia
  2. Cuáles son los ídolos modernos en la actualidad
    1. 1.- La idolatría al dinero
    2. 2.- La idolatría a la apariencia
    3. 3.- La idolatría al hombre
  3. Tenemos un solo Dios   

La idolatría moderna - Qué significa según la biblia

Cuando alguien menciona el término idolatría, pudieras imaginar adoración a estatuas doradas descritas del Antiguo Testamento. Quizás puedas pensar que se trata solo de la idolatría hacia cosas creadas por el hombre, tal como lo hizo el pueblo de Israel cuando fue liberado por Moisés. Al respecto el libro de En Éxodo 20:3, nos muestra cómo Dios da los primeros de los Diez Mandamientos y declara, “No tendrás otros dioses delante de mí”.

Si revisamos la literatura podemos encontrar diferentes conceptos de lo que es la idolatría, y ésta hace referencia a la adoración de un objeto físico como si fuera un dios, es el apego o devoción hacia algo. En la palabra podemos observar cómo el pueblo de Israel elaboró un becerro de oro para adorarlo, lo cual es una muestra de lo que representa la idolatría en el Antiguo Testamento, tal como lo podemos observar en el siguiente pasaje: 

“Y Aarón les dijo: Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que tenían en las orejas y los llevaron a Aarón. Y él los tomó de sus manos y les dio forma con buril, e hizo de ellos un becerro de fundición. Y ellos dijeron: Este es tu dios, Israel, que te ha sacado[c] de la tierra de Egipto” (Éxodo 32: 2-4)

En este sentido, la adoración al becerro de oro tiene que ver con el concepto de idolatría que es más conocido y es el término que más se usa para definir lo que significa ser un idólatra. Pero en la actualidad tenemos muchas cosas en este mundo que acaparan nuestra atención y ocupan nuestro tiempo y nuestra mente, y muchas veces dejamos las cosas espirituales como un segundo plano, dejando a un lado a Dios. Lo cual es pecado y no es del agrado de Dios.

Todo lo que te robe el tiempo de Dios es idolatría, y tal como se resalta en el libro de Eclesiastés, todo es vanidad, y esa vanidad podría definirse como idolatría:

“Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.  Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír” (Eclesiastés 1: 1-8)

En este sentido, la idolatría siempre es el resultado de no creer la verdad del sobre tu vida y tu situación, porque sentimos que debemos acudir a algo más porque él no puede cumplir nuestra petición. Por esta razón tenemos más confianza en las cosas externas al poder de Dios, y eso no le agrada al Señor porque solamente debemos tener confianza en Nuestro Dios. 

Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén”. (Romanos 1:25) 

Así que la idolatría se apodera de nosotros cuando cambiamos la verdad de Cristo por las mentiras que nos ofrece este mundo lleno de perversidades y tentaciones que nos conducen a realizar las cosas que no le agradan a Dios.

Cuáles son los ídolos modernos en la actualidad

En la actualidad estamos rodeados de muchas religiones que tienen múltiples dioses, así como los hindúes, las religiones que se hacen llamar cristianas donde se veneran a los santos y hombres muertos a quienes les piden milagros sin saber que lo que están haciendo es invocar a los muertos, siendo ésta una práctica que Dios aborrece y condena en su palabra.

La idolatría moderna
La idolatría moderna

 

Pero hoy en día podemos caer en idolatría de muchas maneras, al poner cosas y personas como prioridad en nuestra vida. De esta forma, es importante conocer los nuevos ídolos modernos que en la actualidad encontramos, tales como los siguientes:

1.- La idolatría al dinero

Actualmente las personas se dejan llevar por el amor hacia el dinero y se dejan arrastrar por su ambición, olvidando que Dios es nuestro proveedor y que cuando andamos en sus caminos, nada nos faltará. Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”, (Mateo 6:24).

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De este modo, Dios aborrece el amor al dinero, ya que estás dejando a un lado tu confianza en el Señor y estás idolatrando a las riquezas. Todo esto sin duda alguna, te aparta de Dios y te puede hacer perder la salvación.

