Llegando a la meta – Cuál vía utiliza usted

Llegando a la meta del camino correcto es lo que todos deseamos, pues es un trayecto lleno de muchos obstáculos puestos por nuestro principal enemigo que es Satanás,  pero que aun así, si estamos firmes en Cristo, nunca logrará desviarnos de la meta, que es Dios, y es porque un hijo de Dios, que ora sin cesar siempre oirá la voz del buen pastor, y no podrá ser descarrilado.

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Índice de Contenido
  1. Llegando a la meta – Cuál vía utiliza usted
  2. Cómo llegar a la meta
  3. El Camino de Dios y sus retos

Llegando a la meta – Cuál vía utiliza usted

Pues sí, antes de continuar en esta carrera tan interesante que nos dará la mejor recompensa de nuestras vidas, es importante preguntarse, en qué pista, carretera, ruta, vía está corriendo usted para llegar a la meta que es Dios,  porque sea cual sea  la vía escogida o asignada, debemos saber y tener 100% claro, que esta carrera es espiritual, por ello debemos prepararnos a ese nivel, para alcanzar la meta.

Todo el mundo, sin excepción desea que al partir de este plano terrenal poder ver a Dios, estar con Cristo en el reino de los cielos, y si alguno le dice que no cree en esto y que nunca  ha pensado en ello, ore por él, porque todos sabemos que  miente, porque en su corazón desea, lo mismo que usted y yo, y es tener una vida eterna con Jesús en el cielo, en paz, armonía, justicia, felicidad, sanos de todo padecer, esa es la meta.

Esa es la meta que todos perseguimos y el único que nos puede ofrecer amor puro, paz, sinceridad, fe, salud, justicia, alegría, y todo eso bueno agradable y perfecto que está pasando por su mente ahorita,  es Dios y su gran reino celestial, pero para llegar allí debemos prepararnos demostrar que queremos llegar allí para disfrutar, de esa morada que Cristo fue a prepararnos.

Empecemos a estudiar a que se refieren cuando se habla de la carrera y metas de un cristiano y para ello evaluemos lo que se nos ha dejado dicho en Apocalipsis 2:10  “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” Las cárceles son nuestros obstáculos.

Es imperante para un cristiano pedir al Padre celestial discernimiento para entender su palabra porque en ella están parte de las herramientas necesarias para superar estas pruebas u obstáculos, para poder llegar a la meta que es estar con  Dios, su reino y todo lo perfecto, bueno y agradable que implica su compañía, cuando se habla de cárcel en el versículo bíblico, son todos los obstáculos que nos aleja de Dios.

En la biblia se nos narra que muchos apóstoles fueron encarcelados, maltratados, perseguidos por predicar el evangelio, por seguir a Cristo, y eso es una carrera que decidieron seguir porque la meta ha valido la  pena desde ayer, hoy, y siempre como todo atleta lo único que visualiza es ese trofeo, ese premio maravilloso, y cuando ello está en su corazón, supera todos los obstáculos y cárceles que se les presenten.

Una cárcel, no solo es cuatro paredes y un techo, vayamos más allá, es necesario pensar y sentir con el espíritu, una cárcel es todo lo que nos ata o detiene para alcanzar la meta, esa corona que Cristo quiere darnos, quizás esa cárcel sea la mentira, la traición, la fornicación, no amarse, robar, hay muchas cárceles que nos oprimen los pies y no nos permiten avanzar y visualizar nuestra meta, su alma desea esa meta.

El apóstol Pablo llegó a describir la vida del cristiano como una carrera, en donde para poder obtener la corona de la vida, había que permanecer firmes y fieles hasta el final, sabe usted a qué o a quién debe mantenerse firme y fiel, perfectamente ha respondido, es al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y la fecha de ese final solo la sabe Dios, usted manténgase en forma para cuando llegue el fin de la carrera esté listo.

Teniendo conciencia de que nuestras metas es vivir con Dios, por toda una eternidad, la  interrogante es, cuál vía, ruta, o medio, utilizas para llegar a la meta, para esto es importante recordar que en Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Jesús, no nos dejó a la deriva, el nos dejo muchas armas, herramientas para mantenernos en esta carrera, usémosla.

