Estudio Bíblico - El Amor De Una Madre
Este estudio bíblico está basado en un libro llamado 'The Cookbook For Moms' de Bethany House Publishers. ¡Este es un gran regalo para cualquier madre en su vida! Lo he leído varias veces y sigo encontrando cosas que aprender sobre mi relación con Dios y sobre cómo me ama a través de sus hijos. ¿Cuáles son algunas de las lecciones que has aprendido de este estudio sobre el amor de las madres?
- El corazón de una madre encuentra lo bueno en cada situación.
- El amor de una Madre encuentra el bien en cada hijo.
- Los oídos de una madre encuentran tiempo para escuchar las oraciones de sus hijos.
- Las manos de una madre se extienden para curar y ayudar.
- Los brazos de una madre rodean a todos los que ama.
- Los ojos de una madre siempre buscan lo mejor de sus hijos y de su marido, incluso cuando no son perfectos.
- Para llevar:
- Conclusión
El corazón de una madre encuentra lo bueno en cada situación.
El corazón de una madre encuentra lo bueno en cada situación. El corazón de una madre es un regalo de Dios que da a su hijo, independientemente de sus circunstancias o su comportamiento. Su amor es incondicional, no importa lo que hagas o lo lejos que te alejes de su corazón, ella siempre te amará. Cuando Cristo nos dijo "Amaos los unos a los otros como yo os he amado", nos estaba diciendo que amáramos con el mismo amor incondicional que nuestras madres nos muestran cada día.
El corazón de una madre es lo suficientemente fuerte como para resistir todo lo que se le pueda venir encima: el dolor y el sufrimiento, la pena y la oscuridad... pero nunca se rinde ante aquellos que son dignos de ser amados por sus hijos".
El amor de una Madre encuentra el bien en cada hijo.
Las madres somos así. Encontramos lo bueno en todos los niños, sin importar cómo actúen o cómo se vean. Cuando era niña, tenía que llevar aparatos en las piernas y usar un andador para moverme. Mi madre me quería de todos modos, no le importaban las apariencias; veía a la persona que había dentro de mí.
La Biblia dice: "El amor encuentra el camino". También dice: "El amor es paciente, el amor es bondadoso". (1 Corintios 13:4) ¡Las madres son pacientes y bondadosas con sus hijos porque los amamos mucho! No nos damos por vencidas cuando nuestros hijos cometen errores, sino que seguimos intentándolo hasta que encontramos lo que mejor funciona para la situación de cada niño.
Los oídos de una madre encuentran tiempo para escuchar las oraciones de sus hijos.
Los oídos de una madre encuentran tiempo para escuchar las oraciones de sus hijos.
Escuchar a sus hijos rezar es un privilegio, no una carga. Significa que usted está viendo a Dios trabajar en su vida y en su corazón. Si usted ha sido bendecido con la capacidad de escuchar a su hijo orar, ¡agradezca por ello!
La oración es un trabajo duro para muchas personas, especialmente cuando estamos probando nuevas formas de hablar con Dios (o incluso las antiguas). Aprender a hablar con Dios es un arte que requiere práctica y paciencia, pero en cuanto empezamos a rezar por nosotros mismos y por los que nos rodean, ¡podemos ver cómo cambia nuestro mundo gracias a ello!
Las manos de una madre se extienden para curar y ayudar.
Las manos de una madre se extienden para curar y ayudar.
Las madres son las primeras en ayudar a los demás, especialmente cuando más lo necesitan. Dan su tiempo, su dinero y su esfuerzo sin dudar y sin querer nada a cambio. Las madres se ayudan mutuamente de forma incondicional porque eso es lo que hacen las mejores amigas: ¡sólo saben estar ahí para las demás en los momentos difíciles!
Las madres también son las primeras en echar una mano cuando sus hijos o maridos más lo necesitan. Las madres se pasan las noches en vela pensando en cómo hacer que sus familias se sientan seguras mientras ellas duermen plácidamente sin preocupaciones en la cabeza (o eso creen...). Sería imposible no mencionar que las madres siempre ponen a todos los demás antes que a ellas mismas, lo que las convierte en increíbles modelos de conducta.
Los brazos de una madre rodean a todos los que ama.
Los brazos de una madre rodean a todos los que ama. Ama a sus hijos y ama a su padre. Ama a la familia que han creado juntos. También ama a los que están fuera de esa familia: a sus amigos, a sus vecinos y a los miembros de la comunidad.
El amor de una madre se extiende a toda la humanidad, aunque su relación con ellos sea más superficial que íntima. Una madre sabe que cada persona es un hijo de Dios, pero también que cada persona merece el mismo amor que sus propios hijos. Una madre puede abrazar a otro ser humano independientemente de su edad, sexo o raza, porque sabe que cada persona fue creada por Dios a su imagen y semejanza; no hay nadie que no merezca el amor del corazón de una madre".
Los ojos de una madre siempre buscan lo mejor de sus hijos y de su marido, incluso cuando no son perfectos.
El amor de una madre es incondicional. Siempre amará a su hijo, sin importar lo que éste haga o diga. El amor de una madre es incondicional incluso cuando ha hecho algo malo o ha sido rechazada por la sociedad y la familia.
Una madre estará ahí para sus hijos en cualquier situación, independientemente de lo mala que sea. Pase lo que pase, una madre siempre estará ahí para ayudarles a superar sus problemas y guiarles en los retos de la vida.
Para llevar:
Las madres reflejan el comportamiento de Cristo hacia sus hijos porque los aman mucho.
La Biblia dice claramente que Cristo te ama. Él te ama más que tu madre. Pero, la Biblia deja claro que las madres reflejan el comportamiento de Cristo hacia sus hijos porque los aman mucho.
En esta parábola, Jesús nos habla de tres tipos de personas: los que han sido perdonados por Dios, los que no han sido perdonados por Dios y los que están de camino al cielo (al menos por ahora). El primer grupo será recibido en el cielo con los brazos abiertos cuando mueran; el segundo grupo recibirá el castigo eterno; el tercer grupo aún puede cambiar de opinión y aceptar o rechazar a Cristo antes de morir, por lo que terminarán en uno de los dos lugares: el cielo o el infierno.
La única razón por la que se nos presentó esta analogía es para que veas cuánto te ama Dios y cómo quiere perdonar todos tus pecados y alejarlos de ti para siempre si sólo se lo pides.
Conclusión
Espero que hayas encontrado fuerza y consuelo en estas escrituras. Y rezo para que recuerdes dar gracias a Dios por la bendición de tu madre, independientemente de cómo haya sido tu relación con ella. Ella es una extensión de su amor, y un reflejo del corazón de Cristo hacia nosotros.
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