La Diligencia Y La Puntualidad Según La Biblia
La diligencia y la puntualidad son dos de los atributos más importantes que debemos tener como cristianos. Estos atributos nos ayudarán a tener éxito en cualquier empresa que elijamos, ya sea iniciar un negocio o ir a un viaje misionero. La Biblia nos enseña que la diligencia y la puntualidad no sólo deben practicarse en nuestras carreras, sino también en nuestra vida personal y en nuestras relaciones con los demás.
Proverbios 12:27
La diligencia es la madre de todas las cosas buenas. La palabra "diligencia" significa ser diligente y trabajador. En este versículo, se utiliza en un sentido general para significar alguien que trabaja duro, en lugar de sólo en un contexto de negocios. También se usa como sustantivo -una persona que muestra diligencia- y no como adjetivo (como en proverbios 12:27).
Una persona que muestra diligencia es virtuosa porque trabaja duro en lo que hace; por lo tanto, la diligencia es inherentemente buena. Como mencionamos anteriormente, la diligencia es importante porque conduce al éxito y a la prosperidad en nuestras vidas.
Cuando uno es diligente en algo -ya sea en su trabajo o en sus estudios o en cualquier otra actividad- será recompensado con elogios de los demás y de uno mismo (y quizás incluso con recompensas materiales).
Colosenses 3:23
Si quieres ser diligente y puntual en tu trabajo, considera estos versículos de la Biblia:
- Colosenses 3:23 dice: "Todo lo que hagáis, trabajadlo de corazón, como quien trabaja para el Señor, no para los hombres."
- 1 Tesalonicenses 5:17 nos dice: "Sé diligente en estas cosas; dedícate por completo a ellas".
- Proverbios 20:4 nos recuerda que "el hombre perezoso manda a su siervo que se apresure; pero el que odia la deshonestidad será diligente."
Eclesiastés 9:10
Eclesiastés 9:10 dice: "Todo lo que tu mano encuentre para hacer, hazlo con todas tus fuerzas". Este es un verso poderoso con muchas aplicaciones en nuestras vidas. La aplicación más obvia de este versículo es trabajar duro en cualquier cosa que hagas por el bien de Dios, pero hay otra aplicación que quiero compartir contigo.
Podemos aplicar este principio a lo largo de nuestra vida cotidiana utilizando la diligencia y la puntualidad como medio para obtener la sabiduría de Dios. Todos sabemos que la vida no es perfecta ni fácil; tenemos desafíos y luchas todos los días.
Estas luchas vendrán en varias formas tales como dificultades financieras, problemas de salud, problemas de relación o cualquier otro desafío que pueda surgir de la nada durante nuestro tiempo en la tierra (Hechos 14:22). Cuando estas pruebas surgen, es importante que usemos la diligencia y la puntualidad como herramientas para obtener la sabiduría de Dios y así poder superar estas pruebas con éxito.
Salmo 119:60
Debemos ser diligentes y puntuales en todo lo que hacemos. También debemos ser diligentes y puntuales en nuestro trabajo, en las tareas escolares y en las actividades de la iglesia. De hecho, si usted es un padre que está criando a una familia y les está enseñando este principio de diligencia, entonces ellos tendrán un ejemplo a seguir mientras crecen. Aprenderán a ser puntuales en todos los eventos importantes de su vida, como las reuniones de la escuela o del trabajo.
La Biblia dice que Dios espera que lleguemos a tiempo cuando más importa: "Todos sus mandamientos son seguros; permanecen firmes para siempre" (Salmo 111:7). Eso significa que si nos perdemos algo importante por culpa de la dilación -como llegar tarde a misa-, la culpa es nuestra y no de Dios.
Efesios 5:15-16
Pero procurad conservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como habéis sido llamados a una sola esperanza que corresponde a vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
Al ver estos versículos, es importante notar que Pablo se refiere a "una esperanza". La palabra "esperanza" en este verso viene de una palabra griega que significa "expectativa". Podemos esperar la Palabra de Dios porque es verdadera.
Otra forma en que podemos aplicar este concepto sería a través de la oración: siempre deberíamos estar orando por otros que están luchando con el pecado porque Dios nos ha dado poder sobre todas las cosas (ver 1 Juan 1:5). Cuando oramos por nuestros hermanos y hermanas en Cristo de manera regular y consistente, estamos haciendo nuestra parte para preservar la unidad dentro de Su cuerpo (la iglesia).
Salmo 37:23
En un mundo en el que muchas personas no son diligentes y puntuales en sus tareas, este versículo es una promesa de que Dios nos dará fuerza para ser diligentes y puntuales en todo lo que hagamos. Debemos ser siempre diligentes y puntuales en todo lo que hacemos.
Debemos ser siempre diligentes y puntuales en nuestro trabajo. Esto significa que debemos hacer nuestro trabajo con gran cuidado y diligencia, sin ninguna vacilación o postergación.
Debemos ser siempre diligentes y puntuales en nuestras tareas diarias; es importante señalar aquí que ser diligente no significa apresurarse, sino más bien asegurarse de que todo está bien hecho antes de pasar a la siguiente tarea de la agenda del día (o de la actividad que elijas).
Debemos ser siempre diligentes y puntuales en todo lo que hacemos
Si lo pensamos bien, ser diligente y puntual es a menudo una cuestión de estar preparado. Para estar listos para los imprevistos, debemos estar siempre preparados con un juego de ropa extra, un paraguas por si llueve, o incluso unos cuantos dólares en el bolsillo si necesitamos hacer una llamada de emergencia.
Cuando ocurra algo inesperado en el trabajo o en la escuela (como un simulacro de incendio), es mejor tener la maleta preparada con todo lo que necesitas para poder cogerlo e irte sin tener que preocuparte de dónde están tus cosas o qué más hay que hacer antes de salir.
Ser puntual -o llegar a tiempo- es otra forma de demostrar diligencia en todos los ámbitos de la vida: desde lo bien que hacemos nuestro trabajo (ser puntuales) hasta lo bien que nos cuidamos (comer alimentos nutritivos).
La gestión del tiempo es crucial para que todo se haga bien y a tiempo. Si reservamos tiempo cada día para planificar nuestra agenda y priorizar las tareas en función de su importancia, siempre nos quedarán horas suficientes al final del día para descansar antes de volver a empezar mañana.
Conclusión
Vemos que la Biblia es muy clara al respecto. Debemos ser siempre diligentes y puntuales en todo lo que hacemos. Si tienes alguna duda sobre si tu trabajo es o no adecuado para ti, ¡lee de nuevo estos versículos! En todos estos pasajes, vemos un tema consistente: la diligencia y la puntualidad son partes importantes de ser un buen siervo de Dios, y llevarán al éxito en todas las áreas de la vida si se practican consistentemente.
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