Cómo llegar a la meta

En el mundo cristiano se llega a la meta peleando la buena batalla, y hablamos de batallas espirituales en Efesios 6:12 dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Y las ganaremos todas si Cristo está con nosotros, por ello debemos prepararnos.

Llegando a la meta
Llegando a la meta

Ahora analicemos todo desde otro punto de vista, esta carrera diaria que nos llevará a la meta más deseada para un cristiano, es una guerra, sin piedad, sin escrúpulos, los ataques son para destruir nuestro espíritu, encarcelarnos, desmotivarnos, sacarnos de la pista de carrera y no lo podemos ni debemos permitir, pero tampoco debemos ni podemos luchar con nuestras fuerzas y estrategias, esto es espiritual.

La única manera de llegar a salvo a la meta es por medio de Jesucristo, no hay otra forma, vuelvo a repetirle su lucha no es en contra de un ser humano igual que usted, ya sea suegra, amigo que lo traicionó, nada de eso, despierte esa son personas que se dejan utilizar por nuestro principal enemigo, por ellos debemos es orar sin cesar, usted no dañe a nadie ni se deje dañar, como buen atleta, concéntrese en la meta.

Cuando una persona desdice practicar un deporte, no se detiene porque debe entrenar, ni porque debe saltar obstáculo, su pasión lo lleva a superar eso y muchas cosas más, porque es un reto, un deseo incontrolable alcanzar la meta, para ello se alimenta bien, entrena todos los días y si es posible la mayor cantidad de horas posibles, no infrinja las normas ni un solo momento porque sabe que eso le afectará.

Llevemos pues este entrenamiento a nuestra vida como cristianos, hemos sido seleccionados, nos ha gustado esta pista, se ve estrecha, pero la podemos transitar, porque desde su ángulo ve esa meta hermosa que es el reino de los cielos, para estar en forma debemos alimentarnos bien, con la palabra de Dios, es decir leer las Sagradas Escrituras, pedirle a Dios, el discernimiento que necesitamos para entender cada letra.

La única manera que podamos entender el libro, que nos dará las directrices para ganar esta gran carrera diaria es orando, para entrar en comunión con Dios, y le pidamos que nos ayude a entender ese manual que es la biblia, entonces Dios, nos enviara al Espíritu Santo, él, va a redargüir en nuestros corazones y entenderemos que hacer y cómo hacerlo, pero usted debe y tiene que quererlo, cuando se quiere se pide. 

En su vida espiritual a usted le toca salvar a su alma, buscar la corona de la vida en esa meta, y es maravilloso que toda la familia esté en la pista, pero cada uno hará su cometido, y si para la gracia de Dios estamos todos juntos, haremos lo que Jesús nos ha enseñado  todos los días, orar uno por los otros, amarnos, cuidarnos, perdonarnos y muy importante, no perder de vista la meta que tenemos. 

Cuántas personas conoce usted en esta vida, ya se dio cuenta de qué usted es una de las privilegiadas, si porque a todos les toca la puerta el Señor Jesús, y pocos le abren, todos queremos paz, felicidad, pero pocas personas acuden al llamado para estar en esta carrera, así es mis amados, es una carrera en donde alguno se preguntarán, pero como me invitas si me dices que hay una guerra constante.

Es que la invitación no es por la guerra  constante, la invitación es porque mereces al igual que yo,  luchar por la corona de la vida, pero solo es una sugerencia, ya que todos tenemos el libre albedrío de decidir qué hacer, cuándo y dónde, qué hay obstáculo, es cierto no le miento, qué hay luchas campales también, pero existe algo que sobrepasa todo esto, y es  si Cristo está en su corazón, la paz, la cordura reinarán en usted.

Y es porque solo Cristo da una paz que es inexplicable, entonces es cuando usted ve a esos cristianos llenos de problemas, pero confiando en el Señor, tal vez lloren, pero saben que Dios, está permitiendo todo esto porque tiene un objetivo, y él es nuestro entrenador, nosotros somos unos atletas que nos preparamos para que cada carrera que emprendamos lograr la victoria, pero nuestras competencia no es con humanos.

 Por ellos póngase las vestiduras de Dios, que será su armadura en toda esta guerra, solo debemos imitar a Cristo, leer la palabra de Dios,  predicar el evangelio a toda criatura, esto nos hará más fuertes y resistentes, haciendo esto al pie de la letra Cristo, estará con nosotros porque hacemos la voluntad de Dios.

