Qué hacer en la aflicción - Ejemplos Bíblicos a seguir
En la aflicción es cuando nos damos cuenta lo vulnerable que somos como seres humanos, ya que debemos comprender que el Señor es quien nos consuela en medio de la prueba, y es por eso que su palabra nos alerta acerca de estas tribulaciones que siempre van a estar, pero Jehová no se olvida de sus Hijos, tal como lo expresa su palabra: “Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí” (Salmos 40:17)
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De esta forma, en medio de nuestra tristeza, Dios obra aunque no podamos verlo en ese momento. Como creyentes debemos poner en práctica nuestra fe precisamente en esas circunstancias adversas donde todo parece estar en nuestra contra. Pero si nos mantenemos a los pies de Jesucristo, no hay nada que temer como el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y su palabra es real y está viva, y debemos apropiarnos de ella y de sus promesas vigentes y latentes.
Qué hacer en la aflicción
En la actualidad estamos inmersos en un mundo lleno de problemas y aflicciones que nos agobian día a día y que dan lugar a muchas enfermedades como la depresión, bipolaridad, ansiedad, entre otros.
Muchas de estas adversidades y tribulaciones pueden ser causadas por nosotros mismos, debido a nuestros errores, malas decisiones y son consecuencias de nuestro pecado. Sin embargo algunas de estas aflicciones pueden ser causadas por el mundo mismo y su hostilidad, por nuestro enemigo principal, Satanás, quien tiene como meta destruir al pueblo de Dios y se vale de sus armas malignas para atacarnos.
De esta forma la aflicción se presenta cuando no podemos controlar nuestras emociones y nos dejamos arrastrar por ellas, creyéndole más al enemigo que a lo que dice Dios en su palabra.
Si creemos en un Dios vivo, debemos estar gozosos siempre y confiar en sus promesas que vivimos no es de extrañarse que enfrentemos tantas aflicciones de toda índole, algunas provocadas por consecuencias de nuestros errores y pecados, otras ocasionadas por el mundo y por Satanás el cual se goza y se empeña por afligirnos con el propósito de desanimarnos y atribularnos y que de alguna manera poder debilitar nuestra fe.
En este sentido, aunque todas estas posibles causas aparentan tener un efecto negativo, el Señor las usa a nuestro favor, para formar nuestro carácter y darnos firmeza en este camino angosto que hemos decidido andar.
Al respecto Nuestro Señor Jesucristo nos enseña claramente en el libro de Juan 16:33 lo siguiente: “…Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo…”
De igual forma en el libro de los Salmos 34:19 conseguimos consuelo en medio de la aflicción, y por eso debemos aferrarnos a estas promesas, tal como lo expresa su palabra: "Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová"
Personajes de la Biblia qué superaron la aflicción
Ciertamente a nadie le gusta pasar por momentos de aflicción pero aunque no somos de este mundo, debemos habitar en él, y aprender de la palabra, tomar como ejemplo a esos grandes personajes que lograron superar su aflicción, tales como:
1.- Elías
Elías a pesar de tener dones excepcionales donde se podía ver manifiesta la Gloria de Dios, haber derrotado a los profetas de Baal en el monte Carmelo, sintió aflicción tras la amenaza de Jezabel, donde se sintió muy afligido y hasta quería morirse :
“Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido” (1 Reyes 19: 4-5)
En esta cita podemos observar cómo la tristeza y la aflicción sucumbió a un hombre de Dios, sin embargo pudo levantarse y avanzar porque se trata de poder afrontar las situaciones y confesar que somos débiles y que en algún momento también podemos flaquear, así como le sucedió a este gran hombre que sirvió el Señor de forma sobrenatural y excepcional.
2.- David
David fue un hombre que desde muy joven fue rechazado y menospreciado por su familia. Pero Dios lo ungió como Rey y lo exaltó delante de todos. David no hizo lo correcto delante de los ojos de Dios y adulteró con Betsabeth que era mujer de Urias, y ella salió embarazada. No solo David adulteró sino que mató a Urias para tapar su pecado y quedarse con la mujer ajena. Pero Dios miró con desagrado todas estas acciones, así que le quitó a su hijo, dándole muerte.
