Temas Bíblicos Para La Familia
La familia es un lugar de seguridad, amor y crecimiento. Es el lugar donde aprendemos a ser nosotros mismos y a descubrir quiénes son los que Dios ha hecho que seamos. Y también es donde damos nuestros primeros pasos en el mundo.
La familia no es perfecta -ninguna relación lo es- pero es una gran oportunidad para que todos crezcamos juntos en la fe y nos parezcamos más a Cristo. En este artículo, veremos algunos temas bíblicos que pueden ayudar a fortalecer su familia:
- La familia es una idea de Dios
- Honrar y obedecer a los padres
- La familia es un lugar seguro
- La familia es un trabajo en equipo
- La familia necesita comunicación para mantenerse fuerte
- La familia necesita tiempo para estar juntos
- La familia necesita coherencia
- La familia es un lugar de formación y disciplina
- La familia y el perdón van juntos
- La familia es un lugar para que Dios trabaje
- Para llevar:
- Conclusión
La familia es una idea de Dios
La familia es una idea de Dios, y Él la diseñó para que fuera la unidad básica de la sociedad. La Biblia enseña claramente que Dios creó la primera familia humana cuando formó un hombre del polvo y sopló en sus narices el aliento de vida (Génesis 2:7). De esta primera relación entre marido y mujer surgieron los hijos, que fueron llamados "nacidos en" la familia.
De hecho, Dios es llamado nuestro Padre en el Cielo no sólo porque nos creó, sino también porque nos ha adoptado como hijos suyos por medio de Jesucristo (Juan 1:12; Efesios 1:5-6). Así que, al igual que tu padre terrenal te ama y te provee, nuestro Padre celestial nos ama y nos provee como Sus hijos adoptivos.
Dios también es nuestro Primer Padre porque estaba con Adán y Eva en el Edén antes de que el pecado los separara de Él (Génesis 3:8-9). A pesar de que fueron separados de Él por su desobediencia, Dios les proporcionó todo lo que necesitaban para vivir en la tierra, incluyendo comida (Génesis 3:17-19), ropa (Génesis 3:21), sueño reparador por la noche (Génesis 2:21)
Honrar y obedecer a los padres
La Biblia nos enseña que los padres deben ser honrados y obedecidos. Esto significa que los padres deben ser respetados por la posición que Dios les ha dado en nuestras vidas, incluso si no son perfectos o hacen cosas con las que no estamos de acuerdo. Cuando obedecemos a nuestros padres, esto muestra respeto por el orden de autoridad de Dios en las familias.
Esto no significa "obediencia ciega". A veces no estaremos de acuerdo con la decisión de un padre, pero aun así es importante mostrar respeto obedeciendo la decisión de todos modos (a menos que creas que podría dañar a otra persona).
Al hacer esto estás mostrando tu amor tanto por tus padres como por Dios, que les dio autoridad sobre ti cuando creó la estructura familiar.
La familia es un lugar seguro
Ser miembro de la familia de Dios es un lugar seguro para ser uno mismo. También es un lugar seguro para compartir tus pensamientos y sentimientos con otros creyentes, que están deseosos de ayudarte a crecer como seguidores de Cristo. Además, la iglesia es el lugar donde podemos aprender los unos de los otros la mejor manera de vivir nuestra fe en nuestra vida diaria.
A los miembros de la familia se les puede confiar todo tipo de secretos, ¡incluso los que parecen demasiado tontos o embarazosos a primera vista! Así que anímate: compartir los detalles sobre quién eres con tu familia siempre traerá alegría en lugar de vergüenza o culpa más adelante (ver Mateo 10:26).
La familia es un trabajo en equipo
La familia es un esfuerzo de equipo.
- Dios trabaja en y a través de la familia para lograr sus propósitos.
- La familia necesita comunicación para mantenerse fuerte.
- El tiempo junto es importante para las familias que quieren trabajar como un equipo, especialmente durante los tiempos difíciles y cuando tienen desacuerdos o problemas que necesitan ser resueltos.
- La coherencia ayuda a los niños a aprender lo que se espera de ellos, para que se sientan seguros sabiendo lo que va a pasar en cada momento, pero también ayuda a los adultos a mantener la paz entre ellos cuando todo no va bien (como cuando uno de los cónyuges ha tenido un día duro en el trabajo).
El perdón también es importante porque nos permite avanzar y no guardarnos rencor ni a nosotros mismos, a la vez que nos damos un tiempo para alejarnos de nuestras luchas y así poder fortalecernos espiritual y emocionalmente antes de volver a reunirnos como unidad familiar si es necesario.
La familia necesita comunicación para mantenerse fuerte
La comunicación familiar es importante por muchas razones, entre ellas:
Resolver conflictos
La familia debe ser capaz de resolver los conflictos juntos. El conflicto no debe convertirse en una batalla entre dos individuos; debe resolverse como una unidad.
Si tiene un conflicto con su cónyuge o con sus hijos, tómese el tiempo necesario para sentarse y hablar de ello juntos, de modo que ambas partes tengan la oportunidad de expresar sus opiniones y sentimientos abiertamente antes de elaborar un plan de acción (si es que hay que hacerlo).
Podéis ayudaros mutuamente a encontrar soluciones escuchando atentamente, haciendo preguntas y observando lo que pasa por vuestra mente cuando os sentís molestos.
Tomar decisiones juntos.
