Estudio Bíblico Sobre La Paz De Dios
La paz es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Dios nos da la paz a través de su Palabra. Él quiere que vivamos en Su paz y armonía con los demás, pero necesitamos cooperar con Él dejando que se salga con la suya en nuestras vidas.
Introducción
La paz es una de las palabras más importantes del vocabulario cristiano. Necesitamos la paz para disfrutar de la vida, pero también la necesitamos porque Dios quiere que estemos en paz con él. Este estudio bíblico sobre la paz de Dios te ayudará a entender cómo puedes tener y mantener una sensación de calma interior en medio de todo el caos de tu vida.
La Biblia nos dice que Dios quiere que experimentemos su paz, lo que significa que este estado espiritual está disponible para todos los que siguen a Cristo (Filipenses 4:7). ¿Quién no querría tener más paz?
Pero, ¿qué significa tener la paz de Dios y cómo la conseguimos? Cuando hablamos de la paz de Dios, no nos referimos simplemente a la ausencia de conflictos o tensiones; más bien, esto describe una profunda sensación de bienestar que proviene de saber que nuestras vidas están seguras dentro de Jesucristo (Romanos 5:1).
La paz es un fruto espiritual (Gálatas 5:22).
La paz es un fruto del Espíritu, al igual que el amor, la alegría y otros frutos. Como se puede ver en Gálatas 5:22-23, la paz aparece como uno de los frutos espirituales que provienen del Espíritu de Dios que mora en nuestros corazones.
La paz se asocia a menudo con el don de la justicia (Romanos 5:17), pero también hay que tener en cuenta que hay otras formas de conseguir la paz: mediante las buenas obras, la obediencia e incluso el sufrimiento.
Deja que Dios se salga con la suya, dejando de lado tu propia agenda.
Deja que Dios se salga con la suya, dejando de lado tu propia agenda. Cuando estás pasando por algo, a veces parece una buena idea tratar de arreglarlo tú mismo en lugar de esperar a que Dios se encargue de ello.
Podrías pensar que si haces algo, entonces todo mejorará y tu dolor terminará. Pero he descubierto que eso no es cierto ni para mí ni para nadie que conozca que haya pasado por algo similar. La única respuesta verdadera está en la fe en Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 4:3).
Escucha la guía del Espíritu.
Normalmente, cuando oramos, nos centramos más en cómo responderá Dios a nuestras peticiones que en si nos está escuchando o no. Pero en este caso, Pablo dijo que cuando se habla en lenguas "que cada uno hable en su propia lengua", para que así se pueda entender lo que están diciendo.
Esto significa que es importante no solo que usted escuche lo que otras personas están diciendo sino también que ellos escuchen lo que usted está diciendo también. Deben ser capaces de entenderse para que no haya confusión sobre lo que se ha dicho durante el tiempo de oración.
Cuando oramos por la paz con otras personas que tienen sus propias opiniones sobre cómo debe vivirse la vida en paz cada día piensa en orar Filipenses 4:6-7; piensa en orar Salmo 37:4-5; piensa en orar Salmo 46:10.
Ora Filipenses 4.6-7 con otros, y actúa según la guía que el Espíritu te traiga.
Ore con su cónyuge o pareja, si está casado o en una relación comprometida que se caracteriza por el amor y el respeto mutuos (1 Corintios 7:3). Si todavía no estás casado pero te gustaría estarlo, consulta nuestra guía de recursos para el matrimonio para obtener más información sobre cómo prepararte para el matrimonio.
Como cristianos, estamos llamados a amarnos unos a otros (Juan 13:34-35). Esto significa que debemos tratarnos bien unos a otros, ¡incluso cuando no sea fácil! Dicho esto, habrá días en los que tendrás ganas de estrangular a todos los que te rodean porque no dejan de hablar de política/cotilleos de famosos/si los gatos son mejores que los perros o no... Ya te haces una idea.
Especialmente en esos días, la oración puede ayudarnos a recordar la razón por la que Dios nos dio unos a otros en primer lugar: animarnos unos a otros en todo lo bueno y verdadero para que podamos crecer más cerca de él (Efesios 4:15).
Para llevar:
Deja que Dios sea el Señor confiando y obedeciendo su Palabra. La Biblia es la Palabra de Dios y es nuestra guía para la vida.
Seguir la voluntad de Dios para nuestras vidas puede ser difícil, pero vale la pena el esfuerzo. Si confiamos en su Palabra y la obedecemos, Dios promete darnos paz por medio de Jesucristo.
- Confía en la Palabra de Dios (Juan 8:31)
- Obedece la Palabra de Dios (Hechos 5:29)
- Deja que Dios sea el Señor confiando y obedeciendo Su Palabra (Romanos 14:17).
Conclusión
La paz es un estado de la mente y del corazón. Viene de saber que nuestro Padre celestial es soberano sobre todo, incluso sobre aquellas cosas que no podemos ver o entender.
Así que hoy, deja que Dios sea el Señor confiando y obedeciendo su Palabra. Si quieres experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7), entonces comienza con estos simples pasos.
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