2.- La idolatría a la apariencia

Hoy en día las personas se enfocan mucho en su apariencia y son víctimas de su propio ego y vanidad, olvidando que Dios ve el corazón y rechaza a una persona con altivez. Muchas veces podemos caer en idolatrar nuestro cuerpo, nuestra apariencia física y hay personas que incluso se someten a muchas operaciones en busca de la perfección que no existe.

Al respecto el apóstol Pablo en 2 Timoteo nos habla del carácter sensual y depravado de algunos hombres de estos últimos tiempos: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos… Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias”, (2 Timoteo 3:1-2, 6). 

De esta forma observamos en estos hombres la tendencia a amarse a sí  mismos de forma exagerada, llegando a ser ególatras de su imagen, lo cual no es del agrado de Dios, ya que la persona se centra en lo carnal, dejando a un lado lo espiritual.

3.- La idolatría al hombre

En la actualidad el hombre siempre ha querido imponer su raciocinio y por eso se muestra mediante teorías de la evolución, se hacen llamar ateos porque se creen dueños de su verdad, han incursionado en la filosofía y psicología en busca de respuestas humanas y lógicas. Pero la sabiduría viene directamente del Padre que es Dios, y solo mediante él podremos obtener respuestas a nuestras inquietudes si lo buscamos con todo nuestro corazón.

En este sentido, la Biblia nos señala lo necio que es decir que Dios no existe: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien”, (Salmo 14:1). Por esta razón debemos estar firmes sobre la roca que es Cristo y tener mucho cuidado en no permitir que el enemigo envanezca nuestro corazón. De igual forma debemos comprender que en este mundo nos vamos a encontrar a muchas personas enaltecidas y soberbias, mostrando sus capacidades intelectuales. Pero como hijos de Dios debemos tener claro que la verdad está en las Sagradas Escrituras y que la sabiduría humana es vana si no se tiene a Cristo.

Tenemos un solo Dios   

Como hijos de Nuestro Dios amado, debemos saber que existe un solo Dios que es nuestro Jehová de los ejércitos, el creador del cielo y de la tierra y que se manifiesta en tres personas diferentes: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta doctrina de la trinidad resulta ser algo confusa y difícil de digerir, ya que somos humanos y nuestra mente es finita.

Para comprender esto debemos partir del hecho de que nosotros somos seres tripartitos compuestos de alma, espíritu y cuerpo, de la misma manera es Dios. Lo cierto es que Dios aunque está compuesto por tres personas, sigue siendo uno y su poder es el único que se manifiesta en la vida de sus hijos por medio de milagros y prodigios. 

Cuando aceptamos y recibimos a Cristo en nuestro corazón, estamos recibiendo su Santo Espíritu, quien comienza a morar en nosotros y con él su poder para sanar y echar fuera demonios. La biblia en el Nuevo Testamento nos señala las siguientes citas donde podemos apreciar la doctrina de la trinidad con más claridad:

  • El Padre: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”, (1 Corintios 8:6).
  • El Hijo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”, (1 Timoteo 2:5-6).
  • El Espíritu Santo: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”, (Hechos 5:3-4).

En este sentido, cuando nos dejamos sumergir por la idolatría le estamos dando entrada al diablo directamente, quien nos quiere hacer cautivos de su maldad y pecado. Por esta razón, es importante reconocer cuándo podemos estar cayendo en idolatría, dejando a un lado a nuestro amado Dios.

Muchas veces no nos damos cuenta de que le estamos fallando a Dios cuando idolatramos nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestra familia, incluso cuando le damos mayor importancia  a las cosas materiales. Esto nos hace además caer en apostasía, donde el Espíritu de Dios se contrista y en algunos casos hasta se puede apartar de los que practican la idolatría.

De esta manera, la confesión te libera, te sana y si sientes que están cayendo en este tipo de idolatría, es el momento para darle un alto a eso y comprometerte más con la obra del Señor, buscándolo con toda tu mente y corazón, porque ya estamos en los últimos tiempos y necesitamos estar firmes para cuando Cristo venga por segunda vez.

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