Predica Sobre El Perdón

Perdonar puede ser difícil. Cuando nos sentimos heridos, a menudo parece imposible dejar de lado nuestra ira y nuestro resentimiento. Podemos querer perdonar a alguien por lo que ha hecho, pero no sabemos cómo hacerlo. En este sermón, hablaré de la necesidad de perdonar y de algunas formas en las que puedes empezar a aprender a perdonar a aquellos que te han hecho daño.

Índice de Contenido
  1. Recuerdo que hace años, cuando era adolescente, todavía estaba en el instituto.
  2. Tenía un profesor de inglés que durante todo el día no paraba de darme problemas.
  3. No paraba de dar problemas.
  4. Se enfadaba conmigo delante de la clase.
  5. Y un día tuve mucho dolor, mucha rabia, porque pensé que ella estaba siendo muy injusta conmigo.
  6. Así que, al terminar la clase, cuando todos los alumnos salíamos del aula, cogí un trozo de tiza y se lo tiré a ella y rompí a llorar.
  7. Bueno, hubo un profesor que vio la escena y me llamó a su despacho y me dijo: "Mira, no quieres que te pase nada; entonces regresa inmediatamente a ese salón y pide perdón".
  8. Y después de salir de su despacho y volver a esa sala donde estaba mi profesora de inglés, le pedí perdón con todo mi corazón pidiéndole que me perdonara.
  9. ¿Qué dijo mi profesora de inglés? Dijo que no.
  10. Fue muy difícil para mí aceptar el "no" como respuesta.
  11. Pero algún tiempo después me llamó aparte y me perdonó ante toda la clase; el dolor del "no" se transformó en la alegría de ser perdonado.
  12. Perdonar no es fácil, pero es posible
  13. Conclusión

Recuerdo que hace años, cuando era adolescente, todavía estaba en el instituto.

Recuerdo que hace años, cuando era adolescente, todavía estaba en el instituto. Y tenía un profesor de inglés que no paraba de darme problemas durante todo el día. Se enfadaba conmigo por las cosas más triviales y me gritaba delante de la clase.

Y un día después de la escuela, se acercó a mí y me dijo: "¡Vas a odiar tu vida!"

Esto es lo que pasa con el perdón: No se trata sólo de dejar de lado lo que otra persona te hizo, sino también de dejar de lado lo que crees que eres debido a esas acciones.

Tenía un profesor de inglés que durante todo el día no paraba de darme problemas.

Tenías una profesora de inglés que no paraba de darte problemas durante todo el día. Estabas enfadado y dolido, así que un día cogiste un trozo de tiza y se lo tiraste. Te pusiste a llorar cuando ella te dio una palmada en la mano con una regla. Tus acciones hicieron que te llamaran a la oficina.

Cuando tu madre llegó a recogerte, vio tu cara y supo que había ocurrido algo terrible. Le dijo al director que nunca le perdonaría si él no perdonaba a su hijo, y luego se fue sin decir nada más.

A la mañana siguiente, cuando me desperté, mi madre estaba sentada en mi cama con las manos fuertemente juntas (su forma de rezar), pero por la expresión de su cara me di cuenta de que esa mañana había algo diferente a lo habitual: había un aire de esperanza a nuestro alrededor en lugar de enfado o tristeza como la mayoría de los días en casa después de haber sido castigados por nuestros padres por hacer cosas estúpidas como tirar trozos de tiza por las aulas cuando estamos enfadados con los profesores o ser pillados saliendo a escondidas a altas horas de la noche porque pensamos que ya no le importan a nadie una vez cumplidos los 18 años (o la edad que sea apropiada).

No paraba de dar problemas.

No estás solo. Todos hemos pasado por ello. Nuestros sentimientos son válidos e importantes, pero no dejes que te impidan experimentar la alegría en tu vida ahora mismo. Cuando estamos enfadados, frustrados, heridos o decepcionados, es difícil ver más allá de esas emociones y centrarnos en las cosas buenas que ocurren a nuestro alrededor. Pero es posible que haya muchas más cosas buenas que malas.

Recuerda: un día a la vez; un momento a la vez (o incluso un segundo a la vez). Si puedes adoptar este enfoque de la vida, te ayudará a superar estos momentos difíciles y a seguir avanzando hacia algo mejor.

