Explicación Bíblica De Marcos 5
Marcos 5 es un capítulo corto de la Biblia, pero está lleno de acción. Incluye la segunda oportunidad de Jesús de curar a la gente mientras viaja por Galilea, junto con algunos de sus primeros enfrentamientos con las autoridades religiosas y algunas de sus parábolas más memorables. Así que vamos a adentrarnos en Marcos 5.
Contexto en Marcos 5
Marcos 5 es la segunda de las tres Pascuas que Jesús celebró con sus discípulos. Esta comida de Pascua en particular se llama seder y se celebró la noche anterior a la crucifixión de Jesús. En este capítulo, vemos cómo Jesús celebró esta comida seder con sus discípulos.
En este capítulo, descubrimos más sobre el estilo de enseñanza de Jesús: a menudo enseñaba en parábolas (una historia con un significado subyacente). Lo hacía porque quería que la gente entendiera su mensaje, pero que no pensara que era demasiado obvio o fácil de entender.
Al usar parábolas, podía enseñarles sin hacerles sentir que estaban aprendiendo algo demasiado complicado para sus mentes.
Parábola del sembrador (Marcos 4:1-20)
En esta parábola, Jesús nos habla de la semilla de la palabra de Dios. La semilla es la palabra de Dios y cayó en diferentes tipos de suelo. Algunas personas escucharon el mensaje, pero se confundieron con él, por lo que no lo obedecieron (suelo pedregoso). Otros recibieron la palabra con alegría y llegaron a ser como una buena cosecha que produce frutos en su temporada (tierra buena).
La calma de la tormenta (Marcos 4:35-41)
Jesús enseña sobre el Espíritu Santo - Jesús está enseñando sobre la naturaleza del Reino de Dios
- Los discípulos están en una barca por seguridad, pero Jesús está dormido en un cojín.
- La tormenta llega de repente y su miedo aumenta hasta el pánico cuando se dan cuenta de que su maestro está dormido. Pero entonces ven su paz y tranquilidad a pesar de las circunstancias.
Jesús cura a un hombre sordo y mudo (Marcos 7:31-37)
Jesús y sus discípulos caminaban a lo largo del Mar de Galilea cuando llegaron al pueblo donde se había criado. La gente lo reconoció, y rápidamente se corrió la voz por todo el pueblo de que Jesús había vuelto a casa. Una gran multitud se reunió a su alrededor y esperó a escuchar lo que iba a decir.
Cuando llegaron su madre y sus hermanos, Jesús los vio de pie, pero no los abrazó ni los saludó como un hijo suele saludar a los miembros de su familia que han venido de lejos.
En cambio, le preguntó por qué había venido con sus hermanos para una ocasión tan importante como ésta; luego se dirigió a ellos y les exigió que se marcharan de inmediato porque "el que hace la voluntad de Dios es mi hermano".
Cuando Jesús vio que todavía había mucha gente esperándole, le preguntó a Juan si le parecía bien al padre de Juan que éste hiciera otro milagro ante sus ojos. Juan respondió: "¡Claro que sí, adelante!". Esta vez Jesús dijo a todos los que querían que se les hiciera algo que se presentaran en grupos de cincuenta hombres cada uno para que pudieran recibir sus peticiones mientras otros seguían siendo curados.
La alimentación de los cuatro mil (Marcos 8:1-10)
Jesús tuvo compasión de la gente porque eran como ovejas sin pastor. Jesús sabía lo que había en sus corazones y se compadecía de ellos. Jesús sabía que la gente había acudido a él por su fama, pero no les reprendió por acudir a él, pues lo que buscaban era un milagro.
Ordenó a sus discípulos que trajeran comida de sus casas para poder alimentar a las multitudes que salían de Galilea con él después de haber predicado allí y haber curado a mucha gente de sus enfermedades.
Los discípulos obedecieron su mandato y trajeron doce cestas de comida llenas de panes y peces que fueron suficientes para alimentar a todos los que salieron con Jesucristo en esta época de la tierra en la que era tan difícil para cualquiera ganar suficiente dinero sólo para sobrevivir cada día en paz...
La levadura de los fariseos y Herodes (Marcos 8:11-21)
En una clase de estudio bíblico, Jesús estaba enseñando a los discípulos sobre la levadura de los fariseos y Herodes. Él no les temía porque no eran rivales para su poder.
Los fariseos y Herodes eran como dos pequeñas tortas de levadura que se habían mezclado en un gran tazón de harina; su presencia no afectaría mucho a menos que se multiplicaran o aumentaran de tamaño.
Sin embargo, si no hubiera enseñado a sus discípulos sobre la levadura cuando lo hizo, entonces habrían pensado que temía a estos hombres lo suficiente como para esconderse de ellos (Mateo 10:26-31).
Pero Jesús sabía que, aunque estas personas pudieran intentar hacerle daño física o verbalmente, no había nada que pudieran hacer contra la obra de Dios en él (Juan 14:12).
En Marcos 5, Jesús tuvo una segunda ocasión de sanar a la gente.
Esto fue en respuesta a su petición de que los dejara en paz:
"Pero no quisieron escuchar".
Los discípulos se asombraron al ver esto, pero Jesús les dijo que no se asombraran por este milagro.
La atención debe centrarse en el hecho de que Jesús está al mando y tiene control sobre lo que ocurre a su alrededor. Esto es parte de la razón por la que sus discípulos son testigos: ¡para que podamos ver cómo actúa en nuestras vidas también!
Conclusión
En Marcos 5, Jesús tuvo una segunda ocasión para sanar a la gente. También tuvo la oportunidad de enseñarles sobre el reino de Dios, y cómo puede encontrarse en el corazón de cada persona.
Este pasaje también es importante porque nos muestra que el ministerio de Jesús no estaba limitado por el tiempo o el lugar; ¡podía hacer las mismas cosas hoy que entonces! Hay muchas lecciones que podemos aprender de Marcos 5, ya sea sobre el amor de Dios o sobre nuestro propio camino de fe (o ambos).
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