Los salmos escritos por David dan muestra de la terrible aflicción por la que estaba pasando: “Mis enemigos me insultan todo el día; se burlan y usan mi nombre para maldecir. Mi único alimento es la tristeza; mis lágrimas se mezclan con mi bebida. Debido a tu ira y a tu enojo me levantaste y luego me derribaste. Mi vida se desvanece como una sombra; voy marchitándome como la hierba” (Salmos 102: 8-11)
En este salmo podemos observar cómo David derramó su alma en estas palabras, reconociendo su tristeza y desolación. Pero en este caso podemos observar que fue producto de sus malas decisiones, desobediencia a Dios y abuso de su Poder como Rey. Sin embargo, David confesó su pecado y se arrepintió y alcanzó misericordia.
3.- Jesús
Nuestro Señor Jesucristo también lloró y sintió aflicción durante su Ministerio al ver a todas las personas llorando por Lázaro y tuvo compasión e hizo el milagro: “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba”.
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También Nuestro Jesús se sintió afligido antes de ser encarcelado, donde incluso sudó gotas de sangre y oró frente a su Padre Celestial, porque sabía lo que debía pasar y el dolor y humillación que le tocaría vivir en carne propia, tal como se observa en su palabra: “Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra” (Lucas 22:44)
4.- José
José tuvo muchos motivos para estar afligido, ya que sus propios hermanos lo vendieron como esclavo y le hicieron muchas cosas malas. Sin embargo, se derrumbó cuando al pasar el tiempo, se encontró de frente con ellos:
“José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él, y exclamó: Haced salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. Y lloró tan fuerte que lo oyeron los egipcios, y la casa de Faraón se enteró de ello” (Génesis 45 1-3)
José a pesar de todo lo que vivió, perdonó a sus hermanos y los ayudó en un momento de gran escasez. La aflicción surgió como una prueba de parte de Dios para darle al final la victoria, llegando a ser el Gobernador de Egipto.
5.- Jeremías
Conocido como el profeta llorón, tuvo que padecer a causa del llamado que le había hecho el Señor de ser Profeta, esto lo podemos encontrar en las Sagradas Escrituras: “Maldito el día en que nací; el día en que me dio a luz mi madre no sea bendito. Maldito el hombre que dio la noticia a mi padre, diciendo: ¡Te ha nacido un hijo varón!, haciéndolo muy feliz. Sea ese hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin piedad; oiga gritos de mañana y alaridos al mediodía, porque no me mató en el vientre para que mi madre hubiera sido mi sepultura, y su vientre embarazado para siempre. ¿Por qué salí del vientre para ver pena y aflicción, y que acaben en vergüenza mis días?” (Jeremías 20:14-17)
Este lamento del profeta Jeremías, es muy fuerte porque éste siendo un hombre de Dios con un propósito, pudo sentirle desolado y triste hasta el punto de maldecir y desear no haber nacido. Esto nos puede llevar a reflexionar acerca de las aflicciones que hemos tenido que pasar y representan un gran ejemplo que debemos considerar cuando estemos pasando por una tribulación, donde podemos llegar a pensar que no hay salida.
Sin embargo, en medio de la aflicción, nuestro Dios obra de forma sobrenatural, y obra de manera diferente y misteriosa, donde la mente natural no puede comprender a cabalidad la forma en la que se mueve nuestro Dios. Por lo tanto, como cristianos debemos creerle a Dios y confiar plenamente en él y en sus milagros, prodigios y maravillas. En medio de la aflicción, tenemos las herramientas más poderosas, la lectura poderosa de la Palabra, la oración, el ayuno, todo esto será un aliciente que te permitirá sobrellevar las tribulaciones del día a día.
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