El Alma Que Pecare Esa Morirá - Estudio Bíblico

En este estudio bíblico veremos cómo ve Dios el pecado y cuál es la consecuencia del mismo. También aprenderemos cómo lidiar con las consecuencias de nuestro pecado y cómo vivir sin culpa, vergüenza o condenación.

Índice de Contenido
  1. Se refiere a todas las personas que pecan.
    1. Hay una Consecuencia para el Pecado.
  2. Cómo Tratar las Consecuencias del Pecado.
  3. Vivir sin culpa, vergüenza o condena.
  4. Para llevar:

Se refiere a todas las personas que pecan.

La palabra "alma" en la Biblia se refiere a todas las personas que pecan. También se refiere a todos los pecados, y se refiere a todas las consecuencias del pecado para todas las personas. Por ejemplo, cuando Jesús habla del matrimonio en Mateo 19:3-12, dice que lo que Dios ha unido no puede ser separado (v. 6).

Se refería al hombre y la mujer unidos en matrimonio por Dios. Sin embargo, cuando miramos este versículo a través de la lente de nuestra sociedad actual, en la que el matrimonio entre personas del mismo sexo es cada vez más aceptado por la sociedad, nos damos cuenta de que este versículo se aplica tanto a las parejas heterosexuales como a las homosexuales, porque ambos tipos de uniones fueron creadas por Dios mismo (Gn 2:24; Mt 19:4).

Hay una Consecuencia para el Pecado.

  • El pecado es una elección.
  • El pecado es una transgresión de la ley de Dios.
  • El pecado es una violación de la naturaleza santa de Dios.
  • El pecado es una violación de la voluntad de Dios.
  • El pecado es una violación del carácter de Dios (1 Juan 3).

Cómo Tratar las Consecuencias del Pecado.

El primer paso para afrontar las consecuencias del pecado es confesarlo a Dios. La Biblia dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).

También hay que pedir perdón a quienes se ha ofendido. Cuando pecamos contra otra persona, a menudo la herimos profundamente. Nuestras acciones pueden causarles un gran dolor y sufrimiento que dura toda la vida. Nunca podremos compensar ese dolor actuando en su favor; sin embargo, podemos pedir el perdón de Dios en su nombre y en el tuyo (1 Juan 4:20).

El segundo paso para afrontar las consecuencias de tu pecado es pedir la guía y la ayuda de Dios a través de la oración (Filipenses 4:6). Esto te ayudará a mantenerte enfocado en lo que es importante: no sólo evitar futuros pecados, sino también vivir una vida que devuelva la gloria a tu corazón.

Vivir sin culpa, vergüenza o condena.

¿Cómo se puede vivir sin culpa, vergüenza y condenación? El primer paso es darse cuenta de que Jesús ya se ha ocupado de todo. Dios envió a su Hijo a morir por nuestros pecados para que pudiéramos ser liberados de la pena de muerte, que es el pecado (Romanos 6:23).

Como todos nacemos pecadores, todos hemos hecho cosas que están mal a los ojos de Dios. Pero cuando Jesús murió en la cruz por esos pecados y resucitó tres días después, se convirtió en nuestro sustituto o sacrificio sustitutivo. Eso significa que Su muerte pagó la pena por nuestros pecados (2 Corintios 5:21).

Y tan pronto como usted lo acepta en su corazón por fe, este maravilloso intercambio tiene lugar: Usted sabe en lo más profundo de su ser que ahora está perdonado, ¡y libre de culpa!

Para llevar:

La buena noticia es que tenemos esperanza. Dios nos ha dado el regalo del perdón. Si estás luchando con esto, date cuenta de que no tienes que quedarte atrapado en tu pecado para siempre.

Pídele a Dios que te perdone hoy y comienza una nueva vida de libertad. Y recuerda que nunca es demasiado tarde: la Biblia nos dice que si pedimos perdón y reconocemos nuestros pecados (Romanos 10:10), entonces Dios nos perdonará.

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