Qué Es Una Mujer De Fe – Estudio Bíblico
Si buscas una manera de acercarte a Dios, la Biblia está llena de consejos que pueden ayudarte a vivir una vida abundante y significativa. En el libro de Tito, Pablo habla de lo que significa ser una mujer de fe. Enumera siete características de una mujer que confía en Jesucristo:
- 1) Celebrar la belleza de la fe
- 2) Encontrar fuerza en las promesas de Dio
- 3) Compartir su fe con los demás 4)
- Liberarse de las preocupaciones
- 5) Enfócate en la paz en lugar de la ansiedad
- 6) No dejes que las circunstancias te depriman
- 7) Ámate a ti misma en último lugar y a Dios en primer lugar
- Celebrar la belleza de la fe
- Comparte tu fe en Jesucristo con los demás.
- Libérate de la preocupación y la ansiedad concentrándote en la paz de Dios.
- Enfócate en lo positivo, no en lo negativo.
- No dejes que las circunstancias te depriman.
- Ama al Señor en primer lugar, y a ti mismo en segundo lugar.
- Cuida de los que te rodean.
Celebrar la belleza de la fe
Una mujer de fe es alguien que ha elegido creer en la provisión de Dios, incluso cuando parece imposible. Sabe que la fe es un don de Dios y busca honrarlo usándola. La fe es la sustancia de las cosas que se esperan. Es la evidencia de las cosas que no se ven (Hebreos 11:1).
Esto no significa que usted debe ver una manifestación física antes de creer; sin embargo, puede haber momentos en que usted necesita ver algo antes de que pueda confiar plenamente en Dios con su situación.
Cuando caminamos por fe, reconocemos que hay muchas cosas que no podemos entender o explicar -cosas como por qué las cosas malas le suceden a la gente buena o por qué la gente buena sufre tanto dolor y pérdida en la vida- pero esto no las hace menos reales que aquellas cosas que podemos explicar sólo a través de la ciencia o la lógica.
Comparte tu fe en Jesucristo con los demás.
Puedes compartir tu fe en Jesucristo con otros de muchas maneras. Puedes compartir tu fe en Jesucristo con otros siendo un buen ejemplo, siendo un buen oyente y orando por ellos.
Para ser un buen ejemplo, debes compartir lo que has aprendido de la Biblia. Puedes hacerlo diciendo cosas como "Realmente creo que Dios me ama" o "Dios me ha ayudado en los momentos difíciles".
Para ser un buen oyente, escucha los problemas de los demás y habla de cómo responderías si estuvieras en su situación.
- Por ejemplo: "¿Cómo me sentiría si mi hermano se mudara?" o "¿Qué consejo le daría a mi amigo que me ha estado invitando a salir pero no me dice por qué?". Si te preguntan qué crees que deberían hacer, díselo pero no esperes que sigan tu consejo. Recuerda que todo el mundo necesita la guía de Dios antes de tomar decisiones importantes en su vida, aunque esas decisiones parezcan pequeñas a primera vista (como por ejemplo, si se debe ir a otra cita o no).
Libérate de la preocupación y la ansiedad concentrándote en la paz de Dios.
Como mujer de fe, debes tener presente la paz que viene de Dios. La mayoría de la gente no quiere pensar en esto, pero hay momentos en la vida en los que todos sufrimos estrés y ansiedad. Cuando nos sentimos abrumados por todo, puede ser difícil dar sentido a las cosas o encontrar esperanza en medio de las nubes de tormenta que se ciernen sobre nosotros.
Pero así como no hay persona que haya soportado más que el propio Jesucristo, tampoco hay mayor ejemplo para nosotras como mujeres (y hombres) que Aquel que sufrió en nuestro nombre y venció a la propia muerte para que pudiéramos vivir para siempre con Él en el Cielo algún día.
¡Simplemente no podemos permitirnos ser abrumados por la preocupación o el miedo porque Él ya ha ganado la victoria sobre la muerte; por lo tanto, nuestro trabajo ahora es simplemente mantener nuestros ojos enfocados en Él y presionar hacia adelante en Su paz que Él nos dio a través de Su Hijo Jesucristo-nuestro Salvador!
Enfócate en lo positivo, no en lo negativo.
Hay mucha negatividad en este mundo. Nos bombardean con ella todos los días, y todos tenemos que lidiar con ella de alguna manera.
A veces es difícil no dejar que la negatividad te afecte. Te levantas cansado, pagas las facturas, vas al trabajo y luego vuelves a casa.
¡Puede ser agotador sólo pensar en todo lo que hay que arreglar! Pero la buena noticia es que Dios nos ha dado herramientas para enfrentarnos a estas situaciones:
- Enfócate en lo que puedes controlar
- Enfócate en lo que se puede mejorar (o hacer mejor)
- Enfócate en las cosas que puedes hacer de manera diferente/mejor
No dejes que las circunstancias te depriman.
Ante la adversidad, puede parecer más fácil rendirse y dejar que las circunstancias dicten tu vida. Pero en lugar de centrarte en cómo te sientes, intenta preguntarte qué te está enseñando Dios a través de estas circunstancias.
A menudo olvidamos que todo sucede por una razón y que incluso nuestras pruebas pueden ser utilizadas por Dios para su gloria.
Como dice Juan 16:33 "En este mundo tendréis problemas. Pero ¡tengan ánimo! Yo he vencido al mundo".
Ama al Señor en primer lugar, y a ti mismo en segundo lugar.
Cuando se trata de amar a alguien, es natural querer anteponer tus propias necesidades. Al fin y al cabo, eres un ser humano. Tú también necesitas amor y aprecio.
Pero si nos centramos en lo que podemos obtener de los demás en lugar de comprender sus necesidades y darles lo que necesitan, es fácil que nos desviemos del camino en nuestras relaciones.
Cuando empieces a sentir que el amor es algo que sólo existe entre dos personas que tienen una relación romántica o miembros de la familia que viven juntos, piensa en el hecho de que Dios ama a todas las personas de este planeta con la misma intensidad.
Él quiere que todos lo conozcamos para poder bendecirnos con su bondad para siempre, y eso significa que siempre está ahí para nosotros cuando más lo necesitamos. También significa que quiere que estemos ahí para los demás también (o al menos que lo intentemos).
Cuida de los que te rodean.
Como mujer de fe, tienes la responsabilidad de cuidar de los que te rodean. Esto puede significar dedicar tiempo a ti misma o a tu familia y amigos, pero también significa retribuir a tu comunidad.
Puedes hacerlo como voluntaria en organizaciones benéficas locales, ayudando a personas necesitadas o asistiendo a eventos de la iglesia que recauden fondos para causas benéficas.
Si no hay nada en tu zona a lo que te sientas llamado, siempre hay formas de ayudar a nivel nacional: donando dinero o siendo voluntario en organizaciones como Habitat for Humanity International o Compassion
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