Se enfadaba conmigo delante de la clase.

Me enfadaba con ella delante de la clase. Le gritaba por llegar tarde. Ella decía: "Lo siento. Tengo problemas con mi ordenador". Y a veces llegaba tarde porque intentaba imprimir algo y no se imprimía y entonces decía: "Lo siento". Y entonces me enfadaba con ella sin razón porque no era justo que ella tuviera problemas con la tecnología y yo no tuviera ningún problema con la tecnología.

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Y un día tuve mucho dolor, mucha rabia, porque pensé que ella estaba siendo muy injusta conmigo.

Fue una relación dura. Sentía que ella estaba siendo muy injusta conmigo, y tenía mucho dolor y rabia. El caso es que no sabía cómo expresarlo porque no quería herir a nadie.

Un día estábamos en clase y me hizo una pregunta: "¿Por qué estás tan enfadada?". Y en ese momento, algo hizo clic dentro de mi cabeza: "¡Oh, sí! ¡Esta persona no entiende por qué estoy enfadada! No saben lo que pasó entre nosotros hace dos años, cuando éramos amigos íntimos. No saben el dolor y la frustración que me causó en su momento; no tienen ni idea de lo que salió mal entre nosotros...

¡Pero espera! Entonces, ¿por qué *yo* sigo guardando esa rabia? Si *ella* no entiende lo que está pasando aquí... entonces tal vez *yo* también necesito algún tipo de cierre? Tal vez... ¡tal vez todavía hay esperanza! Quizá si ambas partes hablan de lo que pasó entre ellas (y quizá incluso se disculpen), entonces quizá podamos reconstruir nuestra amistad de nuevo..."

Así que, al terminar la clase, cuando todos los alumnos salíamos del aula, cogí un trozo de tiza y se lo tiré a ella y rompí a llorar.

Así que, al final de la clase, cuando todos los alumnos salían del aula, cogí un trozo de tiza y se lo lancé a ella y rompí a llorar.

Ella se sorprendió por mis acciones, pero no reaccionó inmediatamente. En cambio, me llamó a su despacho con calma. Me preguntó por qué le había tirado esa tiza. Le dije que no me había dado suficiente tiempo para terminar de leer mi redacción antes de comentarla, lo que había provocado nuestra discusión en clase. Me preguntó si había algo más que me molestara o alguna otra razón detrás de este incidente.

Le expliqué que mi madre había fallecido recientemente y que echaba de menos a alguien que me amara incondicionalmente; alguien que me dijera que todo iba a ir bien pasara lo que pasara; alguien que siempre supiera lo que me hacía feliz; alguien que siempre creyera en mí aunque nadie lo hiciera; alguien que siempre aceptara cada parte de lo que soy como individuo - cuerpo-mente-espíritu...

Bueno, hubo un profesor que vio la escena y me llamó a su despacho y me dijo: "Mira, no quieres que te pase nada; entonces regresa inmediatamente a ese salón y pide perdón".

En una escuela anterior tuve un profesor que también era el jefe de la Asociación Rabínica. Un día, otro alumno y yo íbamos caminando y me dijo algo. Le respondí con un insulto y le golpeé en el hombro con el puño. Un profesor que vio la escena me llamó a su despacho y me dijo: "Mira, si no quieres que te pase nada, vuelve inmediatamente a esa clase y pide perdón".

Así que volví a la clase y me disculpé con mi compañero, ¡pero me dijo que no! El profesor nos llamó aparte más tarde y nos perdonó a los dos como deben hacer los amigos".

Y después de salir de su despacho y volver a esa sala donde estaba mi profesora de inglés, le pedí perdón con todo mi corazón pidiéndole que me perdonara.

Me sentí muy culpable y triste, pero de alguna manera me encontré frente a su despacho. Llamé a la puerta con mucho miedo. Cuando la abrió, me vio de pie con la cabeza agachada y me preguntó qué había pasado para que volviera tan pronto después de haberme ido.

Escuchó mis disculpas por haberle tirado la tiza y por haber hablado mal de su clase. Entonces le pregunté si me perdonaría. Me dijo que lo intentaría pero que no podía prometer nada porque no sabía si era posible que nos lleváramos bien o no (parecía muy afectada).

