Cumple Tu Ministerio Con Cristo
Jesucristo vino a este mundo para trabajar por la salvación de los hombres. Dio su vida como rescate por muchos, e hizo posible que fuéramos uno con Él en su obra. Él dijo: "Como el Padre me envió, así os envío yo" (Juan 20:21).
Usted debe cumplir su ministerio con Cristo, así como Jesús cumplió su propio ministerio, siguiendo su ejemplo de servicio desinteresado y practicando la abnegación y el auto-sacrificio que Él enseñó. El Padre te ha dado todo el poder en el cielo y en la tierra por medio de Su Hijo (Mateo 28:18).
Como su discípulo, has sido llamado a la comunión con Él para que puedas compartir su vida divina, teniendo acceso por un solo Espíritu al Padre (Ef 2:18).
- Cumple tu ministerio con Cristo.
- Jesús te ha dado el privilegio de ser uno con Él en su obra.
- Debes trabajar como Jesús trabajó, siguiendo su ejemplo de servicio desinteresado.
- Debes practicar la abnegación y el autosacrificio que Él enseñó.
- Él vino a nuestro mundo y trabajó por la salvación de los hombres.
- Tú debes seguir sus pasos.
- Trabaja por la salvación de los hombres como lo hizo Jesús
- Conclusión
Cumple tu ministerio con Cristo.
Has sido llamado a cumplir tu ministerio con Cristo. Para trabajar por la salvación de la humanidad como lo hizo Jesús; para seguir su ejemplo de servicio desinteresado, practicando la abnegación y el auto-sacrificio que Él enseñó.
Jesús te ha dado el privilegio de ser uno con Él en Su obra, pero sólo si te propones servir a los demás a través de Él.
Jesús te ha dado el privilegio de ser uno con Él en su obra.
Al principio, Jesús dijo: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". (Mateo 4:4.) Luego citó Deuteronomio 8:3 y Deuteronomio 6:13. Debes trabajar como trabajó Jesús, siguiendo su ejemplo de servicio desinteresado.
Debes practicar la abnegación y el autosacrificio que Él enseñó. Debes acumular tesoros en el cielo como Él sugirió en Mateo 6:19-21; Lucas 9:23-25; Juan 17:1-12; Filipenses 3:7-14; II Timoteo 3:8-9; Tito 2:11-15.
Debes trabajar como Jesús trabajó, siguiendo su ejemplo de servicio desinteresado.
Debes trabajar como lo hizo Jesús, siguiendo su ejemplo de servicio desinteresado. Jesús no trabajó para su propio beneficio. Trabajó en beneficio de los demás, incluso de aquellos que no podían pagarle o ayudarle a cambio. Jesús trabajó en beneficio de los que no merecían su ayuda, de los que no le conocían personalmente y quizá nunca se tomarían el tiempo de conocer su amor o reconocer el valor de lo que había hecho por ellos (Juan 3:16).
Debes practicar la abnegación y el autosacrificio que Él enseñó.
Jesús era un carpintero. Vivía en la casa de un carpintero, y comía con los recaudadores de impuestos y los pecadores porque eran sus amigos. Curó a los enfermos y se hizo amigo de los niños, porque éstos eran su gente. Jesús era pobre, humilde, siervo y amigo de todos los que le aceptaban como tal, ¡incluso de los que le habían negado muchas veces!
Él vino a nuestro mundo y trabajó por la salvación de los hombres.
Jesús vino a nuestro mundo para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. No vino a ser servido, sino a servir a los demás. Vino a nuestro mundo, tomó carne humana, sufrió los insultos de los hombres, murió en una cruz como sustituto de nosotros, resucitó y ascendió al cielo donde ahora se sienta a la derecha de Dios.
Tú debes seguir sus pasos.
Nació en un establo y vivió como carpintero hasta que murió en una cruz. Nació con un origen humilde y, por eso, Dios lo eligió para ser el maestro de la salvación. Jesús es nuestro salvador del pecado y de la muerte eterna (Romanos 6:23). Su muerte en la cruz hace posible que vivamos para siempre con Dios (Juan 3:16). No sólo nos proporcionó la salvación, sino que también nos mostró cómo vivir la vida siguiendo sus pasos para que nosotros mismos podamos obtener la vida eterna.
Trabaja por la salvación de los hombres como lo hizo Jesús
Lo primero que debemos hacer es trabajar por la salvación de los hombres como lo hizo Jesús. Esto requiere disciplina y determinación, pero te dará una sensación de plenitud que nunca creíste posible. Practicar la abnegación y el autosacrificio que Él enseñó.
Al igual que Cristo dio su vida por los demás, nosotros también deberíamos estar dispuestos a dar la nuestra en servicio de los demás; renunciando a lo que tenemos por los que no tienen nada; trabajando duro para que otros puedan descansar tranquilos; dando nuestras fuerzas por los que están débiles o enfermos; sacrificando nuestro tiempo cuando alguien necesita ayuda: estas cosas resultan fáciles cuando entiendes lo valiosa que es cada persona a los ojos de Dios. Él vino a nuestro mundo y trabajó por la salvación de los hombres. Hay que seguir sus pasos
Conclusión
Hemos visto en este estudio que el ministerio de Cristo es nuestra oportunidad de trabajar por la salvación de los hombres. Y como sus discípulos, debemos seguir su ejemplo practicando el servicio desinteresado y practicando la abnegación y el autosacrificio.
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