Herramientas de poder - Dones Otorgados por Dios a sus Hijos
Las herramientas de poder son aquellas que le son otorgadas a los hijos de Dios para poder enfrentar a nuestro enemigo que es Satanás. Dentro de estas herramientas encontramos dones y talentos que han sido asignados para demostrar el poder de Dios en nuestra vida y para llevar a cabo el propósito que tenemos al estar en este mundo. Al respecto la palabra señala lo siguiente:
“No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12:1-10)
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En este sentido, tenemos en nuestras manos algo muy poderoso que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo antes de ascender al Reino de los cielos, y es el Espíritu Santo, el cual se nos dejó para consolarnos, alentarnos, ayudarnos, formarnos y procesarnos. De esta manera podremos manifestar su Poder y Gloria en nuestra vida y en la vida de nuestro prójimo
Herramientas de Poder – A qué se refieren
Las herramientas de poder se muestran como una ayuda para poder llevar a cabo nuestras tareas de la mejor manera posible.
Pero para poder ejercer este poder en nuestra vida, debemos darle entrada al Espíritu Santo, quien es el que nos proporciona esos dones y talentos necesarios para poder concretar el propósito de Dios.
Nada podemos hacer por nuestras propias fuerzas, necesitamos el Poder de Dios y sus herramientas espirituales, para de esta manera estar preparados para derribar los obstáculos que nos impiden avanzar.
En este sentido, Nuestro Señor nos ha provisto de dones espirituales. Al respecto el apóstol Pablo los menciona en su carta a la iglesia de Corinto para exhortar a los falsos maestros, ya que estaban dándole un mal uso a los recursos y herramientas que Dios les había otorgado.
Los dones espirituales son regalos de Dios, proveniente de la palabra “Charismata” que significa regalo, gracia, bendición, por lo cual es algo inmerecido de parte de Dios a la persona que acepta y recibe a Jesús como su único Salvador y Señor de su vida. De esta manera, todos tenemos dones de parte de Dios que deben ser desarrollados y usados como herramientas de poder.
Así que estos dones espirituales se refieren a la habilidad o capacidad sobrenatural otorgada por Dios para poder llevar a cabo un propósito asignado por él aquí en la tierra. De esta forma, el Espíritu Santo capacita a cada individuo de la iglesia para que pueda servir dentro de la iglesia.
Por esta razón hay que resaltar que sin los dones espirituales, la iglesia de Cristo sería igual a cualquier otra congregación que exista. Así que los dones del Espíritu es lo que hace poderosa a una congregación y productiva para Dios.
Sin embargo, se deben evitar los extremos que pueden también causar resultados negativos dentro de las congregaciones. En el caso de los cristianos fundamentalistas, estos consideran que los dones espirituales ya no están en uso y que solo sirvieron en el tiempo apostólico y que luego de la muerte del último apóstol, los dones dejaron de manifestarse.
Por su parte los pentecostales a comienzos de 1900 comenzaron con el movimiento pentecostal, y más adelante con el neo-pentecostalismo, donde se pudo observar un gran auge en la doctrina relacionada con los dones espirituales, a tal punto que lo sobre enfatizaron y se limitaron solamente a las manifestaciones espirituales en las iglesias.
De esta manera podemos notar dos puntos de vista con respecto a los dones espirituales. Sin embargo hay que escudriñar las escrituras y tener en cuanta que en ningún momento Dios excluye o elimina los dones espirituales. Al contrario o la biblia resalta el hecho de que él no cambia y sigue siendo el mismo:
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. 9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas. Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo” (Hebreos 13:8-10)
Sin embargo tampoco la biblia enfoca la manifestación de los dones como un espectáculo de los domingos, donde se exagera y muchas veces se simula engañando a la congregación. Debemos comprender que estos dones fueron otorgados para servir al Señor y glorificar su nombre.
En este sentido, el Espíritu Santo es el don, tal como Pedro lo dijo: “y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2: 38) En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo solo estaba sobre algunas personas para ayudarles a cumplir su propósito.
Tal como se puede apreciar en la historia de Moisés, él tenía una tarea como administrador, de manera que Dios lo capacitó con Su Santo Espíritu para que pudiera concretar su objetivo.
Asimismo el Señor le asignó tarea a cada uno de los jueces, donde el Espíritu de Dios venía sobre ellos y los capacitaba para que pudieran realizar su tarea.
También entramos a David, quien pastoreaba ovejas y fue llamado a ser rey pero humanamente podría haber pensado que esto era imposible.
