Dudas Sobre La Parábola Del Sembrador
La parábola del sembrador es contada por Jesús en Mateo 13. Es una historia sobre la espera de que la Palabra de Dios llegue a buen puerto, y también es una historia que nos habla de la importancia de estar preparados cuando la palabra llegue.
En esta parábola, Jesús describe cuatro suelos diferentes donde cayeron las semillas: tierra buena, tierra rocosa, tierra espinosa y tierra llena de cardos. El crecimiento de la semilla depende de lo bien preparada que esté cada zona para su llegada.
- La parábola del sembrador es una historia familiar que muchos creen conocer.
- Pero no la conocen.
- Habla de cómo toman el mensaje de Jesús
- Mateo, Marcos y Lucas no dicen cómo responde la gente a Jesús.
- Juan lo hace.
- El libro de los Hechos es también un registro de cómo diferentes personas respondieron al mensaje de Jesús.
- Y cuando leemos los Hechos, nos hacemos una mejor idea de cómo es la buena tierra de la parábola.
- Una persona que se convierte en buena tierra es aquella que ha visto la gloria de Cristo (Hechos 2).
- La manera de profundizar en tu relación con Cristo no es siendo responsable; es contemplando la gloria de Cristo.
- Conclusión
La parábola del sembrador es una historia familiar que muchos creen conocer.
La parábola del sembrador es una historia familiar que muchos creen conocer. Se trata de cómo la gente responde al mensaje de Jesús, pero no se trata de cómo una persona desarrolla una relación con Jesús. Se trata de cómo alguien responde al escuchar un mensaje sobre Jesús.
Pero no la conocen.
La parábola del sembrador es una historia familiar para muchos. Cuenta la historia de un agricultor que planta semillas en diferentes suelos, y cómo cada semilla crece de forma diferente según su entorno.
El enfoque de esta parábola no es lo que sucede después de que alguien se convierte en discípulo; se trata de cómo la gente responde al oír hablar de Jesús. En otras palabras, la parábola no trata de lo que sucede cuando uno se convierte en discípulo, sino de cómo respondió antes de que ocurriera ese momento.
Habla de cómo toman el mensaje de Jesús
La parábola, tal y como se entiende generalmente, no trata del desarrollo de la relación de una persona con Jesús; trata de cómo alguien responde al escuchar un mensaje sobre Jesús. La parábola, tal y como se entiende generalmente, no trata del desarrollo de la relación de una persona con Jesús; trata de cómo alguien responde al escuchar un mensaje sobre Jesús.
Se trata de la semilla inicial que cae en diferentes tipos de suelo y de cómo estas personas responden a este mensaje. En este sentido, la parábola no tiene nada que ver con el discipulado.
Mateo, Marcos y Lucas no dicen cómo responde la gente a Jesús.
Los tres primeros evangelios se centran en el mensaje de Jesús, no en la respuesta de la gente a él. Mateo, Marcos y Lucas recogen la respuesta de la gente al mensaje de Jesús. Juan registra la respuesta de la gente a Jesús. Mateo, Marcos y Lucas no se ocupan de la respuesta de la gente a Jesús; informan de lo que sucedió, pero no nos dicen cómo afectó a la gente o si hubo algún cambio en sus vidas a causa de su encuentro con Él.
Juan lo hace.
El discípulo que es buena tierra es Juan, el que tiene muchas cosas que decir sobre Jesús y su poder para salvarnos. Este discípulo es también la buena tierra del libro de los Hechos, donde aprende a ser misionero de un hombre llamado Felipe (Hechos 8:5-25). De hecho, veamos más de cerca lo que significa que nuestros corazones sean como la "buena tierra".
- La buena tierra no recibe la palabra sin ser cambiada por ella
- La buena tierra produce frutos con el tiempo
La parábola dice que esta clase de persona escucha la palabra de Dios porque ya ha sido cambiada por ella en su corazón; no la recibe simplemente como una especie de esponja pasiva. No la recibe simplemente como una esponja pasiva, sino que escucha la palabra de Dios con un compromiso activo, absorbiendo su significado en sí mismo, de modo que se convierte en parte de su persona y de su vida en la Tierra.
