Qué Dice El Salmo 20 Y Qué Nos Enseña
El Salmo 20 es un poema corto y hermoso que nos recuerda que debemos confiar en Dios. Nos dice que podemos depender de él para que nos proteja y ayude cuando los tiempos son difíciles. No debemos tener celos ni envidia de los demás, porque cada uno de nosotros tiene diferentes puntos fuertes y débiles. Un dato interesante sobre el Salmo 20 es que aparece en dos lugares de la Biblia: el primer libro de Samuel y los Salmos. Puedes leer ambas versiones a continuación:
- Dios responde a nuestras oraciones de ayuda de la manera que más nos conviene.
- El amor y la protección de Dios están siempre con nosotros.
- No debemos tener celos ni envidia.
- No debemos dejar que nada más que Dios influya en nuestras decisiones.
- No debemos depender de las cosas físicas para ser felices.
- Podemos confiar en la protección y la fuerza de Dios.
- Recuerda siempre que el poder del Señor está contigo.
- Para llevar:
- Conclusión
Dios responde a nuestras oraciones de ayuda de la manera que más nos conviene.
El Salmo 20:1-2 dice: "Señor, nuestro Señor, ¡qué majestuoso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria por encima de los cielos". El salmista ruega que el nombre de Dios sea exaltado y dado a conocer por todo el mundo. La palabra hebrea para "exaltado" es yeqar, que significa levantar o elevar. Habla de grandeza, magnificencia y otros atributos de la grandeza de Dios.
Dios responde a esta oración diciendo que ya ha exaltado su propio nombre por encima de todo lo demás en la creación (Isaías 44:23). Como Él creó todas las cosas de la nada (Génesis 1), todo le pertenece; por lo tanto, nadie puede atribuirse el mérito de nada aparte de Él (Salmo 24:1).
También nos recuerda que no tenemos que preocuparnos de que nadie se lleve el mérito de nuestros logros, porque pertenecen únicamente a Dios, que nos ha hecho lo que somos gracias a su gracia otorgada por la fe en Cristo Jesús (Efesios 2:8-9).
Se nos recuerda que Él siempre está presente con nosotros, incluso cuando no podemos verlo a través de nuestra vista o capacidad auditiva humana, porque Él sabe lo que nos beneficiará mejor antes de que cualquier petición llegue a sus oídos o a su mente, por lo que nunca debe haber ninguna duda sobre si nos escucha o no cuando oramos.
El amor y la protección de Dios están siempre con nosotros.
El amor de Dios es incondicional. Su amor por nosotros no depende de nuestra actuación, pero sí requiere nuestra respuesta. Esto significa que debemos alejarnos del pecado y tratar de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Cuando hacemos esto con un corazón y una mente sinceros, Dios responderá derramando sus bendiciones sobre nosotros.
El amor de Dios siempre está disponible para todos los que lo quieren, y todos lo necesitan. Todos experimentamos momentos en los que nos sentimos solos o temerosos o desanimados en la vida, pero el amor de Dios puede fortalecernos durante estos momentos difíciles, así como en cualquier otro momento de la vida, porque Su perfecta sabiduría nos enseña la mejor manera de vivir cada día (1 Corintios 1:26).
No debemos tener celos ni envidia.
En el Salmo 20, se le recuerda a David que no debe tener celos ni envidia del éxito de los demás. Es un pecado tener celos porque es una forma de odio y la envidia es un pecado porque es una forma de orgullo. Nunca debemos sentir que tenemos que competir con otras personas por la atención o el reconocimiento de Dios, ya que todos tienen el mismo acceso a Él (1 Corintios 12:12).
No debemos dejar que nada más que Dios influya en nuestras decisiones.
El Salmo 20 nos recuerda que Dios es el único que puede hacernos felices, guiarnos por la vida y protegernos. Dicho esto, el Salmo 20 también dice que no debemos dejar que nada más que Dios influya en nuestras decisiones.
Esto significa que, independientemente de la situación en la que te encuentres o de la decisión que tengas que tomar, debes pedirle a Dios que te guíe antes de hacer tu elección. Esto incluye las cosas grandes, como los trabajos y las relaciones, así como las pequeñas, como en qué restaurante comer o qué película ver este fin de semana. E incluso si no te apetece hablar directamente con Dios (y a veces puede parecer que Él no te responde), Él sigue escuchando tus pensamientos y se preocupa por cómo afectan a tu vida diaria.
No debemos depender de las cosas físicas para ser felices.
Puede que pienses que el salmista está hablando de algo más que de cosas físicas. Por ejemplo, podría estar pensando en el amor de sus padres o amigos. Pero aunque estas relaciones pueden aportarte alegría y consuelo en los momentos de tristeza, no duran para siempre. Incluso si tienes la suerte de tener una larga vida con tu familia y amigos, un día todos ellos morirán también.
El mensaje del salmista es claro: no debemos depender de las cosas físicas -incluso de las que apreciamos- para ser felices, porque en este mundo todo es temporal. En cambio, debemos poner nuestra confianza en el amor eterno de Dios por nosotros, porque nunca cambiará ni terminará (Salmo 146:3).
Podemos confiar en la protección y la fuerza de Dios.
El Salmo 20 es un hermoso salmo que nos enseña que Dios es nuestra fuerza y protector. Dios es nuestra fuente de fuerza, refugio y fortaleza. Él es nuestra roca.
Dios es la fuente de tu protección y fortaleza:
- Ref: Salmo 20:1 (ESV) "Que te conceda el deseo de tu corazón y haga que todos tus planes tengan éxito".
Recuerda siempre que el poder del Señor está contigo.
Recuerda siempre que el poder del Señor está contigo. Él es tu escudo y te protegerá de todo mal. El Señor es una roca y su fuerza es una fortaleza eterna; su fidelidad dura para siempre.
El Señor mismo va delante de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas, no te desanimes ni te desalientes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas.
Cuando tus enemigos te rodeen y te acosen en todas direcciones, para asediar todo lo que pertenece a tu ser, ¡invoco al mismo cielo como testigo contra ellos!
Para llevar:
La vida traerá problemas, pero podemos confiar en que Dios escucha nuestras oraciones y nos protege.
- El Salmo 20 nos enseña que Dios está siempre con nosotros.
- Cuando tenemos problemas, Dios escucha nuestras oraciones y nos protege del peligro.
- Siempre estará ahí para ti si lo necesitas.
Conclusión
Ya sea en un momento difícil o en uno feliz, el Salmo 20 es un gran recordatorio de que Dios escucha nuestras oraciones y conoce la mejor manera de responderlas. Para aquellos que están pasando por momentos difíciles en este momento, esperamos que este salmo les traiga consuelo y paz; nos muestra que incluso en nuestros momentos más oscuros, Dios está ahí para nosotros.
Para los que se enfrentan a tiempos inciertos, esperamos que este salmo les anime también; nos recuerda el poder y la protección que nos proporciona la confianza en el Señor. Todos necesitamos ayuda a veces, pero pase lo que pase en nuestras vidas, que este salmo nos recuerde que el Señor está siempre con nosotros y nos ama
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