Le expliqué que, aunque había hecho algo malo, había muchas cualidades buenas en nuestra relación que hacían que la gente nos quisiera a los dos; cosas como compartir los pensamientos del otro incluso cuando estábamos lejos el uno del otro, etc.

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¿Qué dijo mi profesora de inglés? Dijo que no.

Si has leído hasta aquí, espero que hayas adquirido alguna idea sobre el perdón. Pruébalo y verás cómo te sientes. Quizá te sorprenda descubrir que el perdón puede traerte paz y alegría.

¿Pero qué pasa si mi profesor de inglés dice que no? ¿Y si se niega a perdonarme? ¿O qué pasa si sigue enfadada conmigo, pero realmente quiere seguir adelante pero no sabe cómo?

Bueno, hay dos cosas importantes sobre el perdón: Es tu elección, así que puedes hacer tanto o tan poco como te parezca correcto; y no es unilateral: no debes esperar que otra persona deba perdonarte para poder sentirte mejor contigo mismo. Si alguien decide no perdonarte por algo que ha sucedido entre los dos (o incluso por algo que aún no ha sucedido), no hay nada malo en él o en su decisión. Sólo significa que aún no está preparado o no es capaz, ¡y nada más que eso!

Fue muy difícil para mí aceptar el "no" como respuesta.

Puede resultarle difícil aceptar un "no" como respuesta. Puede que al principio te sientas decepcionado, pero lo superarás. No puedes cambiar la respuesta, así que tienes que aceptarla.

Lo mismo ocurre con el perdón: Si alguien hace algo malo y no se perdona a sí mismo o a ti por la razón que sea, no hay nada más que hacer al respecto que seguir adelante lo mejor posible y esperar que las cosas se resuelvan a tu favor finalmente (o no).

Pero algún tiempo después me llamó aparte y me perdonó ante toda la clase; el dolor del "no" se transformó en la alegría de ser perdonado.

Ahora tengo una nueva pregunta: ¿Es posible perdonar a alguien que nos ha hecho daño?

La respuesta es sí, pero no de forma fácil. El perdón es como cualquier otra virtud; requiere trabajo por tu parte. No puedes obligar a otra persona a perdonarte, ni ella puede obligarse a perdonarte a ti. El perdón debe ser una elección libre de las dos partes implicadas en el mal o el daño.

Entonces, ¿cómo lo hacemos? En primer lugar, tenemos que entender qué significa el perdón y cómo funciona. No es una especie de poder mágico que hará que todo mejore; por el contrario, es una acción que tiene lugar dentro de nosotros cuando elegimos dejar de guardar nuestra ira y resentimiento hacia otra persona (o cosa).

Perdonar no es fácil, pero es posible

El proceso de perdón no es fácil, pero es posible. Perdonar a alguien no significa que tengas que olvidar el dolor y el sufrimiento que te ha causado; perdonar a alguien simplemente te permite dejar de lado el resentimiento, la ira y la amargura que guardas hacia él. Es una elección que puede hacerse en cualquier momento de la vida y que sólo te beneficia a ti mismo. Ayuda a los demás porque una vez que saben que han sido perdonados por una persona a la que han hecho daño, es más probable que cambien su forma de actuar e intenten no volver a hacer daño a los demás.

Nunca es demasiado tarde para empezar el proceso de curación del perdón. El perdón dará a tu mente paz y claridad para que puedas concentrarte en todos tus sueños en lugar de centrarte en lo que ha sucedido en el pasado o preocuparte por lo que pueda suceder en el futuro.

Conclusión

Espero que todos podamos aprender de la historia de perdón que nos contó nuestro último orador. Compartió su ejemplo de cómo fue perdonado después de arrojar un trozo de tiza a su profesora de inglés, lo que hizo que ella se enfadara con él. La lección aquí es realmente que el perdón es posible, incluso cuando parece que alguien ha hecho algo imperdonable, porque no importa cuáles sean nuestros errores, todavía merecemos otra oportunidad.

Quiero darles las gracias a todos por escuchar hoy mientras hablamos del perdón y de lo importante que puede ser en nuestras vidas. Me gustaría terminar citando otra cita famosa: "El perdón no siempre es fácil; a veces, parece más doloroso que la herida que sufrimos".

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