Cómo Transformar Las Palabras Que Nos Destruyen

¿Sabes cuál es la única cosa que todos en el mundo han hecho alguna vez? Hablar. Es lo primero que aprendemos a hacer, y no hay un lugar en la Tierra donde no se hable un idioma. Aunque podemos estar de acuerdo en que necesitamos aprender a hablar, es más difícil entender cómo usar nuestro don para bendecir a los demás constantemente.

Pero ¿Cómo transformar las palabras que nos destruyen? La Biblia dice que la lengua es una fuerza poderosa y si nosotros no la usamos correctamente, puede dañar a las personas y destruir sus vidas (Proverbios 18:21). Antes de decir algo, debemos pensar ¿Es verdad? Si es verdad, ¿Es necesario? Si es necesario, ¿Es amable?

La Biblia dice que la lengua puede ser un instrumento para el bien o para el mal.

Queremos hablar constantemente las palabras correctas y usar la lengua como un instrumento para ayudar a otros, no dañarlos. El Espíritu Santo habla a través de la Biblia. Él nos revela cómo podemos usar nuestras bocas de forma positiva y provechosa para ayudar a los demás a recibir el don de Dios.

El libro de Proverbios dice que la lengua es un instrumento para el bien o para el mal (11:30; 18:21; 20:19). La Biblia dice que la lengua puede ser un instrumento para el bien o para el mal. Queremos hablar constantemente las palabras correctas y usar la lengua como un instrumento para ayudar a otros, no dañarlos.

La sabiduría implica hacer uso del consejo y darlo sólo cuando se necesite (Proverbios 12:15).

Las palabras de los sabios responden mejor porque ellos tienen una relación cercana con Dios y están atentos a Su voz (Proverbios 15:23). Aprende a dar consejo cuando se necesita

Dios quiere que tú seas una persona sabia. La sabiduría implica hacer uso del consejo y darlo sólo cuando se necesite (Proverbios 12:15). Las palabras de los sabios responden mejor porque ellos tienen una relación cercana con Dios y están atentos a Su voz (Proverbios 15:23).

Las personas que no son sabias pueden estar dispuestas a oír tu consejo, pero debes ser cuidadoso de no ser demasiado directo. No le des consejos sobre cómo ser feliz o cómo lidiar mejor con sus problemas hasta que hayas establecido un vínculo de confianza y amistad.

El poder está en las palabras, debes aprender a hablar como Dios quiere que hables.

El poder está en las palabras, así que si quieres tener éxito, debes aprender a hablar como Dios quiere que hables. La Biblia dice que “el hombre es lo que dice” (Mateo 12:34). Hablar con verdad significa ser honesto y sincero. Aplica a tu vida diaria: si una persona te pregunta algo, respóndele con verdad.

Si alguien te dice algo negativo, no se lo tomes personal y responde con sabiduría y amabilidad (Proverbios 15:1). La necesidad del otro es el mejor momento para usar el lenguaje del poder de Dios (Mateo 5:44-47) y decir cosas buenas acerca de ellos. Si llamas la atención sobre la necesidad de otra persona, ¡hablas con amabilidad!

Antes de decir algo, piensa ¿Es verdad? Si es verdad, ¿Es necesario? Si es necesario, ¿Es amable?

• No uses palabras destructivas ni aprendas a decirlas. Esto incluye las palabras que destruyen tu relacion con Dios y otros seres humanos.
• Elige hablar las palabras correctas en un momento oportuno (1 Co 12:3). Por ejemplo: “Hablaba el Señor por medio del profeta Isaías y dijo…” (Isaías 8:16). La Biblia dice que la lengua puede ser un instrumento para el bien o para el mal. Queremos hablar constantemente las palabras correctas y usar la lengua como un instrumento para ayudar a otros, no dañarlos

Cómo transformar las palabras que nos destruyen

• Responde con amabilidad.
• Responde con sabiduría.
• Responde con amor.
• Responde con respeto.
• Responde con paciencia.
• Responde con humildad (Mateo 5:5).

Antes de decir algo, piensa ¿Es verdad? Si es verdad, ¿Es necesario? Si es necesario, ¿Es amable?

La Biblia dice que la lengua puede ser un instrumento para el bien o para el mal. Queremos hablar constantemente las palabras correctas y usar la lengua como un instrumento para ayudar a otros, no dañarlos. La Biblia nos enseña que debemos pensar por un momento antes de decir algo negativo sobre otra persona o cosa. Si es verdad, ¿Es necesario? Si es necesario, ¿Es amable?

Conclusión

Hemos aprendido que no importa qué tan bien parece que se están desempeñando las cosas, todos podemos caer en el hábito de hablar negativamente de nosotros mismos. Pero Dios tiene un mejor plan para nosotros, y nos llama a transformar nuestro lenguaje, a fin de que puedan crecer hasta la imagen de Cristo.

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