El libro de los Hechos es también un registro de cómo diferentes personas respondieron al mensaje de Jesús.
El libro de los Hechos es también un registro de cómo diferentes personas respondieron al mensaje de Jesús. Los apóstoles salieron a predicar el Evangelio (la Buena Nueva) a todas las naciones. Pero predicaban con algo más que palabras; ¡predicaban con poder! Hablaban en lenguas extranjeras que no conocían, curaban a los enfermos, expulsaban a los demonios y resucitaban a los muertos.
Al leer este libro podrás ver cómo las diferentes personas respondieron al mensaje de Dios a través de Pedro y Pablo - y esto puede ayudarnos a entender cómo debemos responder hoy también.
Y cuando leemos los Hechos, nos hacemos una mejor idea de cómo es la buena tierra de la parábola.
Y cuando leemos los Hechos, nos hacemos una mejor idea de cómo es la buena tierra de la parábola. Por ejemplo, en Hechos 2:4-6, cuando Pedro predica su primer sermón y 3.000 personas se salvan (y luego otras 4.000 al final de ese día), les dice
"Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de vuestros pecados... Y recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros; y seréis testigos de mí en Jerusalén..."
Como dijo Jesús en Mateo 28:19-20 "Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones..." ¡Y ellos fueron obedientes! Estaban dispuestos a tomar su cruz y seguirlo a donde fuera que Él los llevara, ¡incluso si eso significaba la muerte!
Una persona que se convierte en buena tierra es aquella que ha visto la gloria de Cristo (Hechos 2).
La gloria de Cristo es la gloria del Padre. El Hijo dice: "He manifestado tu nombre a los hombres que me diste en el mundo" (Juan 17:6). El Espíritu dice: "Al oír esto, se alegraron y alabaron al Señor" (Hechos 4:8). El Dios trino dice: "Él es el resplandor de [su] gloria y [la] huella exacta de su naturaleza... porque en él todas las cosas tienen sentido" (Colosenses 1:15-17).
La gloria de Cristo es también nuestra propia gloria. Hemos sido adoptados como hijos por Dios mediante Jesucristo (Romanos 8:15), lo que significa que ahora somos miembros de la familia de Dios. Como tales, compartimos la herencia de Jesús de su Padre: la vida eterna que ha ganado para nosotros mediante su muerte en nuestro favor. A través de esta herencia dada gratuitamente sólo por la gracia a través de la fe sólo en Cristo - sin importar lo que suceda aquí en la tierra - ¡seremos glorificados con Él a su regreso!
La manera de profundizar en tu relación con Cristo no es siendo responsable; es contemplando la gloria de Cristo.
Mientras lees, fíjate en que la parábola del sembrador no es una parábola sobre cómo la gente responde a Jesús. No se trata de crecer en su relación con Dios, ni siquiera de crecer en su comprensión de la voluntad de Dios para su vida. Sería mejor entenderla como la experiencia de un sembrador de ser llamado por Jesús, en lugar de una descripción de lo que significa ser llamado por Cristo.
¿Qué significa esto? La forma en que profundizamos en nuestra relación con Cristo es contemplando su gloria, lo que significa mirarlo a través de la lente de las Escrituras y dejar que el Espíritu nos guíe a toda la verdad (Juan 16:13). Lo hacemos juntos como comunidad, porque si nadie más lo ve como yo, entonces podría necesitar ayuda para verlo yo mismo (1 Corintios 1:10).
Conclusión
En conclusión, la parábola del sembrador no trata de cómo desarrollar tu relación con Jesucristo. Se trata de cómo responder cuando escuchas un mensaje sobre Jesús. La manera de profundizar tu relación con Cristo no es siendo responsable; es contemplando la gloria de Cristo.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Dudas Sobre La Parábola Del Sembrador puedes visitar la categoría Estudios Bíblicos.
Deja una respuesta
¡Más Contenido!