Pero el Espíritu de Dios vino sobre él y lo formó para que lograra ser Rey. De igual manera encontramos a Ezequiel quien fue llamado a ser profeta, así que el Espíritu Santo lo capacitó para que hiciera lo que el Señor le había pedido
En el Nuevo Testamento podemos apreciar al Espíritu Santo, quien mora en aquellos que creen en Jesús para salvación y vida eterna. Así que los capacita con su poder, fuerza y sabiduría.
De esta manera cuando una persona está ejerciendo un don espiritual, estamos ante una manifestación del Espíritu Santo. Al respecto Pablo manifiesta en todas las funciones, dones y ministerios, y Dios sigue siendo el mismo. Dios obra mediante nosotros sin importar la tarea que realicemos. Por ello conocemos el Espíritu en sus manifestaciones donde el Poder será aún mayor, tal como lo resalta su palabra:
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:12-17)
De esta manera que como pueblo de Cristo, debemos dar manifiesto de las maravillas de Dios, ya que según este pasaje podremos hacer cosas mayores que las que Jesús hizo, porque cuando le pedimos al Padre, él lo hará para ser glorificado y exaltado.
Cuáles son las herramientas de Dios
Las herramientas de poder son aquellas otorgadas por Dios para la realización de un propósito determinado, donde el fin principal es servir al Señor y honrar su nombre. Estas herramientas son realmente poderosas cuando se usan de la forma correcta, y están relacionadas con los dones que se nos han dado como un regalo divino para hacer la obra de Dios aquí en la tierra.
En la biblia podemos encontrar diferentes dones espirituales que se le han otorgado a los hijos de Dios con un propósito determinado para llevar a cabo el plan perfecto del Señor. Al respecto podemos encontrar en 1 Corintios los siguientes dones espirituales:
“Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas” (1 Corintios 12:8-10)
En este sentido, es importante resaltar estos dones espirituales y comprender que en la actualidad están vigentes hoy más que nunca, entendiendo que Cristo está vivo y su Santo Espíritu nos vivifica. Dentro de los dones encontramos los siguientes:
1.- La palabra de sabiduría
Esta habilidad otorgada por el Espíritu Santo se trata de saber aplicar en una necesidad determinada un consejo que provenga de la Palabra de Dios. Tal es el caso de Salomón, quien le pidió sabiduría a su Padre:
“Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú” (1 Reyes 3: 9-12)
2.- Palabra de ciencia
Esta habilidad sobrenatural proporcionada por el Espíritu Santo es para descubrir, aclarar, sistematizar y las enseñanzas de la Palabra de Dios. Tiene el conocimiento y Sabe penetrar en las profundidades de la verdad divina:
“Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo” (Hechos 18: 24- 28)
3.- La fe
Este don tiene que ver con la confianza sobrenatural en el Señor y sus promesas, hasta tan punto de creer que ya se ha recibido lo que se ha pedido: “…crean que ya lo han recibido y lo obtendrán” (Marcos 11: 24)
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4.- Dones de sanidad y milagros
Es la capacidad de sanar diferentes tipos de enfermedades de acuerdo a los propósitos de Dios y cuando la ciencia se ve limitada. También este don involucra diferentes milagros como la sanidad del alma, la restauración familiar, entre otros. Cabe destacar que cuando esto pasa, la sanidad es instantánea. En la biblia podemos ver diferentes ejemplos, y el paralítico de Betesda es uno de éstos:
“Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día” (Juan 5: 6-9)
5.- Don de lenguas e interpretación
Este don se refiere a poder discernir el significado del idioma o lengua para que la congregación pueda ser edificada. Este don trabaja conjuntamente con el don anterior, que es el de sanidad, pero si no hay un intérprete de lengua dentro de la congregación, solo se edifica la persona que la está hablando, y la biblia demanda a que hable para sí mismo. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje: “Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios” (1 corintios 14: 28)
De igual forma podemos encontrar que la biblia nos habla de otros dones como los de enseñanza, servicio, misericordia, exhortación, presidir y de profecía:
Los otros dones encontrados en Romanos 12 son: Servicio, enseñanza, exhortación, presidir, repartir, misericordia y también profecía: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (v. 6-8 )
También en el libro de En Efesios 4: 11 tenemos lo que se conocen como los dones de soporte, los cuales ayudan a edificar una iglesia sana y firme: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”
En este sentido como hijos de Dios se nos han sido otorgado diferentes dones que se ponen en práctica dentro de las congregaciones para formar el cuerpo de Cristo que aunque es uno solo está compuesto de diferentes miembros importantes, los cuales poseen dones para el servicio del Señor, para honrar su nombre y reconocer que él es merecedor de todo la Gloria y el Honor.
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