Ya hemos leído la palabra de Dios que nos dice, contra quien luchamos en esta carrera, pero como toda carrera, o guerra no se obtiene la meta de la noche a la mañana, el participante debe y tiene que prepararse y en este mundo espiritual, ni usted ni yo tenemos privilegios, debemos prepararnos y luchar porque si bien  es cierto, que tendremos una ganancia, también es cierto que debemos demostrar que lo queremos.

Si las personas se burla de usted, si piensa que pierde el tiempo no les haga caso recuerde que esto es parte del juego macabro, maléfico que quieren que usted desista,  manténgase con la certeza y la fe en Cristo, repita  siempre y por siempre, Jesucristo en ti confió, cuando vea o sienta que el ataque viene ore, ya sea en un lugar a solas con Dios que es lo ideal o allí donde esté, el enemigo no domina su mente.

El Camino de Dios y sus retos

El camino hacia Dios es disciplina, propósito, obediencia, constancia, en Eclesiastés 3:1 dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Mientras llega ese día para obtener esa preciada corona, aprovechemos el tiempo, ya que no será antes ni después, sino cuando Dios diga y como no sabemos cuando Dios, considere que dejáremos este plano esté preparado.

Si bien he conversado con usted de una carrera, quiero que sepa que aquí no hablamos de velocidad, es una carrera de resistencia, de formación, de perseverancia, y todos podemos estar allí, solo necesitamos quererlo de todo corazón, porque si bien tenemos el mejor entrenador del universo, usted debe alinearse hacer lo que le compete, es su carrera, quieres alcanzar la meta, trabaje por ella.

En Hebreos 12: 1-2 dice: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” En la grada de la vida tendremos muchos testigos, de lo que haces o dejas de hacer, como somos de carne y sangre estamos propensos a hacer lo indebido, por ello no pierda la meta, solamente mire e imite a Jesús.

Por su parte el apóstol Pablo en Filipenses 3: 13-14 nos dice: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” No se deje atormentar, por su pasado, si ya le pidió perdón a Cristo de todos corazón, créalo él ya le perdonó.

Es como si de repente está en una carrera, se tropieza y cae, entonces  decide salirse de la pista sabiendo que puede ganar esa carrera, qué le pasa, levántese como todo atleta que da el todo por esa meta, recuerde que todo lo puede en Cristo, que le fortalece, solo mire la meta, si peco aproveche que esta de rodillas humillado pídale perdón a Cristo y agárrese de su mano, trabaje en no volver a ese pecado.

Para concluir es necesario que el cristiano sepa que con Cristo todo lo puede, aunque todos estemos en la misma pista, todos tenemos luchas diferentes a cada uno Dios, le dará una porción y también permitirá que el maligno nos pruebe, estemos firme en nuestras metas, cuando un hombre dice amar a una mujer, o una mujer dice amar a un hombre, por darles un ejemplo terrenal, demuestran ese amor, ese gusto.

Usted y yo queremos estar en esa  carrera porque amamos a Dios, su reino, a su hijo Jesucristo, a el cual no solo le amamos creemos en él, y sabemos que todo lo que ha hecho es porque nos ama, este escrito no es para acobardarlo, este escrito tiene por objetivo que sepa que todo lo podemos en Cristo, que nos fortalece y mientras más fe, amor, constancia y disciplina tengamos será mejor, pero sin presión humana.

En los caminos del Señor no hay directrices humanas, no se guíe por ello, aquí la única directriz que usted seguirá es la que Jesucristo, nos ha dejado en las Sagradas Escrituras deje que Cristo lo transforme, corra la carrera de la vida para obtener esa corona,  por toda la eternidad con Dios, Cristo le hablará en su corazón déjese entrenar y luche por su vida, que nada ni nadie lo pare, porque usted es un vencedor en Cristo.

Y si usted mi amigo, hermano también quiere correr en esta carrera le invito, a que cierre sus ojos, y si no puede hacerlo concéntrese en cuerpo, alma y espíritu, hable con Cristo, pídale perdón por sus pecados, confiésale que lo acepta en su corazón, como su único Señor y Salvador que por favor escriba su nombre en el libro de la vida y que no lo borre jamás. Bienvenido a la carrera, deje que Cristo le guíe y a la meta llegará. 

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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda

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