Anhelando Su Presencia Predicación

Si pudiera estar en cualquier lugar del mundo ahora mismo, ¿dónde estaría? Para mí, no hay nada como estar cerca de mi familia. Y cuando digo "cerca" me refiero a estar con ellos. Cuando estamos separados, cualquier cosa me recuerda lo mucho que los echo de menos y lo bien que lo pasamos juntos. Pero si eres como yo -y quién no lo es-, entonces te encantará la siguiente historia sobre un hombre que anhelaba tanto la presencia de Dios que ni siquiera quería salir de la ciudad sin Él.

El deseo de estar con Dios es el más intenso del creyente. Este anhelo no será plenamente satisfecho hasta que estemos con él en el Cielo. Anhelar es un tipo de deseo diferente al de esperar o incluso desear. La Biblia nos dice que debemos "desear fervientemente los dones espirituales, especialmente el de profetizar" (1 Cor 14:1). Pablo dijo que anhelaba estar con Cristo (Flp 1:23) pero que confiaba en que algún día lo vería cara a cara (3:8).

La conclusión es esta: tu anhelo por su presencia nunca desaparecerá hasta que estés completamente satisfecho al estar unido a Cristo para siempre en el cielo.

Anhelando Su Presencia

Índice de Contenido
  1. Lo que anhelo.
  2. Lo que la Escritura nos dice sobre Su presencia
  3. La pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos.
  4. Aplicación.
  5. Pensamientos finales

Lo que anhelo.

Podemos encontrarnos anhelando a Dios de muchas maneras. Es posible que me hayas oído hablar del anhelo de estar en la presencia de Dios y de cómo se siente como un dolor físico, espiritual y relacional que no puede satisfacerse hasta que consigamos lo que necesitamos. Me gustaría compartir más con usted sobre este dolor, por qué existe y cómo podemos experimentar más de Su presencia en nuestras vidas.

Quiero que sepas que este es uno de mis temas favoritos. Es algo de lo que casi nunca hablo porque es muy personal, pero cuando alguien me pregunta sobre ello o me pregunta si debería buscar un tiempo íntimo con Dios para sí mismo, me siento obligada a responder con la mayor claridad posible.

Lo que la Escritura nos dice sobre Su presencia

Su presencia es la manifestación del poder, la gloria y la santidad de Dios en nuestras vidas. Es como una nube que nos envuelve con Su gloria y poder para fortalecer nuestra fe en Él. Si alguna vez te has sentido tan débil que no podías ponerte de pie, pero cuando oraste o adoraste en Su presencia la fuerza volvió a tu cuerpo, entonces esa fue una experiencia de Su presencia. ¿Qué se siente?

Cuando hablamos de la falta de Su presencia significa que hay algo que nos bloquea el acceso a Él para que podamos experimentar Su gloria y poder en nuestras vidas ahora mismo. Este bloqueo puede ser cualquier cosa, desde el pecado (Salmo 51:12), las emociones negativas (Efesios 4:30) o incluso un trauma no sanado (Hebreos 10:19).

La pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos.

La pregunta que debemos hacernos es: "¿Qué anhelamos?". En otras palabras, ¿qué es lo que deseamos de Dios? ¿Es su provisión? ¿Su protección? ¿Su paz? Tal vez sea un poco de todo, pero si realmente anhelamos la presencia de Dios en nuestras vidas, entonces este anhelo será más evidente cuando nos demos cuenta de que Él puede darnos todas esas cosas y más, si tan sólo se dejara ver.

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Pero hay algo más que sucederá cuando empieces a vivir con la expectativa de la presencia visible del Señor: Empezarás a entender por qué decidió esconderse del pueblo de Israel en su marcha por el desierto.

Aplicación.

La Biblia nos dice que debemos considerar hoy cómo nos relacionamos con su presencia, y si nuestra propia relación con Dios refleja la de quienes nos rodean. La gente de la historia hablaba de la presencia del Señor como algo tangible, algo que se podía sentir y ver. Se alegraban de su llegada, pero también temían su ausencia.

Eran conscientes de esta presencia en medio de ellos no sólo porque Dios había dicho que estaba allí, sino también porque estaba claro, por lo que hizo por ellos -y a través de ellos-, que estaba realmente presente entre ellos.

Deberíamos preguntarnos: ¿Veo evidencias de la presencia de Dios en mi vida? ¿Experimento su bondad en mis circunstancias diarias? ¿Creo que está conmigo incluso cuando las circunstancias hacen difícil confiar en él?

Pensamientos finales

Es importante considerar cómo nos relacionamos con la presencia de Dios. ¿Anhelamos su presencia, o nos conformamos con una mera relación? ¿Cómo vas a aplicar lo que has aprendido hoy aquí?

  • Podemos orar para que nos muestre más y más de sí mismo, para que el mundo lo vea en nosotros.
  • Mientras continuamos en este viaje de fe, recordemos a los que nos han precedido. Pidámosles que recen también por nuestra iglesia.

Espero que este post te haya ayudado a pensar en la presencia de Dios en tu vida, y en cómo puedes acercarte a Él. Si tienes alguna pregunta o comentario, ¡no dudes en dejarlo abajo!

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