Es una buena práctica que todos los miembros de la familia participen en la toma de decisiones que les afectan a todos por igual, como por ejemplo dónde cenan o cuánto dinero van a gastar este mes en el supermercado.
Los miembros de la familia no deben sentir que su opinión no es importante porque no tienen la misma opinión que los demás; todos deben sentirse cómodos compartiendo sus ideas sobre lo que les haría felices a todos, por muy tontas o raras que parezcan a primera vista.
La familia necesita tiempo para estar juntos
El tiempo en familia es importante. Dedicar tiempo a hacer cosas juntos en familia puede ser una forma estupenda de crear vínculos, compartir experiencias y establecer relaciones entre ellos.
También es un momento importante para hablar de las cosas que suceden en sus vidas. Ya sean buenas o malas noticias, hablar de ellas nos ayuda a procesar nuestros sentimientos y a asegurarnos de que estamos afrontando los problemas que tenemos de forma saludable.
El tiempo en familia es también una excelente oportunidad para que todos los implicados recen juntos, ya sea a la hora de acostarse o antes de cenar cada noche; durante el desayuno antes de ir a trabajar; o cuando nadie sabe lo que quiere pero le apetece comer fuera de todos modos (como en las vacaciones).
Compartir tu fe con las personas que más te quieren puede fortalecer esas relaciones y ayudar a mantenerlas a lo largo del tiempo, así como animar a otros que pueden estar luchando con sus propias creencias o dudas que no siempre son temas fáciles de conversación cuando se está rodeado de extraños en la ciudad.
La familia necesita coherencia
Para la familia, la coherencia es esencial. La familia tiene que ser coherente con las expectativas, la disciplina y las recompensas. También tiene que ser coherente con las consecuencias.
La familia necesita expectativas para funcionar adecuadamente. Si estas expectativas no son claras, la familia no sabrá qué comportamiento se espera de ella ni qué debe hacer si no sigue esas normas.
Esto puede causar confusión y angustia entre los miembros de la familia, ya que no sabrán cuál es su papel o cómo deben comportarse en determinadas situaciones si no hay directrices claras que puedan seguir a la hora de tomar decisiones sobre su comportamiento dentro de su propia comunidad (es decir, en casa).
La familia es un lugar de formación y disciplina
La familia es un lugar de formación y disciplina. La familia es un lugar de disciplina, formación y educación. La familia es un lugar de disciplina, formación, educación y capacitación.
Lo primero que hay que tener en cuenta al pensar en este tema es la historia de Adán y Eva en el Jardín del Edén. La historia ilustra cómo Dios les dio a Adán y Eva todo lo que necesitaban para la vida, siempre que le obedecieran (Génesis 1:28).
Sin embargo, cuando le desobedecieron comiendo del árbol que les había dicho que no comieran (Génesis 2:17), fueron arrojados a un mundo desconocido en el que muchas cosas eran diferentes a las anteriores:
No tendrían más comida que la que crecía en los árboles o en las plantas; sus ropas estarían hechas de pieles de animales; incluso sus hijos nacerían después de dolorosos dolores de parto en lugar de formarse inmediatamente dentro de sus cuerpos como normalmente esperamos hoy.
Este ejemplo nos muestra lo importante que es para los padres de hoy que quieren que la vida de sus hijos sea bendecida con todo lo que Dios nos ha prometido a través de su Palabra.
La familia y el perdón van juntos
El perdón es una elección que hacemos, un regalo dado y recibido. El perdón es un proceso, una curación y un crecimiento. También es un acto de fe y confianza en el plan de Dios para nosotros.
El perdón es algo que nos damos a nosotros mismos y a los demás porque nos permite avanzar en nuestras vidas en lugar de quedarnos atascados en el pasado con el dolor que causa el resentimiento o la amargura.
Cuando perdonamos a otra persona, es posible que ni siquiera sepa lo que hizo mal o que no se dé cuenta del daño que le causó hasta que usted le muestre su gracia al perdonarla, ¡eso también es parte del proceso!
La familia es un lugar para que Dios trabaje
La familia es un lugar donde Dios puede actuar. Este fue el plan de Dios desde el principio. Mientras lees este libro, me gustaría que pensaras en cómo tu familia puede ser utilizada por Dios como instrumento de su gracia y amor en este mundo.
La familia no es sólo tu pequeño mundo; es una extensión del reino de los cielos en la tierra. Eres parte de algo mucho más grande que tú mismo, y cuando consideras lo que eso significa para tu vida y tu propósito aquí en la tierra, debería ayudar a poner las cosas en perspectiva.
Para llevar:
La familia es un lugar seguro. Es un lugar donde podemos aprender a amarnos y crecer como individuos, pero también nos permite aprender a dar y recibir amor. La familia es también el lugar donde experimentamos por primera vez la disciplina en nuestras vidas, lo que nos convierte en las personas que Dios quiere que seamos.
La familia es el lugar donde Dios trabaja en nuestros corazones y mentes a través de las relaciones con los demás, enseñándonos acerca de su amor por nosotros individualmente y colectivamente como sus hijos.
Conclusión
La familia es un lugar donde Dios puede actuar. Los temas bíblicos para la familia son importantes porque nos ayudan a entender cómo quiere Dios que vivamos juntos como uno solo.
Es importante recordar que las familias no son perfectas, pero siguiendo estos principios bíblicos podemos hacer de nuestros hogares un lugar donde Dios sea bienvenido en la vida diaria.
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