Estás Construyendo El Reino De Dios O Tu Propio Reino

Cuando pensamos en la construcción del Reino de Dios, a menudo pensamos en lo que podemos hacer por los demás en lugar de lo que los demás pueden hacer por nosotros. La Biblia enseña que cada cristiano debe estar involucrado en algún tipo de ministerio o servicio.

Estás Construyendo El Reino De Dios O Tu Propio Reino

Índice de Contenido
  1. ¿Qué reino estás construyendo?
  2. Jesús proporciona todos los materiales de construcción fundamentales.
  3. El fundamento del reino de Dios es el amor.
  4. Construye con los ladrillos del amor.
  5. Construye con esperanza.
  6. Construye con la oración.
  7. Construye con el perdón.
  8. Debemos construir el reino de Dios, no nuestros propios reinos.
  9. Conclusión

¿Qué reino estás construyendo?

Cuando una persona nace de nuevo, entra en el reino de Dios. El reino de Dios es el reino del amor, la paz, el perdón, la esperanza y la alegría. Estas son todas las cosas que necesitamos tener en nuestras vidas para poder tener éxito en la vida. No podemos tener nada sin amor porque sin él no habría paz ni alegría ni perdón entre las personas ni ninguna otra cosa que venga de Dios.

El mundo ha perdido su camino porque ha olvidado lo que significa ser parte de la familia de Dios y vivir en su Reino aquí en la tierra como lo hizo Jesús cuando caminó entre nosotros hace 2000 años. Debemos aprender de nuevo lo importante que es para nosotros, como cristianos, no sólo vivir por la fe, sino también mostrar a los demás a través de nuestras acciones.

Jesús proporciona todos los materiales de construcción fundamentales.

Cuando se empieza a construir el reino, Jesús proporciona todos los materiales de construcción fundamentales. La piedra angular es Cristo; el fundamento es Cristo; y la iglesia se construye sobre Él y para Su gloria. La familia, por lo tanto, debe ser construida sobre Jesús y para Su gloria-¡no la tuya o la mía!

El fundamento del reino de Dios es el amor.

  • El fundamento del Evangelio es el amor.
  • El fundamento de la Iglesia es el amor.
  • Nuestras relaciones se construyen sobre el amor.

La vida que construimos proviene de un corazón de amor y no de un deseo de poder o control, como muchos otros reinos que se han construido en este mundo a lo largo del tiempo, incluyendo aquellos en los que la gente se ha matado por sus creencias, riqueza o poder.

Construye con los ladrillos del amor.

Es fácil pensar que la gente no entiende la importancia del amor en el reino de Dios. Pero si les preguntas, te dirán que es uno de los ladrillos más importantes -si no EL ladrillo más importante- en la construcción de cualquier reino.

Y sin embargo, a menudo olvidamos esto cuando estamos construyendo nuestros propios reinos. Construimos nuestros reinos sobre cosas distintas al amor, y luego nos preguntamos por qué se desmoronan tan fácilmente cuando son probados por el tiempo o la adversidad. Esto no es lo suficientemente bueno para el reino de Dios; ¡y tampoco debería serlo para el nuestro!

Construye con esperanza.

Cuando construyas tu reino, debes saber que no se trata sólo de ti. También se trata de construir el reino de Dios y ayudar a hacer del mundo un lugar mejor para todos. La esperanza es la base de este proceso, pero se necesita algo más que la esperanza para seguir construyendo.

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La esperanza sólo te llevará hasta cierto punto; la fe es lo que te hace superar los momentos difíciles. La fe en Dios y en los demás ayudará a la gente a sobrevivir incluso cuando no les quede mucho más que su fe en Él, y eso es algo que merece la pena celebrar. De hecho, creo que éste debería ser nuestro nuevo eslogan: "La esperanza por sí sola no puede sostenernos; la fe debe unirse a ella".

Construye con la oración.

La oración es una herramienta poderosa. No es sólo una forma de pedir cosas, sino también de dejarlas ir. La oración no se refiere sólo a las cosas por las que se reza, sino también a cómo se reza.

Por ejemplo, si rezas para que alguien se cure de un cáncer, puedes pedirle a Dios que lo haga y luego darle las gracias cuando ocurra; este tipo de oración construye su reino porque da gloria a Dios y ayuda a las personas que necesitan curación o consuelo en ese momento.

Por otro lado, si tus oraciones se centran en salirte con la tuya (o en ganar poder), entonces ese tipo de peticiones están construyendo un reino terrenal en su lugar, uno creado por el hombre y no por Dios.

Construye con el perdón.

"El perdón es la clave para construir el reino de Dios".

Esta es una gran declaración, y nos señala una dirección que muchos de nosotros no queremos ir. Todos sabemos lo que se siente cuando somos heridos por otra persona o cuando hemos hecho algo malo y hemos herido a alguien.

Queremos vengarnos, pero eso no es lo que Dios quiere para nosotros ni para nuestras relaciones con los demás. Como cristianos y creyentes en Cristo, deberíamos estar construyendo Su reino a través del perdón y la gracia en lugar de centrarnos en nosotros mismos o en los errores de los demás.

Es importante entender cómo podemos perdonar, porque si no sabes cómo hacerlo correctamente, puedes terminar haciéndote más daño que ayudándote a ti mismo al mantener el resentimiento (o la amargura) hacia otra persona por algo que ha hecho que ha herido tus sentimientos o tu orgullo; además, ¡siempre habrá esas personas especiales que parecen completamente incapaces de mostrar ningún tipo de remordimiento!

Debemos construir el reino de Dios, no nuestros propios reinos.

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿estás construyendo el reino de Dios o tu propio reino? ¿Qué significa para ti construir el Reino de Dios? ¿Estás construyendo Su Reino en ti mismo y en los demás? ¿Estás siendo un buen administrador de lo que Él te ha dado para administrar (Mateo 25:14-30)? ¿Reflejan tus acciones que esto es más importante que cualquier otra cosa en la vida, incluso tu familia o tu cónyuge? Si es así, ¡felicidades! Estás haciendo grandes cosas para Dios y su Reino al vivir este mensaje.

Ahora que entendemos que debemos construir el Reino de Dios en lugar de nuestros propios reinos o los reinos de otras personas -o incluso de este mundo- examinemos cómo podemos ser mejores administradores de lo que Él nos ha dado.

Conclusión

La Biblia es clara al decir que no debemos construir nuestros propios reinos, sino el reino de Dios. Debemos utilizar los recursos que se nos han dado para construir su iglesia y utilizar los dones espirituales que nos ha dado para su gloria. También debemos recordar que no se trata sólo de construir la iglesia, sino también de construir relaciones con otros que puedan necesitar a Jesús en su vida.

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