Atrévete a ser diferente – Fuimos creados para amar y ser amados

Atrévete a ser diferente, los cristianos tenemos que marcar una tendencia y para ello tenemos que ser diferentes, porque la mayor necesidad de este mundo es buscar amor y el amor debe ser nuestro sello de distinción. La mayoría de las personas hablan de amor refiriéndose a la pasión, al placer y resulta, que hay un nivel de amor mayor, que es el filiar de amigos, de familia y por encima de todo el amor a Dios.

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Atrévete a ser diferente – Fuimos creados para amar y ser amados

La esencia de Dios es amor y su hijo Jesús vino a este mundo a traer fe, esperanza, perdón, salvación, reconciliación, paz y amor. Por eso, centenares y miles de personas lo seguían, porque Jesús era diferente al resto del mundo. Por ello Dios nos dice que cada creyente debe marcar la diferencia, ya que Jesús nos dio el ejemplo al hacer la diferencia en la historia, en un antes de Cristo y un después de Cristo. 

El apóstol Juan indica en 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”. Pues bien, es imposible decir que se ama a Dios por encima de todo, cuando usted no es capaz de amar a su hermano en la fe, a su hermano de sangre y a cualquier otra persona.

Si un cristiano dice yo amo a Dios, la demostración de que amamos a Dios es que amamos a los demás, y con ese acto de amar ya estamos marcando la diferencia, porque dejamos de actuar como lo haría la mayoría de las personas. Nosotros no vivimos ni nos portamos como los demás, nosotros los cristianos nos apegamos a las palabras del Señor.

Atreverse a ser diferente es ser radical como lo fue Juan el Bautista, que era muy distinto a las personas de su tiempo, con conceptos claros, definidos y aferrados a su relación con Dios. Usted y yo, también podemos ser diferentes al resto y ser un ejemplo para los demás, viviendo una íntima comunión con Dios. El Señor nos dice, que debemos caminar por fe y la consecuencia de creer es ver la gloria de Dios.

De hecho, le digo que haga un alto en su vida, agradezca a Dios, y dese cuenta de que no somos como las demás personas. En Mateo 5:13 dice: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”. Esto quiere decir que nosotros los cristianos tenemos un papel importante que desempeñar.

Si tomamos en cuenta que la sal preserva los alimentos y realza su sabor, es nuestro deber, ser ejemplo y preservar lo bueno de la sociedad, lo cual nos hace distintos, con nuestro ejemplo y la comunión constante con Dios, y así poco a poco, vamos tocando la vida de muchas personas que no logran encontrar a Cristo. Tenemos que ser la sal de la tierra y la luz del mundo.

No hay que temer ser diferente en medio de la multitud, tal como Noé lo hizo, y se refleja en Génesis 6:13-14 “Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”. 

Hermano piensa en esa época, era muy extraño construir algo que nunca se había visto en aquel entonces, pero Noé hizo caso al Señor. Noé fue diferente a los demás, y sin importarle el qué dirán, y todo lo que le decían las otras personas, Noé cambio el curso de la historia, de la sociedad, de su familia y el mundo, solo siguiendo firme a las instrucciones dadas por Dios.

Noé vivió en días de gran apostasía, tal como nosotros actualmente, pero Noé hizo la diferencia. Nosotros también podemos cambiar el entorno donde vivimos, siendo fiel al llamado de Dios, siendo diferentes en nuestra conducta, en nuestra forma de andar en la vida, nuestra forma de hablar, nuestro vestir y en tantas áreas de la vida, tanto familiar como laboral.

Nuestras acciones en la vida dan un testimonio de vida y transformación

Cuando las personas que están cerca se dan cuenta de que usted y yo nos hemos convertido, ellos también quieren convertirse y cambiar, ser diferentes. Lo importante es que se note que nos hemos convertido, que somos mejores personas, con valores, principios y siempre fieles a nuestra relación con Dios.

Hermano, aunque parezca difícil e incluso imposible, si es posible ser la diferencia en un mundo corrompido, lleno de dolor, injusticia e inmoralidad. Porque como se dijo inicialmente, la mayor necesidad de este mundo, es buscar amor y el amor debe ser nuestro sello de distinción, y ser cristiano es vivir lo contrario del mundo, ser cristiano es ser diferente al resto de la humanidad. 

El camino del cristiano puede llegar en algún momento a ser estrecho, por las dificultades del diario vivir. Pero aquella vida que teníamos en el pasado, tiene que quedar atrás, para que todos aquellos que nos conocieron antes, vean la transformación en nuestra vida, ya que nos atrevimos a ser diferentes, viviendo para amar la vida y glorificar a Dios. Tenemos que ser la sal de la tierra.

Para concluir recuerde que tal como lo hizo Juan el Bautista y Noé, nosotros también podemos ser la diferencia en el lugar donde vivimos, podemos marcar tendencia y ser un ejemplo a seguir, fuimos creados para amar y ser amados, nuestra comunión con Dios debe ser constante, Dios mora donde hay amor, donde se obedece a sus mandamientos.

Jesús, vino a este mundo en carne y sangre, independientemente de que es el hijo de Dios, pudo haber pecado, sin embargo, no fue así y todos los sabemos él obedeció a su Padre, amo hasta el infinito y mas allá, rechazo el pecado y nos invita a imitarlo todos los días, él que todo lo pude él que es luz del mundo nos dice que si podemos ser santos como él es Santo, seamos diferentes como Jesús.

Seguro te preguntarás como hago para encontrar a Cristo, ante esta pregunta tan importante en tu vida y la mía te invito a que busques un lugar en donde puedas estar a solas con Dios, sin ser interrumpido, da el primer paso habla con Dios, pídele perdón por tus pecados conscientes o inconscientes, dile que lo aceptas en tu corazón como tu único Señor y Salvador.

Pídele a Jesús que escriba tu nombre en el libro de la vida y que no lo borre jamás, estas palabras pronunciadas de corazón, con amor hacen que nuestro Dios nos mire con piedad y que su gracia se derrame en nosotros, con este paso y todos los que darás con Jesucristo de tu lado pasaras a ser una persona diferente para el bien tuyo y de la humanidad, empezando porque tendrás vida eterna.

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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda.

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